Shabbatai Zevi: El falso mesías de la cábala
Inspirada en un falso mesías judío, la secta de los Dönmeh o Sabbateos proclama una religión sin ritos, sin moral y sin dogmas. Esta es su historia
En los momentos de peligro, el judaísmo siempre ha apelado a la llegada de un mesías que liberara al pueblo de la opresión y restaurara su antigua gloria. Considerado descendiente directo del linaje del rey David bíblico, este ungido (que es lo que significa mesías) dará lugar a una era donde todas las naciones reconocerán al Dios de Israel como soberano y reinarán la paz y la justicia.
Los cabalistas, estudiosos judíos que buscaban en la Biblia significados místicos ocultos, llegaron a marcar distintas fechas para la aparición del mesías, como el año 1648, mencionado en el Zohar, la principal obra cabalística.
Las guerras entre católicos y protestantes y, especialmente, el saqueo de Roma por parte de las tropas alemanas y españolas de Carlos V, el 6 de mayo de 1527, crearon en los judíos del siglo XVI la sensación del profetizado Armagedón.
En ese contexto, nace en Esmirna (Turquía) Shabbatai Zevi que parecía elegido por la divinidad, pues vino al mundo, según el calendario hebreo, el día 9 del mes de Av (entre el atardecer del 7 de julio y el atardecer del 7 de agosto) de 1623, es decir, la fecha en la que habían sido destruidos los dos templos de Jerusalén, el primero por Nabucodonosor en 586 a.C. y el segundo por Tito en 70 a.C.
A los 15 años, Shabbatai ya había adquirido conocimientos de la literatura talmúdica y rabínica, después profundizó en la cábala práctica.
Según el Sefer ha-Zohar la entronización del mesías tendría lugar en 1648
Los cálculos cabalisticos no indicaban en qué año exacto nacería el mesías, pero sí dedujeron cuándo sería su entronización. En el Sefer ha-Zohar, o Libro del Esplendor, escrito por Moisés de León en la segunda mitad del siglo XIII, parecía deducirse, como indiqué anteriormente, que la fecha sería el 1648, pero entre los milenaristas cristianos, basándose en el libro del Apocalipsis, se apuntaba al año 1666 como el de la Segunda Venida de Cristo.
Y, en 1648 precisamente, Shabbatai oyó una voz que le decía que él era el Mesías. Ni corto ni perezoso se proclamó como tal delante de un grupo de seguidores exaltados a los que consideró apóstoles representativos de las doce tribus de Israel. Poco después anunciaría que la redención de los judíos tendría lugar el 8 de junio de 1666 y que él mismo restauraría el Reino de Israel.
Si con Shabbatai se iniciaban los tiempos mesiánicos, todo lo anterior debía ser abolido, transgredido y estigmatizado. Por eso profana fiestas tradicionales, desafía el tabú del Sabbath y anima a repetir una y otra vez el nombre oculto de Yahvé que sólo podía pronunciar el sumo sacerdote del templo en el día de Yom Kippur, la fiesta de la Expiación, el día más sagrado del año judío.
Predica en Esmirna y Constantinopla, donde conocerá a Abraham ha-Yakini quien, ya sea por motivos egoístas o por el placer en la mistificación, confirmó los delirios de Shabbatai. Después visitará Tesalónica, Atenas, Alejandría y El Cairo, lugares en los que conseguirá el apoyo de muchos judíos desesperanzados por la tardanza en la llegada del mesías judío, pero también la enemistad de muchos rabinos. Tras casarse con Sarah, una niña superviviente del pogromo de Polonia, se desplazó a Jerusalén, esperando un milagro que confirmara su condición de Mesías.
Cuando pasa por la ciudad de Gaza, se hace amigo de Nathan Benjamin Levi, que profesaba ser el Elías resucitado, el precursor del Mesías Shabbatai. En 1666 enloquece el judaísmo y especialmente el sefardí. Muchos desprecian o malvenden sus posesiones en el exilio preparándose para el regreso a Israel. Surgen por todas partes profetas que exaltan las virtudes y la misión de Shabbatai que define a su "dios" como “aquel que permite lo que está prohibido” y anima a las mujeres a leer la Torah y eliminar los privilegios de los varones. También introduce una idea ausente en el judaísmo ortodoxo: la reencarnación. Él mismo asegurará haber sido en otra vida Simón bar Kosebá, uno de los primeros mesías históricos.
Y, como sucedió con Jesús, mientras una parte del pueblo sigue al “elegido”, la jerarquía rabínica lo condena, excomulga y persigue.
Shabbatai se convertirá al islam en 1666 dando lugar a los Domenh, apóstatas con creencias judías e islámicas
Será detenido en Constantinopla y, tras dos meses de cárcel, compareció ante el sultán el 16 de septiembre de 1666 quien le dará a elegir entre realizar un milagro y demostrar que es el mesías, ser ejecutado o convertirse al islam.
El converso adoptó el nombre de Aziz Mehmed Efendi. Días más tarde, escribió una carta a su ciudad natal, Esmirna, en la que afirmaba: “Dios me ha convertido en un ismaelita [musulmán]; Él lo ha ordenado, y así se ha hecho”.
Murió desterrado en Montenegro en 1676, pero los sabateos (también llamados Donmeh, que significa apóstata en turco) pervivieron durante el siglo XVIII e incluso más allá con un sistema mixto de creencias con elementos judíos e islámicos. Muchos conspiracionistas actuales los han tachado de secta satánica en la medida que profesan una doctrina de redención a través del pecado o del mal, y promueve la duplicidad y el crimen para subvertir todas las religiones incluido el judaísmo y alcanzar la dominación universal.
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