El secreto de la estrella de Belén, 'codificado' en una iglesia de Huesca
Una conjunción de varios planetas que figura en un tratado astrológico medieval es la clave para interpretar la estrella que guio a los magos
Con el día de Reyes a punto de llegar, parece una buena idea analizar alguna de las abundantísimas representaciones artísticas de la Adoración de los Magos en busca de curiosos secretos. Y precisamente, una de las escenas de este tipo más singulares que se conoce se encuentra en la ciudad de Huesca, como veremos a continuación.
En la actualidad, los cristianos celebran el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, una fecha que la Iglesia de Roma institucionalizó en el siglo IV –según algunos autores, para cristianizar la celebración pagana del Sol Invictus y la festividad de Mitra, vinculadas con el solsticio de invierno–. Aunque desde entonces esa ha sido la fecha tradicionalmente atribuida al natalicio de Jesús, sabios de distintas épocas se cuestionaron acerca de la fecha real del nacimiento del Mesías, así como sobre la auténtica naturaleza de la célebre “estrella” que según los Evangelios guió a los magos hasta Belén.
Los cristianos celebran la natividad de Jesús el 25 de diciembre para cristianizar la celebración pagana del Sol Invictus
Así pues, en la Edad Media se popularizó en ciertos círculos de eruditos del momento –especialmente astrólogos– que Jesús había nacido en primavera, y muy posiblemente en el año 7 a.C., pues en aquellas fechas se había producido en el firmamento un stellium: es decir, una llamativa conjunción de Júpiter, Saturno, Venus, la Luna y el Sol en el signo de Piscis (el pez era el símbolo que los cristianos primitivos emplearon para representar a Cristo).
Para estos estudiosos medievales, la conjunción más importante de este stellium –la estrella de Belén del Nuevo Testamento– habría sido la de Júpiter y Saturno con el Sol y esto es precisamente, en opinión de Juan Francisco Esteban Lorente, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, lo que aparece representado en el tímpano del claustro románico de San Pedro el Viejo de Huesca.
Si nos fijamos en la escena representada en dicho tímpano, vemos que entre las figuras de los magos y las de la Sagrada Familia aparece un gran círculo (el Sol) en cuyo interior aparecen dos “estrellas” de siete puntas. Dichas “estrellas” serían en realidad –según esta interpretación– Júpiter y Saturno, que se solapan sobre el disco solar, representando la llamativa conjunción.
Un judío converso había dejado escrito un tratado de astrología que recogía la conjunción representada en el tímpano de la iglesia aragonesa
No es extraño que los escultores que tallaron esta Epifanía conocieran esta teoría sobre el stellium que guió a los magos, pues, en las fechas de su construcción, un judío converso aragonés, Pedro Alfonso, había dejado escrito un importante tratado de astrología en el que se recogían esta y otras cuestiones sobre los astros.
Si esta interpretación de los astrólogos medievales fuese correcta, los cristianos no solo estarían celebrando la natividad en la fecha equivocada, sino también la Epifanía ante los Reyes Magos, que según esos cálculos –y si la tradición tuviese algún fundamento histórico– habría ocurrido en realidad en algún momento de primavera, y no a comienzos de enero.
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