Conspiraciones
20/06/2011 (11:28 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

Documentos oficiales sobre OVNIs y fenómenos extraños

ENIGMASA comienzos de abril de este año, la prensa de todo el mundo se hacía eco de la publicación en Internet de parte de los archivos "secretos" del FBI sobre cuestiones como los OVNIs y otros fenómenos extraños. ¿Desvelan información realmente relevante las miles de páginas puestas a disposición del público?

20/06/2011 (11:28 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
Documentos oficiales sobre OVNIs y fenómenos extraños
Documentos oficiales sobre OVNIs y fenómenos extraños
Antes de arrancar un nuevo capítulo, la magnífica serie Expediente X intentaba atraer nuestra atención con una frase que ya ha pasado a la cultura popular: "La verdad está ahí fuera". Esa ';verdad' a la que aludía la producción televisiva se correspondía con los extraños sucesos que la pareja de agentes del FBI, Fox Mulder y Dana Scully, investigaba en cada episodio. Trazando un paralelismo entre ficción y realidad, hoy podríamos decir que la "verdad" está en Internet. Al menos, así lo asegura la propia Oficina Federal de Investigaciones que, desde abril de este año, posee un espacio en Internet donde pueden consultarse los documentos –en su día confidenciales– creados por la agencia federal en relación a supuestos fenómenos anómalos.

La página web en cuestión –http://vault.fbi.gov/–, que ha sido bautizada con el cinematográfico nombre de The Vault –La cripta o La Bóveda–, pone a disposición del público miles de páginas elaboradas por el FBI en relación a cuestiones como los OVNIs, las mutilaciones de ganado o la Percepción Extrasensorial –PES–. Aunque buena parte de la prensa daba a entender que esta "desclasificación" era algo nuevo, lo cierto es que la mayor parte de los documentos ya habían sido difundidos a través de la web en 1998. Desde 1967, y en virtud de la FOIA –Acta de Libertad de Información–, el FBI, al igual que otras agencias de los EEUU, debe atender las peticiones de los ciudadanos que solicitan información sobre distintas cuestiones, siempre y cuando cumplan una serie de requisitos. Una de las solicitudes más demandadas por el público es, precisamente, la relativa a documentos vinculados con fenómenos extraños, y en particular con los No Identificados. Desde 1996, además, la FOIA establece que debe garantizarse el acceso a los documentos a través de medios electrónicos. Esta es una de las razones de que el FBI, al igual que otras agencias –ver recuadro–, cuente en Internet con un espacio de consulta digital que permite acceder a los documentos desde cualquier ordenador con conexión a la red. Pero, ¿qué podemos encontrar exactamente en estos documentos?

Una historia del fenómeno OVNI

En lo que respecta a la cuestión de los No Identificados, la Oficina Federal ha puesto a disposición de los visitantes un total de veintiséis archivos digitales que agrupan varios cientos de páginas sobre distintos incidentes con OVNIs.

Quizá lo más interesante de esta documentación sea el hecho de que muestra al detalle el clima de sorpresa y preocupación que se vivió en las agencias gubernamentales cuando se produjo el boom de avistamientos en junio de 1947. Así, vemos que ya desde los primeros días la agencia inicia la tarea de investigar tales sucesos, con la intención de determinar si existe algún tipo de riesgo para la seguridad nacional. De este modo, junto a los primeros recortes de prensa que hacían referencia a avistamientos de OVNIs en varios Estados del país, encontramos algunos escritos oficiales interesantes, como un boletín de la Oficina Federal, fechado el 30 de julio de 1947, en el que se advertía que todos los informes sobre "discos volantes" debían ser investigados por las oficinas de campo de la agencia, y el resultado enviado al director del FBI, por aquel entonces J. Edgar Hoover. Entre estos papeles, aparecen también algunas cartas de Hoover dirigidas al director de Inteligencia del Departamento de Guerra en el Pentágono. También abundan diversos documentos remitidos por civiles, algunos de ellos científicos, otros simples curiosos y no pocos personajes excéntricos.

Llama la atención, por ejemplo, la referencia a un puñado de casos, surgidos pocos días después de la publicación del avistamiento de Kenneth Arnold, en los que distintos testigos aseguran haber recuperado pequeños discos metálicos estrellados. Según se desprende de estos informes, se trataba de ingenios fabricados por bromistas que aprovecharon la popularidad del tema de los "platillos" para divertirse a costa de sus vecinos. También resulta llamativa la aparición en los documentos desclasificados de varias cartas de periodistas que, en aquellas primeras semanas de desconcierto, contactaron con oficinas del FBI y las Fuerzas Aéreas en busca de información y declaraciones oficiales de las distintas agencias sobre el sorprendente fenómeno. Más importante es un documento fechado el 25 de septiembre de 1947, firmado por D. M. Ladd, ayudante del director del FBI, y dirigido a este último, en el que se cita que la sección de Inteligencia de las Fuerzas Aéreas había requerido formalmente a los federales ayuda para investigar aquellos hechos y encontrar una explicación satisfactoria, señalando que existía la sospecha de que aquellos relatos podían tener su origen en "individuos de simpatías comunistas con el propósito de causar una histeria masiva en los EEUU por el temor a un arma secreta rusa". El mismo documento aclaraba pocas líneas después que esta posibilidad había sido descartada, al no hallar indicios de "individuos subversivos".

En cuanto a los casos reflejados en los documentos de aquellas primeras fechas, la mayor parte de ellos no destaca por su espectacularidad, pues por lo general se limitan a la visión de aeronaves no identificadas en el firmamento, sin apenas referencia a presuntos aterrizajes, y con una ausencia total de noticias sobre los posibles tripulantes. Resulta curioso que todas las menciones al probable origen de aquellos ingenios voladores, tanto en la prensa como en los documentos gubernamentales, suelen referirse a armas y prototipos experimentales, bien de origen ruso o japonés. Aquellas sospechas muestran el temor que había generado ya el inicio de la Guerra Fría en la sociedad estadounidense, apenas dos años después del fin de la II Guerra Mundial. También resulta llamativo que en varias ocasiones los documentos del FBI hagan mención a contactos entre la Oficina Federal y distintos estamentos militares, en los que se busca información sobre posibles prototipos diseñados por el propio ejército de los EEUU. En este sentido, todas las respuestas fueron negativas.

Testigos de élite

Si algo destaca en los papeles del FBI es un claro interés por lo que hoy suele denominarse "testigos de élite". Es decir, individuos de una preparación científica, técnica o militar que resultaban de especial interés por su credibilidad. Aunque tanto la Oficina Federal como los investigadores de la Fuerza Aérea no desechaban ningún caso, por insólito o descabellado que pudiera parecer, resulta evidente su predilección por aquellos protagonizados por pilotos, militares y personajes de "alta credibilidad". Entre ellos sobresale el incidente protagonizado el 24 de junio de 1947 por el piloto Kenneth Arnold en las proximidades del monte Rainier –Estado de Washington–, y que supuso el inicio de la llamada "era moderna de los OVNIs". En el informe, el investigador destaca la fiabilidad del piloto: "Es la opinión personal del entrevistador que el testigo realmente vio lo que dice haber visto".

(Continúa la información en ENIGMAS 187).

Javier García Blanco
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