Lugares mágicos
22/01/2013 (17:26 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
ANDALUCÍA: LA RUTA DE LOS ESPECTROS
José Manuel FríasLa región andaluza cuenta con innumerables lugares, accesibles para cualquier visitante, en los cuales se aparecen fantasmas y suceden toda clase de fenómenos paranormales. El presente reportaje es un extracto de 50 lugares mágicos de Andalucía (Cydonia, 2012), libro publicado recientemente que ofrece al lector un buen puñado de enclaves en los que habita el misterio y que el interesado puede descubrir por sí mismo.
A principios del siglo XIX, los aires no soplaban a favor de los extranjeros protestantes que residían en España. En la capital malagueña, los difuntos eran enterrados con disimulo al anochecer, en cualquier lugar que resultara idóneo, como bien podía ser una playa aislada. En ninguno de los escasos cementerios de la ciudad se permitía el descanso de estos residentes no católicos, pues la mayor parte de ellos pertenecían a cultos protestantes ingleses. Estos hechos motivaron que el cónsul inglés William Mark se preocupara por el destino de sus conciudadanos, de manera que comenzó a organizar un proyecto para la creación de un cementerio que acogiera las inhumaciones de los extranjeros de dicha fe que falleciesen en Málaga.
Cuentan las viejas leyendas inglesas que la última persona que es enterrada en un cementerio, se convierte en guardiana del camposanto, velando por la seguridad de las almas allí congregadas. Y así se mantiene hasta que un nuevo difunto es inhumado y ocupa el puesto del anterior vigía. En la necrópolis inglesa de Málaga se mantiene muy viva esta tradición, pues son muchos los que creen en la misma. La figura errante del guardián del cementerio ha sido observada por multitud de testigos. No solamente la han contemplado vagando por los sinuosos caminos del camposanto los vecinos que habitan viviendas colindantes con la necrópolis, sino que algunos turistas que penetraron en sus dominios, también han sido protagonistas de lo insólito.
Personas de toda condición social y edad, deseosas de conocer este importante patrimonio malagueño, han surcado sus rincones, y más de uno se ha llevado desagradables sorpresas. Aseguran haber sido tocadas por manos invisibles, haber oído pasos donde no había nadie y haber escuchado voces provenientes de la nada. Pero lo que es peor, varios testigos observaron la figura esquiva de un hombre, candil en mano, apareciendo fugazmente por algunos de los caminos de la necrópolis. ¿Se trata del fantasma del guardián del cementerio?
EL FRAILE DEL PURGATORIO
A mediados del siglo XVI se fundó en la capital hispalense el convento de San Francisco, perteneciente a la Orden Seráfica. Juan de Torres, caballero de ilustre familia que había dedicado su vida al pecado, decidió abandonar las malas costumbres e ingresar de hermano lego en el convento sevillano. Una de las costumbres de este arrepentido hombre era la de levantarse de madrugada y rezar ante el altar de la capilla de San Onofre. De ese modo quería purgar aún más sus culpas por lo distendido de su existencia pasada (Continúa en AÑO/CERO 270).
Cuentan las viejas leyendas inglesas que la última persona que es enterrada en un cementerio, se convierte en guardiana del camposanto, velando por la seguridad de las almas allí congregadas. Y así se mantiene hasta que un nuevo difunto es inhumado y ocupa el puesto del anterior vigía. En la necrópolis inglesa de Málaga se mantiene muy viva esta tradición, pues son muchos los que creen en la misma. La figura errante del guardián del cementerio ha sido observada por multitud de testigos. No solamente la han contemplado vagando por los sinuosos caminos del camposanto los vecinos que habitan viviendas colindantes con la necrópolis, sino que algunos turistas que penetraron en sus dominios, también han sido protagonistas de lo insólito.
Personas de toda condición social y edad, deseosas de conocer este importante patrimonio malagueño, han surcado sus rincones, y más de uno se ha llevado desagradables sorpresas. Aseguran haber sido tocadas por manos invisibles, haber oído pasos donde no había nadie y haber escuchado voces provenientes de la nada. Pero lo que es peor, varios testigos observaron la figura esquiva de un hombre, candil en mano, apareciendo fugazmente por algunos de los caminos de la necrópolis. ¿Se trata del fantasma del guardián del cementerio?
EL FRAILE DEL PURGATORIO
A mediados del siglo XVI se fundó en la capital hispalense el convento de San Francisco, perteneciente a la Orden Seráfica. Juan de Torres, caballero de ilustre familia que había dedicado su vida al pecado, decidió abandonar las malas costumbres e ingresar de hermano lego en el convento sevillano. Una de las costumbres de este arrepentido hombre era la de levantarse de madrugada y rezar ante el altar de la capilla de San Onofre. De ese modo quería purgar aún más sus culpas por lo distendido de su existencia pasada (Continúa en AÑO/CERO 270).
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