Tardan 200 años en desencriptar un libro capaz de dominar demonios y lanzar maldiciones
Doscientos once años después logran descifrar un extraño manual de exorcismos que había sido codificado para evitar hacer el mal
El Conde de Oxford y Mortimer, Robert Harley, adquirió en 1753 una colección de más de 600 manuscritos que habían sido escritos en varias lenguas europeas durante la Edad Media, entre ellos se encontraba un documento catalogado como Harley MS 2874, aparentemente indescifrable.
Figuraba en el catálogo original como un breviario del siglo XIV, es decir, un libro de liturgia que resume las obligaciones públicas del clero a lo largo del año, sin embargo, muchas de las palabras del texto no tenían sentido y estaban compuestas solo por consonantes, resultando del todo ilegibles.
¿Estamos ante un texto cifrado al estilo del Manuscrito Voynich?
El texto empezaba diciendo: Cpnkxratkp malkgnprum spkrkxxm. ¿Acaso estábamos ante un texto cifrado? ¿Era como el famoso Manuscrito Voynich?
Dos siglos más tarde se ha dado con la solución. En 2019, los especialistas de la British Library, que es donde fue a parar la colección Harley, revisaron el trabajo realizado por sus predecesores en 1808 y vieron que fallaba algo: el libro estaba encriptado.
El extraño manuscrito trata sobre espíritus malignos y las claves para combatirlos
Además, comprobaron como el método de cifrado era relativamente sencillo: reemplazaba las vocales por las letras que les seguían en el alfabeto. De este modo, los historiadores se dieron cuenta que, en realidad, no estaban frente a un breviario y que el galimatías del título significaba Coniuratio malignorum spirituum. En otras palabras, se trataba de La Conjuración de los Espíritus Malignos. Un libro de exorcismos.
Una vez revelada su identidad, se descubrió algo más curioso aún. El libro era conocido y se conservan alrededor de 30 copias aunque sin codificar impresas en Roma y Venecia entre finales del siglo XV y principios del XVI.
El MS 2874 es, sin embargo, una copia a mano realizada seguramente por un monje de la abadía de Bury St. Edmunds, en Suffolk, que decidió codificar su contenido. Puede que quisiera evitar que alguien pudiera emplearlo para hacer el mal ya que las fórmulas que contiene otorgan el poder para dominar a los demonios o lanzar maldiciones.
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