Vida alternativa
18/04/2022 (11:34 CET) Actualizado: 18/04/2022 (13:08 CET)

Medicina tradicional tibetana

Cuerpo y mente; la química de plantas y minerales; la influencia de los astros y el papel del karma; mantras y exorcismos; sangrías, acupuntura y masajes; alimentación y conducta; equilibrios entre humores; pulsos y orina… Estos son algunos de los ingredientes más reconocibles de la milenaria medicina tradicional tibetana

18/04/2022 (11:34 CET) Actualizado: 18/04/2022 (13:08 CET)
Medicina tradicional tibetana
Medicina tradicional tibetana

La manera trascendente de entender la existencia y los códigos de conducta del budismo están en el origen de la Medicina Tradicional Tibetana, justificando ello que muchos procedimientos y preceptos sean incompatibles con lo que la medicina alopática y científica nos dice hoy en día, e incluso con lo que en la sociedad moderna estamos dispuestos a aceptar. Es importante tener esto presente cuando nos aproximamos a este compendio de conocimientos, que buscan sanar el cuerpo actuando sobre el mismo físicamente, pero en un contexto en el que el abordaje espiritual y psicológico, desde la milenaria filosofía budista, eran igual o más importante si cabe. Solo así se puede aspirar a entender que fuesen capaces de abordar con eficacia diferentes tipos de cáncer, que conocieran la utilidad de cientos de plantas o que desarrollaran la acupuntura y moxibustión, mientras sostenían ideas tan inaceptables como que la homosexualidad era un trastorno corregible generado por desequilibrios energéticos o que algunas enfermedades estaban provocadas por demonios. Las raíces múltiples de esta medicina, que podríamos etiquetar como "holística", hay que buscarlas en la India,
China, Mongolia y Tíbet, por ello vemos integrada en ella ingredientes que, reelaborados por la filosofía budista, provienen de la tradición ayurvédica, de los procedimientos de diagnóstico por pulso y tratamiento energético de China o de la terapéutica prebudista Bon-Po, que además de la rica farmacopea de la región, suma elementos chamánicos y mágicos. La horquilla temporal en la que se fragua esta medicina arrancaría al menos hace 2.500 años con el libro védico Rgyud bzhi (Los Cuatro Tantras), y alcanzaría a la época de mayor expansión del budismo entre los siglos VIII y XI. Su supervivencia y evolución actual es el resultado de la influencia sobre esa herencia ancestral del panorama generado tras la invasión de Tíbet por China.

Sanar el cuerpo también significa sanar la mente

ELEMENTOS Y HUMORES

Esta medicina debe entenderse asumiendo la existencia de cinco elementos que dan forma a todo lo existente en la naturaleza (lo exterior) y en el ser humano (lo interior), requiriéndose de una armonización entre ambos. Tierra, agua, fuego, viento y espacio son dichos elementos. Tal y como  explican desde la organización Nangten Menlang International, "el elemento tierra son nuestros músculos y huesos. El elemento agua son los líquidos de nuestro cuerpo. El elemento fuego es nuestra temperatura interior, nuestro metabolismo y el catalizador de reacciones químicas. El elemento
viento es la respiración, la descarga de las neuronas y el flujo de pensamientos. Y el espacio es lo que lo mantiene todo en su propio lugar, permite la apertura entre las células, así como la oquedad de los intestinos y demás". También se entiende que el cuerpo está formado por los siete constituyentes, que son los nutrientes, sangre, carne, grasa, hueso, médula ósea y esencia, así como por decenas de emociones que serán favorables o desfavorables en función del equilibro que tengan los cinco elementos en nuestra mente.

Por último, y como eje central de la medicina tibetana, se encuentra el concepto de los tres humores: bilis, viento y flema, que son las sustancias vitales del cuerpo generadas también a partir de los cinco elementos. "Cuando estos humores se desequilibran en relación con los demás, tanto en defecto como en exceso, empieza a aparecer la enfermedad", explican en Nangten Menlang. "Cuando la bilis se desequilibra produce enfado. Cuando el viento se desequilibra produce apego. Cuando la flema se desequilibra produce ignorancia o engaños. Por este motivo, los desequilibrios de
la mente y de las emociones producen directamente desequilibrios en los sistemas corporales. Las emociones negativas producen enfermedad. Por lo tanto, sanar el cuerpo también significa sanar la mente".

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTOS

Para esta medicina, la enfermedad puede tener varios orígenes, incluso kármicos, que son incurables aunque aliviables. En el tratamiento y diagnóstico, la astrología desempeña un gran papel, así como los momentos del día y el año, utilizándose las oscilaciones en el pulso medidas con un complejo protocolo y el análisis meticuloso de la orina (olor, color, sedimentos, etc.) como métodos principales de diagnóstico.

En el tratamiento se aborda la alimentación y el comportamiento en función del humor desequilibrado, apoyándose con medicamentos en forma de pastillas elaborados a base de densas combinaciones de plantas y minerales, o bien en esencias, infusiones o pulverizados. La acupuntura, los masajes, el uso de moxas para dar calor, los baños, las trag-gyakpa o sangrías, el recitado de mantras, los rituales exorcizantes e incluso en el pasado la cirugía, forman parte de sus protocolos.

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Comentarios (3)

paysfuh Hace 1 año
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paysfuh Hace 1 año
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Karma tempa Hace 2 años
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