La supermente oculta tras la Física
Hay una Inteligencia coexistente con el universo, una supermente oculta que la Física y el universo necesitan para explicar su existencia…
El carbono constituye la base fundamental de las moléculas orgánicas propias de todos los seres vivos. Sir Alfred Hoyle, uno de los astrofísicos más prestigioso de todos los tiempos, propuso que el carbono debía de tener un índice de resonancia energética concreto que hiciera posible su formación a partir de la combinación de los núcleos de átomos de helio y de berilio. Ese nivel determinado de resonancia –entendida como el equilibrio entre diferentes factores que permiten el acontecimiento de ciertas circunstancias–, tal y como había predicho Hoyle, se confirmó tiempo después gracias a los trabajos desarrollados por especialistas del Instituto Tecnológico de California. Uno de ellos, William Fowler, acabó obteniendo el Premio Nobel de Física por sus estudios en dicho campo.
Una interpretación obvia de los hechos sugiere que una superinteligencia ha jugado con la física, la química y la biología
También el oxígeno posee un nivel de resonancia muy preciso, de modo que no demasiado carbono acaba transformándose en oxígeno, preservando así los niveles adecuados de carbono para la existencia de moléculas orgánicas. El propio Hoyle, maravillado por los datos proporcionados por las distintas ciencias, llegó a afirmar lo siguiente: «Una interpretación obvia de los hechos sugiere que una supermente ha jugado con la física, la química y la biología, y que en la naturaleza no hay fuerzas ciegas dignas de mención. Las cifras que calculamos a partir de los hechos me parecen tan abrumadoras que ponen este asunto casi fuera de toda duda».
Dios es el universo
Hoyle no solo consideraba imposible la formación del cosmos sin la acción de alguna clase de Inteligencia Creadora, sino también el surgimiento de la vida en nuestro planeta. «La posibilidad de que los aminoácidos de una célula humana se puedan unir al azar es matemáticamente absurda. La falta de credibilidad de la casualidad es matemáticamente demostrable con esta analogía: ¿Cúales son las posibilidades de que un tornado pase por un montón de basura que incluya todas las partes de un avión, y provoque que accidentalmente se junten y formen un avión listo para despegar? (…) La vida no puede haberse creado por casualidad. Hay una Inteligencia coexistente con el universo, y esa Inteligencia y el universo se necesitan mutuamente».
Comentarios (1)
Nos interesa tu opinión