Revista
Enigmas 245
Abordar un asunto tan polémico como el que traemos hasta nuestra portada quizás sea tachado de improcedente e indecoroso por aquellos que creen que las sagradas escrituras son auténticos tratados de historia. Pero quienes trabajamos estas materias desde hace años, al menos en esta redacción, como humanistas que somos, pensamos que la historia, más concretamente la historia de la religión, ha ninguneado de manera escandalosa la figura de un gran hombre que posiblemente existió, y al que conocemos como Jesús el nazareno.
Vivió los últimos momentos como cualquier otro ser humano: con miedo. Por eso, porque lo importante es el mensaje , el contenido y no el continente, ¿qué más da que tuviese familia –como rabí estaba destinado a ello-? ¿Importa de verdad que muriese, como proponen algunas investigaciones atrevidas, años después de ser crucificado? Él resucitó porque su mensaje se ha mantenido durante milenios; no ha muerto.