Tatuaje «íntimo» contra el mal

Una de las numerosas momias pertenecientes al Museo Británico guardaba un insospechado secreto, ahora desvelado gracias a una tomografía computerizada.

La protagonista de la historia fue una mujer joven, de entre 20 y 35 años, que vivió en una comunidad cristiana junto al Nilo en torno al 700 de nuestra era, y cuya momia fue recuperada en 2005. Pues bien, cuando los investigadores observaban los resultados de la tomografía, advirtieron que la joven tenía un misterioso tatuaje grabado en la cara interna de uno de sus muslos, concretamente varios caracteres griegos.

Tras estudiar el tatuaje, los científicos concluyeron que se trataba del nombre «Miguel», que los investigadores interpretaron como alusivo al arcángel homónimo.

Pero, ¿por qué una «monja» de hace dos mil años haría algo así?, se preguntaron perplejos. Daniel Antoine, conservador del citado museo, explicó que sólo podían especular al respecto, aunque lo más probable es que la presencia de este símbolo, oculto entre los muslos de la joven, tuviera que ver con una «finalidad protectora».