Ocultismo
26/01/2011 (10:47 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

El museo oculto

Ya sea a la vista de todos o escondidas en salas restringidas al público, grandes museos y bibliotecas de todo el mundo cuentan entre sus fondos con una nutrida colección de piezas arqueológicas y obras de arte que sorprenden a curiosos y especialistas por su vinculación con la magia, el ocultismo o el mundo de lo sobrenatural.

26/01/2011 (10:47 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
El museo oculto
El museo oculto
En la actualidad atraen a millones de turistas cada año, ávidos por contemplar algunas de las obras de arte de los mayores genios de la Historia. Son pinacotecas como el Museo del Prado, la National Gallery de Londres y recintos cargados de tesoros como el British Museum o el célebre Louvre. Aunque hoy abren sus puertas a todo tipo de visitantes, los precursores de estos modernos museos, como los llamados Cabinets of curiosities o "Gabinetes de maravillas" eran espacios repletos de piezas curiosas sólo al alcance de monarcas o aristócratas. En estos singulares "cuartos" alimentados con piezas exóticas y extravagantes no era extraño encontrar obras de arte relacionadas, de un modo u otro, con la magia, la alquimia o la astrología. Hoy los grandes museos se han despojado de esta vinculación con lo heterodoxo, pero aún es posible encontrar en todos ellos una buena selección de piezas capaces de sorprender al visitante más excéntrico.

Talismanes y maldiciones

Para buena parte de las civilizaciones de la Antigüedad, como Egipto, Grecia o Roma, la magia era una realidad palpable, capaz de dañar y destruir a sus víctimas o, en su cara más amable, proteger frente a los peligros cotidianos o incluso servir de "escudo" contra los maleficios. Uno de los ejemplos más singulares lo encontramos en París, en el célebre Museo del Louvre. Allí, en una tranquila sala alejada del bullicio que acompaña a otras galerías, se conserva una sorprendente pieza que evidencia el importante papel de la magia en algunas culturas del mundo antiguo.

Se trata de un kolossoi, o "muñeco vudú" realizado en arcilla con la intención de "activar" un conjuro para el beneficio de su creador. Estos kolossoi cumplían una función muy similar a las tabullae defixionum o "tablillas de maldición" que, con la ayuda de espíritus de fallecidos o de algunas divinidades, buscaban perjudicar a algún enemigo o atraer a la persona amada. En el caso de la pieza conservada en el Louvre, se trata de un muñeco realizado en arcilla –también podían ser de cera– que data de los siglos II o III d.C., y procede de la ciudad de Antinoopolis. Parece que la finalidad de este kolossoi era provocar una atracción amorosa en una mujer llamada Ptolemais, un ejemplo de lo que se conoce como "magia erótica". La figurilla representa a una fémina, y tiene los brazos y piernas atados en la espalda. Además, el cuerpo de la muñeca está atravesado por trece agujas en distintas partes del cuerpo. Junto a la pequeña escultura se encontró el nombre de la víctima, la ya citada Ptolemais, de quien el autor de la pieza buscaba obtener su amor.
(Continúa la información en ENIGMAS 182).

Javier García Blanco
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