Herramientas talladas por equinos
Unas toscas herramientas, atribuidas a nuestros ancestros hace millones de años, pudieron ser "fabricadas" por equinos

Olduvai se ha ganado merecida fama de ser la cuna de la Humanidad. Su célebre garganta natural, ubicada en Tanzania, atesora los yacimientos más antiguos ligados al origen de nuestra especie. Fue el rincón donde se descubrieron los restos más antiguos de los primeros ejemplares de Australopitecus y de Homo Habilis. Allí también se encontraron los primeros vestigios de cultura lítica: unas herramientas toscas supuestamente talladas por nuestros ancestros hace 2,7 y 1,8 millones de años. Sin embargo, un nuevo experimento ha venido a cuestionar esta idea consolidada durante décadas.
ARQUEOLOGÍA PRÁCTICA
El prehistoriador de la Universidad Nacional de Educación a Distancia José Manuel Maíllo acaba de publicar el resultado de su investigación en el Journal of Archaeological Science: reports. Maíllo efectuó un ensayo con tres burras pertenecientes a un ganadero conquense. Los animales se dedicaron a pisotear piedras para limarse las pezuñas, dado que no las tenían herradas. Los guijarros objeto del estudio recibieron los impactos de los equinos durante 52 días y, de forma colateral, desprendieron lascas de los nódulos de cuarcita y sílex.
¿Pudiera ser que las primeras herramientas olduvayenses fruto de acciones ejecutadas por otros animales de forma natural y sin mayor intencionalidad?
"El resultado es que el golpeo para esta acción de recorte de las pezuñas que provoca la fractura de la roca genera unos fragmentos que son iguales a los obtenidos mediante el método de talla de percusión bipolar (sobre yunque) por los grupos humanos", afirma Maíllo. La semejanza da mucho que pensar. ¿Pudiera ser que las primeras herramientas olduvayenses hubieran sido equivocadamente atribuidas a nuestros antepasados homínidos cuando, en verdad, pudieron ser fruto de acciones ejecutadas por otros animales de forma natural y sin mayor intencionalidad? Hoy día sabemos que algunos primates buscan sales minerales que ingerir en el interior de guijarros y, por ese motivo, los fragmentan. No para que les sirvan como utensilios.
De ahí que Maíllo y el resto de firmantes de la investigación insistan en que "ahora, gracias a este trabajo, sabemos que esas acumulaciones de piedra tallada podrían no tener un origen antrópico en algunos casos y debemos afinar más nuestros análisis de los yacimientos para cerciorarnos".
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