Arqueología
04/10/2022 (13:39 CET) Actualizado: 04/10/2022 (13:39 CET)

Hallan en Perú un sacrificio masivo de niños de época Preinca

Los hallazgos confirman que el sacrificio infantil fue una práctica rutinaria entre los chimú

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

04/10/2022 (13:39 CET) Actualizado: 04/10/2022 (13:39 CET)
Hallan en Perú un sacrificio masivo de niños de época Preinca (Crédito: agencia de noticias Andina)
Hallan en Perú un sacrificio masivo de niños de época Preinca (Crédito: agencia de noticias Andina)

El sacrificio de niños con fines rituales y religiosos, una práctica que a nuestros ojos actuales nos resulta terrorífica y aberrante, fue algo relativamente común en distintas civilizaciones de todo el planeta en distintos momentos de la historia. En Oriente Medio y Europa este tipo de sangrientas prácticas religiosas parece haber dejado de realizarse a finales de la Antigüedad tardía, pero otros lugares del globo siguieron realizándolas hasta bien entrado el segundo milenio de nuestra era. Es el caso de distintas civilizaciones precolombinas, como por ejemplo la cultura Chimú, un pueblo preincaico que se desarrolló en una franja desértica en la costa norte del actual Perú entre el 900 y el 1500 de nuestra era.

El sacrificio infantil fue una práctica rutinaria entre los chimú

Los chimú levantaron una inmensa y organizada capital, llamada Chan Chan, que llegó a alcanzar unos 36 kilómetros cuadrados de extensión. Allí desarrollaron una notable muestra de obras de ingeniería y arquitectura, que incluía calles, pirámides, viviendas e incluso embalses, pues mostraron una gran habilidad a la hora de realizar obras hidráulicas, que incluían también sistemas de riego muy avanzados, que más tarde serían adoptados por los incas cuando estos sometieron al pueblo chimú. Además de Chan Chan, la capital, los chimú también construyeron otras ciudades y asentamientos. Entre ellos, destaca actualmente –por las labores de excavación que se están realizando allí desde hace años–, el yacimiento de Pampa La Cruz, a unos 305 kilómetros al norte de Lima.

Precisamente, ha sido allí donde hace solo unos meses los arqueólogos peruanos han sacado a la luz los restos de un sacrificio masivo de niños –hasta 76 cadáveres–, que se suman a otros hallazgos realizados en el lugar en los últimos años. Según los científicos que trabajan en el lugar, liderados por Feren Castillo, arqueólogo jefe del yacimiento, hasta la fecha se han localizado allí un total de 302 víctimas infantiles, asesinadas durante sacrificios de tipo ritual.

Estos infanticidios sagrados habrían tenido como fin apaciguar a los dioses durante las fuertes lluvias e inundaciones

"Este es el sitio más grande donde se han encontrado restos de niños sacrificados. No hay otro igual en ningún otro lugar del mundo. Donde quiera que cavas, hay otro", aseguró en declaraciones al diario The Guardian. El primer hallazgo de este tipo se produjo en el yacimiento en 2018, cuando se descubrieron los restos de 140 niños y 200 llamas.

Según los arqueólogos, todos estos hallazgos confirman que el sacrificio infantil fue una práctica rutinaria entre los chimú, que habrían cometido los infanticidios sagrados con el fin de apaciguar a los dioses durante las fuertes lluvias e inundaciones provocadas por el fenómeno climático conocido como 'El Niño'. Al parecer, y según las excavaciones realizadas hasta la fecha, los chimú llevaron a cabo seis grandes sacrificios infantiles durante un periodo de 450 años, entre 1050 y 1500, coincidiendo con momentos importantes de la cultura chimú.

Además, el hallazgo de pequeñas huellas de niños, parecen sugerir que los pequeños fueron trasladados a pie desde la capital, Chan Chan, realizando un recorrido de unos 250 kilómetros, antes de ser sacrificados ritualmente a sus dioses en Pampa La Cruz.

Según Gabriel Pisto, jefe del Programa Arqueológico de Huanchaco e investigador de la Universidad de Florida, todos los niños sacrificados fueron enterrados con los pies orientados al este –y por tanto con la cabeza en dirección oeste–, seguramente con el fin de que los cuerpos quedaran con el océano Pacífico a sus espaldas, y sus cabezas enfrentando a la salida del sol.

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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