Civilizaciones perdidas
28/01/2020 (16:45 CET) Actualizado: 28/01/2020 (16:45 CET)

Parte del tesoro de Moctezuma está en los canales de México

Un estudio del INAH confirma que el llamado tejo de oro de Moctezuma formó parte de los tesoros expoliados por los españoles en la Noche Triste de Tenochtitlan

Josep Guijarro

Periodista y escritor

28/01/2020 (16:45 CET) Actualizado: 28/01/2020 (16:45 CET)
tejo oro tesoro moctezuma canales mexico
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Hace 40 años, una cuadrilla de trabajadores de la construcción, halló enterrada en una acequia de la vieja Tenochtitlan, no muy lejos del Palacio de Bellas Artes de la actual Ciudad de México, una lámina curvada de casi dos kilos de peso. El “tejo de oro” de Moctezuma, como se le bautizó, se fue encontrado a más de cuatro metros de profundidad. Pronto advirtieron que era una pieza de oro y, en medio del griterío, Félix Francisco ("don Félix") Bautista García, bajó a la fosa impidió que los que sus compañeros se hicieran con la barra de 1,93 kilogramos, para entregarla a los arqueólogos.

Desde 1981 estuvo expuesta en el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México y el Gobierno, encabezado entonces por José López Portillo, lo consideró tesoro de la nación. Pero, ¿qué era el Tejo de oro? ¿Cómo había llegado hasta el parque donde fue encontrado?

El tejo de oro es un testimonio arqueológico único de la Noche Triste

El enigma ha tardado 40 años en resolverse. Según el investigador del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), Leonardo López Luján "el lingote es una pieza ‘clave’ de la conquista española y un testimonio arqueológico único de la llamada ‘Noche triste’”.

Se conoce como la Noche Triste la derrota sufrida por los soldados de Hernán Cortés a manos de los mexicas entre el 30 de junio y la noche del 1 de julio de 1520. Los indígenas estaban enfurecidos por la masacre de sus nobles y sacerdotes en el Templo Mayor de Tenochtitlan por parte de Pedro de Alvarado, que poco antes había sido confundido por los aztecas con Tonatiuh (el rey sol).  Y es que Alvarado era un hombre corpulento, alto, rubio y de prominente barba lo que le confería el aspecto de Quetzalcóatl, el dios que prometió volver.

La misión del español, al cargo de una compañía de 80 soldados, consistía en la protección de Moctezuma II, prisionero de Cortés a cambio de oro. Pero aquella noche la revuelta triunfó y los españoles salieron huyendo con lo que pudieron. Los investigadores del INAH han descubierto ahora que el Tejo de oro fue fundido entre 1519 y 1520, cuando los objetos de oro del tesoro azteca fueron convertidos en barras para facilitar su transporte a Europa y que, por consiguiente, podría formar parte de él.

codice florentino
 

El Códice Florentino, que ilustra la rebelión, muestra a los mexicas buscando los objetos expoliados por los españoles y, en uno de ellos se ve portando una espada en la mano derecha y un “barrete de oro” en la izquierda”. Las medidas, según el códice, eran de tres dedos de ancho, equivalente a 5,4 centímetros, exactamente lo que mide el Tejo de Oro. Lo ha confirmado, además, la técnica de Fluorescencia de Rayos X, una pericia multielemental de alta sensibilidad, no destructiva, no invasiva y sumamente rápida que determinó la composición del tejo y confirmó que se confeccionó fundiendo un conjunto de joyas e insignias de orfebrería mexica, a una temperatura de 950 grados.

También su aspecto coincide con la descripción que Bernal Díaz del Castillo hizo de los "tejos de oro" que se obtuvieron de la fundición del "Tesoro de los antepasados de Moctezuma". López Luján especula que algún soldado podría haberlo cargado bajo la armadura, lo que explicaría también la forma de la pieza. "Al fin y al cabo, el oro es un material muy maleable" -señala. El tejo de oro es una de las pocas evidencias arqueológicas de la presencia de Hernán Cortés en Tenochtitlan. “En el museo hay un peto que dice 'Alvarado', y se supone que es de Pedro Alvarado, uno de los capitanes de Cortés. Pero no hay armas, arcabuces, nada" –asegura en declaraciones a El País, el director del estudio. Por consiguiente, el Tejo de oro es una pieza única.

Sobre el autor
Josep Guijarro

Josep Guijarro es reportero de prensa, radio y televisión, además de autor de varios libros entre los que cabe destacar El tesoro oculto de los templarios, Aliens Ancestrales o Coincidencias Imposibles. Es documentalista de la serie Extraterrestres (DMAX) y forma parte de los programas El Colegio Invisible y La Rosa de los Vientos, ambos en Onda Cero.

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