Civilizaciones perdidas
01/03/2018 (03:11 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:09 CET)

El gen Neandertal del hombre moderno

Los expertos se esfuerzan en negar que en nuestros genes pueda existir algo del Neandertal, consideran a ese homínido mucho más cercano al mono que al hombre, no obstante, algunos hábitos de estas criaturas demuestran lo contrario. ¿Tenemos el gen Neandertal? Por Sergio Basi.

01/03/2018 (03:11 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:09 CET)
El gen Neandertal del hombre moderno
El gen Neandertal del hombre moderno

Entre datos y datos que el ser humano moderno a trazado para contextualizar y conceptualizar su origen, encontramos un ser, al humano mismo. Hace unos 40.000 años aproximadamente, este ser se convirtió en lo que somos hoy nosotros, en el Homo Sapiens Sapiens.

No obstante, fue hace unos 10.000 años cuando todo cambió realmente. Súbitamente, aparecieron comunidades organizadas, conocedoras de la agricultura y domesticadoras de animales, con sólo 5.000 años más, tal y como nos dice Mariano Fernández Urresti en su obra El secreto del camino de Santiago, "aparecerían las ciudades sumerias y los documentos escritos".

Lo cierto es que el misterio está servido y lejos de acercaros a esclarecer algo, cuanto más conocemos, menos sabemos sobre el origen del hombre. Y así, podemos leer en obras como Before Civilization que:

"arqueólogos de todo el mundo se han dado cuenta de que mucha de la prehistoria, tal cual aparece escrita en los libros de texto, es inadecuada. Parte de ella está, sencillamente, equivocada."

Es un hecho ya comprobado y contrastado que el hombre moderno convivió durante un tiempo con el hombre Neandertal, una especie anterior. Esta convivencia da lugar a teorías que se preguntan cuánto puede haber en nuestro ADN del hombre Neandertal. Intentamos negar frecuentemente que en nuestra genética haya algo de esa especie dado que se le ha considerado siempre, erróneamente, como un mono sin ningún tipo de ilustración.

Y ese pensamiento es erróneo por diversas razones. En primer lugar hay que considerar los descubrimientos que se han realizado acerca de la cultura funeraria que tenían estas criaturas, al fin y al cabo enterrar, como hacían a los suyos, en posición fetal, es una prueba irrefutable de que en el Neandertal se daba cierto sentido de trascendencia. Se descubrió en una cueva de Irak un cuerpo enterrado lleno de restos de polen, de lo que se puede entender que se le pusieron ramos de flores a un muerto hace muchos miles de años.

También en Zagros, Irak, se encontraron pruebas de sensibilidad humana en estos seres. En un yacimiento de más de 60.000 años, aparecieron los restos de 10 neandertales, uno de ellos con heridas y marcas tremendas anteriores a su fallecimiento. Este homínido había sufrido graves heridas pero no murió por esas causas, eso significa que los demás miembros de su familia o comunidad lo cuidaron y alimentaron (él no podría cazar) y de ser así, los arqueólogos concluyen que el Neandertal ya había desarrollado una suerte de estructura de responsabilidad social.

"Eso aleja al Neandertal del mono y lo acerca al hombre moderno", dice Urresti. Los expertos siguen asegurando que al Neandertal no le debemos nada de nuestro material genético, el Cromagnon se desarrolló por su cuenta y expulsó de sus tierras a los Neandertales gracias a su desarrollo técnico y capacidad de adaptación, así, como dice el autor, estaríamos ante el primer pogrom de la historia de la humanidad y de este modo no habría duda de que el Cromagnon es el primero de nosotros dado que no hemos dejado de repetir ese tipo de acciones.

El enigma está servido. 

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