Enigmas y anomalía
05/07/2018 (12:49 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:02 CET)

"Jischu", el cripto ser del cerro Autana: ¿mitad hombre mitad mono?

Para los piaroa que viven cerca del río Orinoco hay zonas de la selva amazónica en que viven criaturas híbridas que parecen mezclar un hombre con un mono dándole algunas otras peculiaridades de lo más extravangantes. No sabemos qué clase de criatura puede ser, pero estas tribus aseguran su existencia.

05/07/2018 (12:49 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:02 CET)
"Jischu", el cripto ser del cerro Autana: ¿mitad hombre mitad mono?
"Jischu", el cripto ser del cerro Autana: ¿mitad hombre mitad mono?

En el cerro Autana hace más de 40 años anduvo nuestro insigne naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. A propósito de este enclave mítico, un indígena piaroa, ya bastante anciano, me contó algo muy interesante relacionado con las cuevas y galerían baturales existentes en su interior.

Me narró que hace muchos años, los miembros de su familia vieron sobrevolar el cerro un «extraño aparato con hélice» (helicóptero), del que colgaba una jaula de enromes dimensiones. Según el nativo, la aeronave se posó en la mismísima cima del Autana, y él y otros miembros de la tribu vieron descender del artefacto a varios hombres.

Extrañados por la naturaleza del aterrizaje, los indígenas siguieron los movimientos de los ocupantes del helicóptero, perfectamente visibles desde donde se encontraban. Para su sorpresa, los misteriosos visitantes se descolgaron hasta una gran cueva cercana a la cima de la montaña, penetrando en su oscuridad.

Al cabo de unos minutos, aparecieron nuevamente, pero no iban con las manos vacías. El ancianó me juró que cuando salieron llevaban a una extraña criatura fuertemente maniatada, entidad que el nativo reconoció nada más verla. Se trataba del «jischu», un ser mitad hombre mitad mono que no sin dificultad lograron introducir en la jaula.

Poco después, el helicóptero tomó altura y desapareción en el horizonte. Obviamente, tomé con bastante cautela aquella extraña historia, pero pedí al anciano que me contase algo más sobre aquella criatura. El hombre, con absoluta naturalidad y en tono pausado, me explicó que el «jischu» vive en las selvas del Orinoco, concretamente en cierta región de muy difícil acceso de donde proceden los ancestros de los piaroa.

También me contó que es una especie de ser antropomorfo bastante alto y peludo, pero que sus pies no se parecen a los de un primate o un homínido, pues carecen de dedos. Como consecuencia de ello, el ancianó me contó que cualquiera que intentara seguir las huellas de un «jischu», acababa irremediablemente perdido. Los detalles del relato aumentaron mi curiosidad, y pedí al anciano que mostrara en un mapa dónde podía localizar a alguna de estas criaturas. Fue en vano, porque en tono serio me contestó que nadie debía revelar el paradero del «demonio jischu» (awé´ta´, en lengua piaroa).

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