Vida alternativa
31/10/2017 (13:44 CET) Actualizado: 31/10/2017 (13:44 CET)

El poder curativo de las pirámides

A todos nos fascinan las pirámides. Esta estructura parece conectarnos con lo desconocido. Sencillos experimentos demostraron que su diseño permitía la regeneración de las hojas de afeitar, conservar alimentos, momificar materia orgánica e incrementar del vigor sexual… Ahora se habla de su valor terapéutico. Josep Guijarro

31/10/2017 (13:44 CET) Actualizado: 31/10/2017 (13:44 CET)
El poder curativo de las pirámides
El poder curativo de las pirámides

Salvador Lizana, ha patentado una estructura piramidal a través de la cual –asegura- es posible curar múltiples enfermedades. Este curandero reconvertido a naturópata asegura que la idea partió de un libro que, a pesar de ser reeditado sin pena ni gloria hace un par de años, hizo escuela a finales de los ochenta. Lleva por título El poder mágico de las pirámides. Sus autores, Max Toth y Greg Nielsen fueron los primeros en advertir que tanto en el interior como alrededor de estas formas geométricas pasaba algo extraño. Propusieron sencillos experimentos prácticos de conservación, momificación de alimentos e, incluso, de recarga de baterías con una sencilla pirámide de cartón a escala y orientación de la construcción faraónica que preside la gran pirámide de Keops, en la meseta de Gizá (Egipto). Allí observaron con asombro que se daban los mismos efectos  luego era la estructura la que concentraba cierta "energía" regeneradora.

Tomando como base estos experimentos, Lizana ha probado diversos materiales y ángulos hasta dar con una estructura que, en su opinión, genera una onda curativa. La ha denominado Bi-quix-d'fu y sus bondades han sido reveladas en un libro titulado Energía curativa a tu alcance. "A través de esta 'estructura energética' –dice- se puede detener y corregir un campo energético bloqueado".

Y es que Lizana, junto a su compañera María José, están convencidos de que mucho antes de que las enfermedades hagan su aparición en nuestro organismo lo hacen en el cuerpo energético. "La energía nos rodea –dice María José- somos energía." Nos asegura que mediante la fotografía del aura, la llamada Kirlian, se ha demostrado que "cuando una energía está mal colocada el aura cambia de color. La enfermedad –añade-  afecta en primer lugar al cuerpo energético y después al nuestro organismo biológico. Es decir –concluye- que primero siempre hay una variación del campo bioenergético y eso es lo que recomponen estas estructuras metálicas piramidales".

Más crítico se muestra el divulgador científico Daniel Arbós que no cree en la existencia de esta energía. "Se trata de un placebo y no dudo que algunas enfermedades con base psicosomática puedan mejorar, pero nunca curar". En ese sentido, el crítico Gonzalo de Martorell, denuncia que "en ningún caso estas terapias deben sustituir a la medicina." Y afirma que "puede ser muy peligroso. Hay gente sin escrúpulos, auténticos criminales, que anuncian curas milagrosas contra el cáncer y la gente desesperada les hace caso abandonando la radio o químioterapia".

Lo que parece fuera de toda duda es que la energía de las pirámides ofrece bienestar y calma a quienes se encuentran en su radio de acción.

Para demostrarlo Lizana nos ofrece algunos testimonios recogidos a través de su canal en YouTube y, nos asegura que "cada estructura de metal está ideada para tratar una enfermedad pero a veces es necesario combinarlas." 

En la actualidad ha diseñado más de cuarenta modelos que han sido probados por decenas de pacientes. La primera que patentó es para el tratamiento de la artrosis. "Experimenté con una vecina de ochenta años que apenas podía moverse y, a los tres meses, estaba como nueva" -declara satisfecho.

A partir de entonces modificó el modelo original y creó otros, con ángulos distintos, pensados específicamente para cada afección o dolencia. "Cada estructura -nos explica-, genera una onda energética diferente." Para que surta efecto, el diseño en cuestión debe colocarse sobre la zona afectada unos minutos al día durante ese tiempo, dice, el paciente puede sentir cierto calor, hormigueo o adormecimiento de la zona sobre la que actúa la pirámide; después, progresivamente, sentirá un alivio en las articulaciones con la desaparición paulatina de la inflamación que, generalmente, está asociada a este tipo de dolencias. "Si tienes algo sientes algo –declara Lizana- y si no tienes nada, no sientes nada. Son todo sensaciones".

El taller de Lizana está abigarrado de estructuras metálicas de "prototipos experimentales". Alberga la esperanza de ver reconocido su esfuerzo y su constancia en pro de prestigiar la energía de las pirámides. Mientras ese momento llega, sigue investigando en silencio y llevando esperanza a nuevos pacientes.

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