Ciencia
14/06/2023 (08:00 CET) Actualizado: 14/06/2023 (08:00 CET)

Peligro de tsumamis gigantes

El cambio climático podría causar tsunamis gigantescos en la Antártida

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

14/06/2023 (08:00 CET) Actualizado: 14/06/2023 (08:00 CET)
Tsunamis gigantes
Tsunamis gigantes

Desde hace décadas, los expertos en climatología vienen advirtiendo de las desastrosas consecuencias que pueden desencadenarse debido al calentamiento global y el temido cambio climático. Ahora, un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Communications alerta de un nuevo peligro del que no se había hablado hasta el momento: la posibilidad de que produzcan tsunamis gigantes en el Océano Antártico como consecuencia de posibles deslizamientos de tierra submarinos provocados por el cambio climático. Después de realizar distintos estudios y toma de muestras en la Antártida, los investigadores han descubierto que, en épocas anteriores de calentamiento global, hace 3 y 15 millones de años, ya se produjeron capas de sedimentos que desencadenaron enormes tsunamis en las costas del Sudeste asiático, América del Sur y Nueva Zelanda.

El estudio alerta de la necesidad urgente de comprender mejor cómo el cambio climático global puede afectar la estabilidad de estas regiones y el potencial de producir futuros tsunamis. La profesora Jenny Gales, autora principal del estudio e investigadora de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido, advierte que «los deslizamientos de tierra submarinos son un riesgo geológico importante que pueden causar una gran pérdida de vidas, por lo que es crucial mejorar nuestra comprensión sobre este tema».

Una ilustración del estudio de Nature Communications
Una ilustración del estudio de Nature Communications

La primera vez que los investigadores descubrieron evidencias de deslizamientos en épocas remotas de nuestro planeta fue en el año 2017, cuando realizaron distintos análisis en el Mar de Ross, frente a la Antártida. Un año después, los científicos regresaron a la zona y en esa ocasión realizaron perforaciones muy profundas del lecho marino para obtener muestras de sedimentos que permitieron examinar la historia geológica de la zona. Al analizar los núcleos de sedimentos, descubrieron que las capas de sedimento débil se formaron durante dos períodos concretos: el primero durante el período cálido del Plioceno Medio (hace unos 3 millones de años), y el segundo durante el Mioceno (hace aproximadamente 15 millones de años. En ambas épocas, las aguas que rodeaban a la Antártida eran significativamente más cálidas, hasta 3 grados centígrados, lo que desencadenó una proliferación inusitada de algas que, después de morir, cubrieron el lecho marino con un sedimento resbaladizo, lo que aumentó la propensión de toda la zona a sufrir derrumbes.

Los científicos desconocen el desencadenante exacto de los deslizamientos de tierra submarinos

Aunque los científicos no conocen con certeza el desencadenante exacto de los deslizamientos de tierra submarinos pasados en la región, han encontrado un posible culpable: el derretimiento del hielo de los glaciares como consecuencia de un clima más cálido. Cuando las capas de sedimento débil se acumularon en cantidades suficientes, el ascenso continental de la Antártida provocó terremotos que tuvieron como consecuencia que la grava existente sobre las capas resbaladizas se deslizara fuera del borde de la plataforma continental, causando deslizamientos de tierra que desencadenaron gigantescos y devastadores tsunamis.

Los científicos han detectado dos deslizamientos de tierra submarinos relativamente recientes que generaron enormes tsunamis y causaron una gran cantidad de víctimas: el tsunami de Grand Banks de 1929 y el tsunami de Papúa Nueva Guinea de 1998. Con muchas capas de sedimento enterradas bajo el lecho marino de la Antártida, y los glaciares en la parte superior de la masa terrestre derritiéndose lentamente, los investigadores advierten que, si el derretimiento de los glaciares los causó en el pasado, futuros deslizamientos de tierra y tsunamis pueden volver a ocurrir.

La profesora Gales y sus colegas concluyen que es fundamental mejorar nuestra comprensión sobre cómo el cambio climático global puede influir en la estabilidad de estas regiones y el potencial de futuros tsunamis. Además, confían en que estos hallazgos impulsen la investigación y la toma de decisiones para minimizar los riesgos de futuros tsunamis en el Océano Antártico.

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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