Parapsicología
21/07/2015 (12:00 CET) Actualizado: 21/07/2015 (12:00 CET)

LOS DEMONIOS DEL CONVENTO

Los trabajadores de la Casa Consistorial de Cazalla de la Sierra –que antaño formaba parte de un convento– llevan años conviviendo con lo insólito. Un equipo del programa televisivo "Cuarto Milenio", del que formaron parte los autores de este reportaje, investigó estos hechos, entrevistando a los testigos y recuperando un sorprendente documento datado en el siglo XVII, en el cual se relatan los violentos fenómenos paranormales que ya entonces se producían en el convento… Texto José Luis Hermida. Fotos Francisco Gallardo

21/07/2015 (12:00 CET) Actualizado: 21/07/2015 (12:00 CET)
LOS DEMONIOS DEL CONVENTO
LOS DEMONIOS DEL CONVENTO

Aquel día, cuando mi compañero Paco Gallardo y yo salimos de Sevilla rumbo a Cazalla de la Sierra, nos cayó encima una de las peores tormentas de los últimos años. Los limpiaparabrisas del coche habían dado por perdida la batalla de achicar tanta agua y la carretera era un inmenso lago. Pero la cita estaba fijada y los testigos nos esperaban. Llegamos a Cazalla a primeras horas de la tarde. El pueblo estaba casi desierto y sus empinadas calles eran auténticos ríos de agua que, junto al intenso viento que soplaba, hacían aún más inhóspita la visita a este bello lugar de la sierra sevillana.
Nos dirigimos al ayuntamiento. El alcalde nos había facilitado amablemente todo lo necesario para que el claustro y los salones de la casa consistorial nos sirvieran de refugio y lugar de contacto con los testigos de los extraños sucesos que llevaban años sucediendo en el edificio.  
Entrevistamos en primer lugar a Carlos Pérez, cronista e investigador local, quien nos contó que el inmueble que hoy ocupa el ayuntamiento formaba parte del antiguo convento de los monjes agustinos, que también se extendía por algunas casas de las calles aledañas: «Lo que sucedió exactamente es que había una misteriosa vivienda pegada al convento en la que, desde tiempo atrás, se venían produciendo unos ruidos muy fuertes, unos grandes estruendos. En esta casa, el sábado 12 de septiembre de 1693, además de los sonidos, tuvo lugar una lluvia de piedras que afectó al tejado del convento y que llegaron a penetrar en las celdas de los monjes». Este domicilio sería la clave en toda la investigación de los acontecimientos ocurridos en Cazalla de la Sierra desde el siglo XVII hasta nuestros días.

EL NIÑO FANTASMAL
Una testigo que prefiere mantenerse en el anonimato declaró: «En el año 1985 se llevó a cabo una remodelación muy grande del edificio. Quitaron ventanillas, abrieron puertas, derribaron muros y se alzaron nuevos tabiques. A partir de entonces es cuando comenzaron a pasar los sucesos inexplicables, tal como comprobamos algunos de los funcionarios que trabajamos en el lugar. Una mañana, creo que era verano, varias personas que estaban conmigo vimos una aparición. No era traslúcida, sino totalmente física. Ocurrió sobre la 8:15 horas de la mañana, cuando llegó un vecino del pueblo a arreglar un documento. Lo acompañaba un niño, que pasó detrás de él y se dirigió al balcón. Una vez que esta persona terminó de arreglar el documento y se disponía a abandonar la pequeña habitación donde había sido atendido, le dijimos: 'Oye, tu hijo, que te lo dejas aquí'. Y él respondió: 'Pero si vengo solo'. La sorpresa de los funcionarios que allí estaban fue mayúscula, tanto es así que volvieron a insistirle: 'No, no. Has venido con un niño', y entonces una compañera dio un grito de alarma y se dirigió al balcón pensando que ese crío podría haberse caído a la calle, pero allí no encontraron a nadie»… (Continúa en AÑO/CERO 301)
 

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