Cuatro aviones se cruzan con ovnis en España

Al anochecer del 2 de febrero de 1988, miles de personas en el tercio norte español, contemplaron como el cielo se iluminó al paso de varios objetos que dejaban tras de sí una estela luminosa. Pronto, las centralitas de las emisoras de radio, de los aeropuertos y las comisarías de policía empezaron a recibir llamadas solicitando información. Nadie sabía con certeza lo que estaba pasando.

Lo mismo ocurrió en el aire. El vuelo Audeli 104 alertó a las 19:07 h que una potente luz, seguida de otras cuatro que dejaban una estela azulada a sus espaldas, se cruzó en dirección contraria cuando se acercaban a Madrid, a una altitud de 11.000 pies (unos 3.500 metros).

El Control de vuelo –según la grabación que acompaña este post- no tiene información de tráfico en esa ruta y sugiere que puede tratarse de una maniobra militar. Pero, apenas treinta segundos después, varios aviones reportan la presencia de las extrañas luces en puntos tan distantes como Castejón, o el punto ASTRO cerca de Albacete. El o los objetos vuelan alto, muy alto… Hasta cuatro aviones comerciales divisan el fenómeno en los cielos y sólo un vuelo de la desaparecida comapañía Aviaco, lo  relaciona con un fenómeno astronómico.

Al día siguiente, la prensa hablará del reingreso a la atmósfera de un meteorito que habría empezado a desintegrarse a los 100 Km de altitud sobre Toledo y llegaría descompuesto a la costa Levantina.

Pero no todos opinaban lo mismo. El ufólogo Bruno Cardeñosa, director de La Rosa de los Vientos en Onda Cero Radio, realizó una exhaustiva investigación que demostró que los avistamientos se iniciaron a las 17,30h. y se prolongaron hasta las 3 de la madrugada, descartando la posibilidad de un meteorito. Es más, el investigador Juan José Benítez también pudo saber que dos aviones Phantom del Ejército del Aire del Grupo Militar 45 que realizaban una traslado para un trasplante de corazón, se cruzaron con las estelas.

El Ministerio de Defensa hizo pública una nota en la que se decía que "no es la primera vez que los pilotes de la unidad observan este fenómeno, pero nunca se habían encontrado a tan poca distancia de este tipo de objetos tenidos por meteoritos".

Para colmo, un grupo de contactados de Desojo (Navarra) seguidores de Eugenio Siracusa estaban esperando una señal en los cielos del "retorno de Cristo a bordo de un ovni"(sic). Desde hacía meses venían registrando una serie de coincidencias relacionadas con el número 33. Matrículas, rótulos, calles, horas, relojes, siempre que miraban estaba ahí el dichoso número.

Lice Moreno, cabeza visible de un grupo de contactados, pronto se dio cuenta de que el avistamiento del 2 de febrero ocurrió 33 días después del comienzo del año y 333 antes de que terminara. Además, la suma de las cifras (02-02-1988) daba 3. ¿Simple casualidad?
Para el grupo es evidente que no, es la señal que esperaban, un acontecimiento que cambiaría sus vidas a partir de entonces y que ahora, gracias a las grabaciones de las comunicaciones entre pilotos y torres de control adquieren una dimensión muy distinta a la del simple meteorito en reentrada.