Parapsicología
26/03/2014 (19:38 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

Muerte por vudú

¿Existe la muerte por vudú? Algunos estudios antropológicos y médicos así lo constatan. La muerte psicógena, como la conocen los psiquiatras, puede aparecer cuando un impacto emocional desencadena procesos orgánicos de tal magnitud que conducen a la muerte. Nos adentramos en los pantanos de una de las religiones más temidas y desconocidas del mundo: El vudú. Muchos de quienes, buscando respuestas, transitaron antes este mismo camino, salieron malparados. y es que satisfacer la insaciable curiosidad humana puede tener un alto precio.

26/03/2014 (19:38 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
Muerte por vudú
Muerte por vudú

En los años '40, el prestigioso fisiólogo Walter Canon, de la Harvard Medical School, acuñó por primera vez el término «muerte por vudú». A su juicio, «es probablemente real y podría explicarse por el impacto del stress emocional originado por un terror obvio o reprimido». Existen casos de personas que han muerto, literalmente, de miedo. La literatura de viajeros, exploradores y militares, es vasta en ejemplos. Gabriel Soares de Souza, en su Tratado Descriptivo de Brasil (1587), relata cómo entre los tupinambás brasileños murió un indígena por el miedo que le provocó la sentencia de muerte que el hechicero de la tribu le lanzó.

El jesuita, antropólogo y naturalista español José de Acosta, señaló en la Historia Natural y Moral de las Indias (1590), que los hechiceros de Perú predecían si los miembros de su comunidad iban a enfermar o morir, cosa que todos creían a pies juntillas. Más impresionante fue el relato de Merolla durante su expedición al Congo en el siglo XVII, citado por Cannon: «Un joven negro que iba de viaje, se alojó en casa de un amigo una noche. Éste había preparado gallina salvaje para desayunar, una comida estrictamente prohibida para los jóvenes de su edad. El muchacho le preguntó a su amigo si acaso aquello era gallina salvaje, a lo que el otro le contestó que no. Se la comió de buena gana y siguió su camino. Unos días después, cuando volvieron a encontrarse, el viejo anfitrión le preguntó al joven si quería comer gallina salvaje. El muchacho le contestó que no, puesto que un mago le había prescrito solemnemente no ingerir ese alimento. Entonces, el hombre empezó a reírse, y le preguntó por qué no quería comer eso ahora si el otro día sí lo había hecho, sentado en su propia mesa. Cuando oyó aquello, el joven negro empezó a temblar de inmediato, poseído por un enorme terror y, en menos de veinticuatro horas, murió».

TERROR INDESCRIPTIBLE

William Brown nos ofrece en Nueva Zelanda y sus aborígenes (1845) otro interesante caso, referido a una mujer maorí, que habiendo comido algo de fruta, se enteró después de que procedía de un lugar tabú; empezó a gritar que la santidad del jefe había sido profanada y que su espíritu la mataría. Este incidente tenía lugar por la tarde; al día siguiente, sobre el mediodía, estaba muerta. Por su parte, A.G. Leonard, también tocó el tema en The Lower Niger and its tribes (1906), en relación a los Hausas, con relatos tan impactantes como este: «He visto a más de un curtido soldado Hausa morir poco a poco y moverse cada vez con más lentitud, porque creía que había sido embrujado; ningún nutriente, ninguna medicina que se le diera tenía el más mínimo efecto… (Continúa en AÑO/CERO 285).

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