Detectan indicios de vida en un exoplaneta
Descubren moléculas basadas en carbono en la atmósfera de un exoplaneta en la zona habitable
Ya sabíamos que el telescopio James Webb, lanzado al espacio el 25 de diciembre de 2021, representaría un gran salto en la observación y exploración del cosmos. Equipado con tecnología de última generación, este telescopio ha sido diseñado para analizar las atmósferas de exoplanetas y desentrañar los secretos de mundos lejanos. Ahora, un equipo internacional de astrónomos, dirigido por la Universidad de Cambridge, ha utilizado los datos obtenidos por este Telescopio Espacial para escudriñar el planeta K2-18 b.
Este exoplaneta, descubierto por primera vez en 2015 por el telescopio espacial Kepler, orbita en la zona habitable de su estrella madre, una enana roja llamada K2-18.
Los resultados arrojados por el examen de los datos del James Webb son consistentes con los de una superficie cubierta de océano, debajo de una atmósfera rica en hidrógeno.
Este descubrimiento permite vislumbrar un planeta como ningún otro con perspectivas sobre mundos potencialmente habitables en otras partes del Universo.
Los datos del telescopio espacial arrojan la presencia de metano y dióxido de carbono en una atmósfera rica en hidrógeno
Las observaciones del telescopio revelaron, además, la presencia de moléculas basadas en carbono en la atmósfera de K2-18 b, un hallazgo verdaderamente emocionante. El carbono es un elemento fundamental para la vida tal como la conocemos en la Tierra, y su presencia en la atmósfera de un exoplaneta sugiere que las condiciones podrían ser propicias para la existencia de organismos vivos.
Las moléculas de carbono detectadas en la atmósfera de K2-18 b incluyen dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4). Estos compuestos son cruciales para los procesos biológicos en la Tierra y también pueden ser producidos por procesos geológicos. Por lo tanto, el descubrimiento no es necesariamente una prueba definitiva de vida en el exoplaneta, pero sí indica que existen condiciones químicas en la atmósfera que podrían permitir su presencia.
Los científicos han detectado otra señal más débil que podría corresponder con vida microbiana como el fitoplancton marino
Según el estudio aceptado para su publicación en Astrophysical Journal Letters, también identificaron otra señal más débil en el espectro de la enana roja sobre la que orbita el exoplaneta que, entienden, podría ser causada por una molécula llamada sulfuro de dimetilo (DMS). En la Tierra, esta molécula es producida por la vida, principalmente la vida microbiana como el fitoplancton marino, lo que sugiere la posibilidad de actividad biológica en K2-18 b.
Estos signos de DMS son provisionales y requieren mayor validación, aunque los investigadores aseguran que éste y otros planetas Hycean podrían ser nuestra mejor oportunidad de encontrar vida fuera de nuestro Sistema Solar.
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