Creencias
01/04/2004 (00:00 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
Así fue la Pasión de Jesús de Nazaret
"La Pasión es bastante fuerte. Nos hemos acostumbrado a ver crucifijos bonitos colgados de la pared. Decimos: ';¡Oh, sí! Jesús fue azotado, llevó su cruz a cuestas y le clavaron a un madero'. No obstante, ¿quién se detiene a pensar lo que estas palabras significan realmente?". De este modo se expresaba Mel Gibson hace unas semanas, director de la película más polémica del momento Pero, ¿cómo fue la Pasión?
Jesús suda sangre en el Huerto. Era el comienzo del sufrimiento: "Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra", Lucas 22, 44.
En el Getsemaní, el nazareno, a sabiendas de que su muerte se acercaba, sufrió una enorme angustia mental. Los evangelios nos dicen literalmente que comenzó a sudar sangre. No se trata de una metáfora, sino de una circunstancia que en medicina se conoce como hematidrosis o hematohidrosis, que se produce cuando se alcanza un elevado grado de sufrimiento psicológico. Como resultado de hemorragias en las glándulas sudoríficas, la piel se vuelve frágil y tierna. Aunque algunos autores sugieren que la hematidrosis producía hipovolemia, la pérdida real de sangre que experimentó Jesús fue mínima. Sin embargo, en el aire frío de la noche, todo su cuerpo sufrió escalofríos.
Poco después de la medianoche fue arrestado por los guardias del templo, que le condujeron ante Anás, y posteriormente, ante Caifás, el sumo sacerdote judío ese año. Entre la una de la mañana y el amanecer, Jesús fue juzgado por el citado Caifás y por el Sanedrín político. Fue hallado culpable de blasfemia. A continuación, los guardias lo vendaron, le escupieron y le golpearon en el rostro con sus puños. Poco después del amanecer, presumiblemente en el templo, Jesús fue juzgado ante el Sanedrín religioso formado por fariseos y saduceos, cuyos miembros también lo encontraron culpable de blasfemia, un crimen castigado con la pena de muerte
En el Getsemaní, el nazareno, a sabiendas de que su muerte se acercaba, sufrió una enorme angustia mental. Los evangelios nos dicen literalmente que comenzó a sudar sangre. No se trata de una metáfora, sino de una circunstancia que en medicina se conoce como hematidrosis o hematohidrosis, que se produce cuando se alcanza un elevado grado de sufrimiento psicológico. Como resultado de hemorragias en las glándulas sudoríficas, la piel se vuelve frágil y tierna. Aunque algunos autores sugieren que la hematidrosis producía hipovolemia, la pérdida real de sangre que experimentó Jesús fue mínima. Sin embargo, en el aire frío de la noche, todo su cuerpo sufrió escalofríos.
Poco después de la medianoche fue arrestado por los guardias del templo, que le condujeron ante Anás, y posteriormente, ante Caifás, el sumo sacerdote judío ese año. Entre la una de la mañana y el amanecer, Jesús fue juzgado por el citado Caifás y por el Sanedrín político. Fue hallado culpable de blasfemia. A continuación, los guardias lo vendaron, le escupieron y le golpearon en el rostro con sus puños. Poco después del amanecer, presumiblemente en el templo, Jesús fue juzgado ante el Sanedrín religioso formado por fariseos y saduceos, cuyos miembros también lo encontraron culpable de blasfemia, un crimen castigado con la pena de muerte
Comentarios
Nos interesa tu opinión