Perros-robot manejados telepáticamente
Una nueva arma que pronto copará los campos de batalla se accionará telepáticamente, con el pensamiento a distancia.
No cabe duda de que los drones son ahora un arma muy común en cualquier conflicto bélico del siglo XXI. Pero pronto compartirán protagonismo con sofisticados robots de combate, convirtiendo la ciencia ficción más fantasiosa en una realidad cotidiana.
El Ejército australiano ha logrado un avance importante en inteligencia artificial al desarrollar una interfaz cerebro-robot que permite a los soldados controlar perros robots con la mente. Esta tecnología de última generación analiza las ondas cerebrales a través de unos auriculares denominados HoloLens con biosensores de alta tecnología y transmite los pensamientos desde la corteza visual de la persona al robot canino. El «roboperro» fue fabricado por Ghost Robotics y, según el profesor Chin-Teng Lin, es capaz de recibir nueve órdenes distintas durante un tiempo determinado. Para mantener el rumbo de los autómatas se utilizan balizas parpadeantes que funcionan como puntos de referencia de realidad aumentada en los cascos de los soldados. Pues bien, hacia esos objetivos se desplazan los canes.
No hay que pensar en nada concreto para manejar el robot, pero sí hay que concentrarse en el parpadeo de unas balizas
«ES INTUITIVO»
El sargento Damian Robinson, del 5º Batallón de Apoyo al Servicio de Combate, quien probó los auriculares, dijo que «todo el proceso no es difícil de dominar. Es muy intuitivo. Solo me llevó un par de sesiones». Robinson explicó que «no hay que pensar en nada concreto para manejar el robot, pero sí hay que concentrarse en ese parpadeo». Es más bien una cuestión de fijar la mirada. Durante el curso de entrenamiento con los auriculares y los robodogs, los soldados pudieron sortear con éxito terrenos difíciles y condiciones meteorológicas adversas en un campo de batalla improvisado.
La tecnología utilizada en este proyecto es increíblemente avanzada y emplea un compuesto ultrafino conocido como grafeno. Los HoloLens contaron con una inversión de 1,2 millones de dólares y tres años de trabajo en colaboración con la Universidad Tecnológica de Sydney y la Oficina de Implementación y Coordinación Robótica y Autónoma (RICO) del Ejército.
LA GUERRA DEL FUTURO
La innovación tiene implicaciones significativas en la guerra moderna, donde la velocidad y la precisión son críticas. El control mental de los robots militares podría permitir a los soldados operar desde una distancia segura, reduciendo el riesgo de bajas y aumentando la operatividad en combate. Por lo demás, esta tecnología también podría trasladarse al mundo civil en sistemas de seguridad privada y vigilancia policial. Sin embargo, como con cualquier invento de vanguardia, no faltan las preocupaciones sobre su uso y su impacto en la sociedad. ¿Qué pasaría si los robots de combate se salieran de control o fueran hackeados por un enemigo? ¿Cómo afectaría eso a la integridad de las personas? Por no olvidar los dilemas éticos a considerar, como el uso de robots de combate en situaciones donde no se justificara tal violencia, o el riesgo de que la tecnología sea utilizada para discriminar a grupos específicos de personas.
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