Asatrú, la religión fiel a los dioses de Islandia

Los mitos nórdicos son extraordinarios. Igual que todos y cada uno de sus personajes. Estas creencias ahora se están recuperando de un pasado remoto al punto de que dioses como Thor, Odín o Loki entran con fuerza en el marasmo de nuevas creencias del siglo XXI. En Islandia hace años que una asociación llamada Asatruarfelagid promueve la adoración a las divinidades nórdicas, que practican la religión Asatrú –la traducción es «fiel a los dioses»–. De hecho su éxito es tal que que han logrado una subvención del gobierno islandés para construir un templo en honor a los aesir, los dioses principales del panteón nórdico. Dicho así puede parecer una excentricidad más, pero es que no se levantaba un templo en honor a dichas divinidades desde hace mil años, que es precisamente el tiempo que hace que la población islandesa fue evangelizada y todos estos cultos paganos fueron eliminados a espadazos.

Según Asatruarfelagid, el número de fieles registrados en Islandia es de 3.488, un número aceptable si pensamos que la población de la isla es de 320.000 habitantes. Por tanto estamos hablando de casi el 5%.

De momento es tan solo un plan, pero cuando por fin esté levantado en la capital, Reikiavik, en este templo se celebrarán ritos tan habituales en otros como matrimonios o funerales. Para el sumo sacerdote de Asatruarfelagid, Hilmar Orn Hilmarsson, «ya no podemos creer en la imagen que nos transmite la tradición de algunos de nuestros dioses, como si fuesen gigantes, algunos incluso tuertos y montando a caballo, con un poder extraordinario sobre las fuerzas de la naturaleza.  Estas historias son metáforas poéticas y manifestaciones precisamente de esas fuerzas de la naturaleza y de la psicología humana. Por tanto la evolución de nuestra religión es clara: las historias del pasado son mitos de los cuales hemos de extraer la parte de teología que tienen».

Y ha asegurado que «somos la iglesia no cristiana con más seguidores en Islandia». La sensación que dan es que van camino de ser mucho más influyentes en apenas un lustro.