Conspiraciones
22/01/2010 (12:05 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

CONSPIRACIÓN DE SILENCIO

Enrique de Vicente¿Qué son estos caprichosos diseños impresos sobre los campos de cereales? ¿Qué o quién los viene realizando durante las últimas cuatro décadas con una complejidad creciente y repleta de poderosos significados? ¿Qué fin se persigue con ello? Con este informe pretendemos denunciar la conspiración de silencio con la que se ha pretendido reducir a simples fraudes uno de los fenómenos más intrigantes y complejos de la historia. Porque los mensajes que estos dibujos nos transmiten, parecen tener una importancia crucial para la crítica situación por la que está pasando la Tierra.

22/01/2010 (12:05 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
CONSPIRACIÓN DE SILENCIO
CONSPIRACIÓN DE SILENCIO
En las últimas décadas, los caprichosos diseños que aparecen impresos en campos de cereales han ido creciendo en complejidad, totalizando más de 10.000 formaciones.

Durante las noches, algo o alguien deja los tallos arremolinados de forma muy precisa, sin apenas dañarlos. Vistos desde la distancia, forman figuras que tienen una precisión matemática extraordinaria. Algunas son propias de la geometría sagrada y del simbolismo universal. Constituyen uno de los misterios más intrigantes de todos los tiempos, suscitando el interés de investigadores que dedicaron miles de horas a su estudio y de notables científicos, cuya perplejidad ha ido aumentando a medida que profundizaban en el análisis del mismo.

Aunque estas formaciones se han estudiado en 25 países, el 90 % de ellas se producen en el sur de Inglaterra, donde vienen apareciendo desde hace siglos, lo cual nos obliga a descartar el fraude como explicación original de este intrigante fenómeno. Se manifiestan especialmente en el antiguo reino de Wessex, donde encontramos una gran concentración de «fortalezas de piedra» prehistóricas y monumentos megalíticos, muchos de ellos circulares o anulares, y en torno a los cuales aparecen bastantes diseños en los cultivos.

En esa zona y en el verano de 1927, vive una extraña experiencia el joven Roger Sear, familiarizado como otros lugareños con esos círculos que en varios países europeos se denominan «anillos de brujas». Frente al fuerte prehistórico conocido como Anillos de Cisbury, en Sussex, descubre unas marcas que generan efectos muy llamativos e idénticos a los observados en nuestra época: «La magnetización de un cuchillo que clava en el centro del mismo –nos detalla Freddy Silva–, la sensación de cosquilleo que siente en los pies, la negativa de su perro a entrar en el círculo y la magnetización que deja inservible su reloj de bolsillo. La aguja de su brújula se vuelve loca cuando entra en el círculo y, a partir de ese momento, sólo apunta hacia éste en lugar de señalar el norte magnético. El aire está lleno de un olor ';como a algo quemado eléctricamente' y la hierba parece tan ';cargada' que llena de electricidad estática su bicicleta y la de su amigo Sid. Cuando posteriormente regresan a la escena, ven que ha aparecido un segundo círculo y sienten un intenso dolor de cabeza».

Ocho años más tarde, en Essex, un niño de diez años observa cómo se forma uno de esos círculos en pocos segundos. Pero el adulto que le acompaña se limita a suponer que se trata de una suerte de tornado al que los lugareños atribuyen desde hace mucho tiempo estas formaciones, conocidas como «torceduras del diablo»… (Continúa en AÑO/CERO 235)

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