Conspiraciones
01/04/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

¿Quién mató a Diana de Gales?

Las autoridades británicas han dado a conocer un informe oficial en el cual se asegura que Diana de Gales no fue asesinada. Sin embargo, el expediente de Scotland Yard aporta más incógnitas que certezas. Como expone ENIGMAS, los servicios secretos de cuatro países persiguieron a la princesa en los días previos al "accidente" que le causó la muerte.

01/04/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
¿Quién mató a Diana de Gales?
¿Quién mató a Diana de Gales?
El 29 de junio de 1997, una persona llamada Maurice Rubenstein llegó a París y alquiló un apartamento en el número 4 de la calle Arrondissement. Se trataba de un hombre de negocios, de origen suizo y experto en inversiones. Dos meses después, el 1 de septiembre, devolvió las llaves y retornó a su país. Pero, en realidad, ni se llamaba Maurice, ni se apellidaba Rubenstein ni, por supuesto, era un hombre de negocios. Tampoco aquel apartamento era su oficina. Todo era más complicado. Se trataba de un katsa, nombre que reciben los agentes del Mossad, el temido servicio secreto de Israel. Y el apartamento que había alquilado era un "piso franco" preparado para una misión secreta…Como siempre en estos casos, el katsa estuvo preparando su misión durante meses. Su primer objetivo fue crear una identidad imaginaria y falsificar una biografía al uso. Cuando ató todos los cabos, pasó a la siguiente fase de la operación, en la cual, todo un equipo de sayanin se puso manos a la obra para facilitar su labor.El papel de los sayan es fundamental en este tipo de operaciones. Son colaboradores sobre el terreno. No se trata de profesionales a sueldo del Mossad, sino de hombres y mujeres normales que viven en diferentes partes del mundo pero a las que les une un denominador común: son judíos. Y no sólo eso, sino que son captados porque se sienten obligados a defender su patria y su religión frente a cualquier enemigo. Llevan una vida normal hasta que Israel les pide entrar en acción. Normalmente, su trabajo está relacionado con la labor profesional que realizan. Así, a un sayan que trabaja en una agencia inmobiliaria se le encargó buscar el "piso franco" para Rubenstein; al que lo hacía en la sección de visados del aeropuerto Orly de París se le pidió que hiciera la vista gorda ante sus falsos documentos… Es la vieja forma de actuar de los servicios secretos israelíes para eliminar enemigos en cualquier parte del mundo. En busca de agentes en el RitzEl problema es que a pesar de las revelaciones del oficial israelí Ari Ben-Menashe al investigador Gordon Thomas, sólo sabemos cuál fue el campo de acción empleado por el Mossad para la misión de Rubenstein: el Hotel Ritz de París. Lo que no se sabe es el objetivo final de la operación, aunque no es difícil imaginarlo. Porque el plan consistía en captar un informador de "primera línea" dentro del hotel más importante de la ciudad. Era algo lógico, puesto que por allí pasaban personajes relevantes en la escena mundial: políticos, famosos, aristócratas, empresarios… Así las cosas, el equipo de katsas estrechó el círculo tras largas y tediosas jornadas de observación. Se alojaron en el hotel, acudieron a sus restaurantes, a sus cafeterías, a sus salones de reuniones… Finalmente, se señaló el objetivo. Parecía el hombre indicado. Su nombre: Henry Paul, un miembro del equipo de seguridad que efectuaba labores como chófer para los clientes. Además, tenía experiencia con servicios secretos. También había un elemento a favor del Mossad: cobraba unos 31.000 euros al año, demasiado poco para su agitado ritmo de vida social. Así que, en la primera reunión, que tuvo lugar en el Bar Harris de la calle Daunou, los agentes le ofrecieron un apatecible sobresueldo. Diana y Dodi: la pareja "incómoda"Mientras todo esto ocurría, la pareja de moda en el mundo de la jet set, Diana Spencer y Dodi Al-Fayed, disfrutaba del verano con todo tipo de lujos. Pero la pasión amorosa que les unía superaba con creces el ámbito de influencia del papel couché. Por un lado, la princesa Diana de Gales –apodada Lady Di por el vulgo en una soberana muestra de cursilería– había puesto patas arriba a la monarquía inglesa. Y ya no sólo porque ella hubiera decidido divorciarse de su esposo –el príncipe Carlos– sino porque había cometido la osadía de confesar su adulterio con un oficial británico, eso sí, después de que su ya ex marido también lo hubiera cometido. Así las cosas, los mutuos cuernos provocaron que se diera por hecho que ninguno de los dos reinaría, sino que sería el hijo mayor de ambos, el príncipe Guillermo, quien, antes o después, ocuparía la habitación principal del Palacio de Buckingham. Pero en mitad de toda la historia apareció Dodi Al-Fayed; Lady Di se enamoró de él, lo que provocó ya no sólo recelo en la corte, sino también en el número 10 de Downing Street, la sede de la presidencia del Gobierno. Y es que Dodi era, además, hijo del magnate Mohamed Al-Fayed, el dueño de las galerías comerciales Harrod's pero hombre "non gratto" en el país, ya que además es familiar de Adman Kassogui, un conocido traficante de armas. Por si fuera poco, era islámico. ¿Qué significaba eso? Sencillo: si Lady Di se casaba con aquel hombre y tenía un hijo, el hermano del próximo rey ¡sería musulmán! Una circunstancia que, lógicamente, ni gustaba en Londres, ni en Tel Aviv, ni en Washington. ¿Un operación del Mossad?El mundo entero quedó paralizado, pero pocas horas después del accidente, con las primeras luces del 1 de septiembre, Maurice Rubenstein abandonó el piso franco del Mossad. No deja de ser sorprendente que el hombre que conducía aquel vehículo en el que viajaban Diana y Dodi fuera Henry Paul, el hombre que habían elegido los agentes del Mossad para su misión. ¿Por qué salió Rubenstein de la ciudad a las pocas horas del accidente? ¿Acaso su objetivo estaba relacionado con aquel "accidente"? Gordon Thomas no se arriesga, pero la sospecha está justificada.Con objeto de poner fin a las especulaciones, Scotland Yard decidió investigar el suceso para esclarecer todas las incógnitas. Al frente de la comisión oficial se situó a Lord John Stevens, un jefe policial que en febrero de 2006 afirmó que la muerte de Diana "es un asunto más complejo de lo que imaginábamos" y prometió llegar al fondo de la cuestión. Sin embargo, cuando el pasado mes de diciembre se dio a conocer su informe definitivo, muy pocos se acordaron de esas declaraciones y del robo que sufrió en sus archivos días después de efectuarlas. Y es que el informe, de casi mil páginas, dictamina que todo fue un dramático accidente. Eso sí, el voluminoso texto está repleto de ausencias: faltan los informes de las autopsias, los testimonios de quienes vieron cómo su vehículo era "cegado" por un rayo, los informes de la justicia francesa que están repletos de dudas… Faltan también las declaraciones de dos personas que estuvieron con Henry Paul tres minutos antes de que abandonara el hotel: aseguran que estaba completamente ébrio.Según el expediente divulgado por Scotland Yard, la causa del mortal golpe en el Túnel del Alma había que buscarla en la velocidad del vehículo para escapar de los paparazzi y en el estado etílico de Henry Paul, de quien se ofrecía un análisis de ADN para confirmar, sin género de dudas, que era suya la sangre analizada para concluir que iba bebido. Además, según Lord Stevens, ni Diana estaba embarazada ni pensaba casarse. De este modo, Scotland Yard escribía la versión definitiva sobre la muerte de Diana de Gales en perfecta sintonía con el deseo de la Corona. Sin embargo, el propio Lord Stevens admitía que "aún existen preguntas sin responder" y apenas insistió en el sospechoso "pinchazo" de la línea de teléfono de la Suite Imperial que ocupaban Diana y Dodi en el Hotel Ritz. Las escuchas habrían sido efectuadas por algún servicio de inteligencia de Estados Unidos. Echelon en busca de Diana Diana estaba siendo espiada por la CIA y el Mossad trabajaba en una operación secreta en el hotel. Además, sabemos que la Agencia de Seguridad Nacional –NSA- de Estados Unidos utilizó el sistema Echelon de espionaje electrónico para vigilar las comunicaciones de Dodi y Diana durante su estancia en el yate a lo largo del Mediterráneo durante los meses de julio y agosto, antes de que la CIA y el Mossad entraran en juego en París. ¿Qué les interesaba? Y es que la transcripción de las comunicaciones captadas ocupan 39 informes y 1.051 páginas. "No hay nada relevante", asegura el gobierno estadounidense que, sin embargo, no ha dado a conocer el contenido de dicho dossier. Por si fuera poco, otro servicio de inteligencia norteamericano, la DIA –Agencia de Inteligencia de la Defensa– tenía informes de Lady Di relativos a sus actividades en los meses previos a su muerte y el MI-6 –servicio de inteligencia del Reino Unido– seguía sus pasos desde hacía dos años debido a su campaña en contra de las minas antipersona. Además, según informes franceses, varios agentes secretos británicos del MI-6 rondaban por París y el Ritz en aquellos días. ¿Casualidad?El 31 de agosto encargaron a Henry Paul ponerse al servicio de Diana y Dodi. ¿Avisó a los servicios de inteligencia? Lo cierto es que cuando el Mercedes 280 que conducía abandonó el garaje del Ritz, varios periodistas siguieron los pasos del vehículo, que cuando entró en el Túnel del Alma era perseguido por una motocicleta con dos pasajeros –así lo aseguran varios testigos, que relatan cómo un extraño fogonazo fue "disparado" por la persona que viajaba detrás, un fogonazo distinto a los habituales flashes–, y un Fiat Uno 210. Ambos vehículos abandonaron el túnel. El Mercedes no lo hizo nunca.Según un ex agente de MI-6 llamado Richard Tomlinson, la muerte fue fruto de una compleja operación. Este espía declaró haber formado parte, años atrás, de una búsqueda de topos en París, gracias a la cual los servicios secretos británicos captaron a Henry Paul. Además, explica que él mismo participó en el intento de asesinato de Sloban Milosevic que era idéntido a lo que había ocurrido. En opinión de Tomlinson, quien aseguraba que entre los paparazzi había varios espías, ese mecanismo de eliminación fue el que se empleó con Dodi y Diana.El Fiat Uno 210 jamás se localizó. Scotland Yard no lo identificó, circunstancia que no aclara el reciente informe. Sin embargo, la investigación del juez francés Herve Stephan sí encontró una pista. La mancha de pintura blanca que se halló en el Mercedes coincidía con la que faltaba a un Fiat propiedad de un fotógrafo llamado Jean Paul Andanson, que, sin embargo, aseguró que esa tarde había dejado París y que no había vuelto hasta el día siguiente, aunque nunca ofreció pruebas convincentes de su ausencia. Lo cierto es que, poco después, este fotógrafo se suicidó.Apenas unas horas después, la oficina de la agencia Sipa en donde se guardaban sus trabajos fue desvalijada por tres agentes de los servicios secretos franceses. Su familia no acepta la tesis del suicidio. Creen que fue asesinado por algo. Lo llamativo es que se supo que él y su jefe habían efectuado trabajos para varios servicios de inteligencia en anteriores ocasiones. Hoy, la pista del Fiat Uno sigue siendo una incógnita que Andanson se llevó a la tumba porque alguien así lo decidió, tal y como mantiene la publicación especializada Executive Intelligence Review, que publicó un informe en el que barajaba la tesis del asesinato como la causa probable de su "falso suicidio".
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