Escritura curativa, la arteterapia para canalizar emociones

La escritura curativa es una extraordinaria aliada a la hora de conseguir equilibrio y bienestar. Timoneada por terapeutas, brinda resultados extraordinarios en múltiples ámbitos, aunque a nivel doméstico podemos «automedicarnos» con la sola ayuda de un cuaderno y nuestro bolígrafo preferido. Al escribir, siempre para nuestro consumo interno y prescindiendo de resultados estéticos y normas gramaticales y ortográficas, establecemos un diálogo directo con nosotros mismos, con la oportunidad discreta e íntima de hacerlo con absoluta sinceridad.

Escribir ayuda a centrar nuestra dispersión, a ordenar ideas y clarificar las cosas y situaciones que nos preocupan. Quizá escribir no haya sido nunca lo tuyo, más allá de la lista de la compra o los adictivos WhatsApp. Convendría simplemente que recordaras cómo, en ciertos momentos de tu vida, te ayudó a estar mejor, a aliviar presión al expresarte. ¿Recuerdas una carta de amor o un poema? ¿Recuerdas la ilusión de una carta a los Reyes Magos? ¿Tal vez un post en el que mostrabas tu alegría en una red social por un logro o meta conseguido…? 

Un poema, un relato…

Hazte con un cuaderno, elígelo bien. Tiene que gustarte, será tu confidente, aunque su finalidad no es servir de diario íntimo, puesto que, al terminar de escribir, siempre puedes optar por destruir lo escrito. Anímate con un poema, sin caer en la trampa de forzar buscando la rima o un resultado de premio. El lenguaje poético admite metáforas, licencias semánticas sin límite, símbolos, etc. Si optamos por la poesía, dejemos que fluya, que se convierta en un recipiente en el que se recogen nuestros sentimientos, anhelos, temores, fracasos o alegrías; lo que sea que predomina en nosotros o lo que sea que necesita salir de su enclaustramiento. 

Cuando estemos fuera de nuestras casillas e irritados por algo, contraargumentemos por escrito

¿Prefieres un relato, contar una historia? Fabuloso. Podemos basarnos en algo real que nos haya ocurrido, trasladando nuestro papel a otro personaje, o desarrollar un relato de ficción en el que hacemos realidad un deseo, un proyecto… podemos descubrirnos diciendo grandes verdades, exteriorizando facetas que tenemos contenidas. 

¿Qué tal una carta? Una carta o una réplica escrita a una situación que nos ofende, enfada o desplaza de lo positivo, es de lo más liberador. Cuando estemos fuera de nuestras casillas e irritados por algo, contraargumentemos por escrito, protestemos, exijamos rigor, respeto, paciencia, comprensión o lo que sea que echemos en falta. Nos aportará lucidez, perspectiva, serenidad y alivio.