Ovnis y vida extraterrestre
25/07/2017 (10:43 CET) Actualizado: 25/07/2017 (10:50 CET)

Detectan ovnis en una pintura del siglo XI en Georgia

Ufólogos detectan presuntos ovnis en un fresco de una catedral ortodoxa georgiana. Repasamos otras representaciones, algunas inéditas, en el vídeo. Josep Guijarro

25/07/2017 (10:43 CET) Actualizado: 25/07/2017 (10:50 CET)
Detectan ovnis en una pintura del siglo XI en Georgia

En las paredes de la catedral ortodoxa de Svetitskhoveli (Mtskheta, Georgia) luce un fresco bizantino que ha captado la atención de los ufólogos. En la composición del siglo XI  son visibles dos objetos cuyo peculiar aspecto ha sido relacionado con ovnis.

Se trata de una escena de la crucifixión de Cristo a ambos lados, sobre la cruz, se hallan representados unos artefactos con estela (dos semicírculos uno rojo y otro blanco)  que los historiadores de arte dicen que son ángeles de la guarda.

El diario 'Express' sin embargo, recoge declaraciones de ufólogos que aseguran que esta afirmación entra en conflicto con el hecho de que durante el periodo bizantino estos ángeles eran dibujados con alas.

Así, el portal Travelgeorgia.ru indica que estos objetos aluden a la frase bíblica "el Sol se convertirá en tinieblas y la Luna en sangre, antes que llegue el Día del Señor, día grande y glorioso" y que el supuesto ovni rojo representaría la Luna ensangrentada, y el blanco el Sol.

En cualquier caso, guardan un sugestivo parecido con los objetos que aparecen en un fresco del monasterio Visoki Decani, en Kosovo. En las esquinas superiores de esta otra crucifixión muestran lo que en apariencia son seres humanos en el interior de dos estrellas fugaces.

Los ovnis en el arte son recurrentes como  La Madonna de Saint Giovannino que hoy expone  la National Gallery de Londres. Un sugestivo «espiritu santo» en forma de platillo, provisto de antena y refulgente es observado por un pastor. ¿Qué motivó al pintor a interpretar así la paloma mensajera?

Más llamativo es el fresco del siglo XVI en la iglesia de Sighisoara, en Transilvania (Rumania), considerado como el lugar de nacimiento del legendario Vlad Tepes, príncipe valaco  en el que se inspiró la leyenda del Conde Drácula. Muestra lo que parece un platillo volante que echa humo y planea sobre los edificios.

Los expertos locales, como Nicolae Tescula, afirman que -seguramente- la pintura de esta iglesia representa la ascensión del profeta Elías al cielo.

Otro singular espíritu santo fue pintado por el prestigioso Gabriel Mòger en un retablo del siglo XV en la la iglesia parroquial de Campos, en Mallorca. El platillo –porque esta forma tiene- lanza un rayo sobre el nacimiento de Jesús.

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