13, ¿el número de la mala suerte?

12 son los signos de Zodíaco, 12 los Apóstoles, a lo largo de día nuestro reloj recorre 12 horas… Quizás por eso el 13 sea número de mal augurio; quizás por eso, o porque como defienden algunos estudiosos, el 13 de octubre de 1307, que además era viernes, se inició la persecución que terminó en condena a muerte en la hoguera de los últimos templarios, a consecuencia de la avaricia del rey Felipe IV de Francia. Cuentan las crónicas que años después, cuando se consumó el veredicto, Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden, lanzó una maldición al monarca: «Tú y quienes te favorecen veréis antes de un año los ojos de Dios». Y así fue…

Sea como fuere, el 13 está considerado un número maldito; tanto que quienes lo sufren son víctimas de una enfermedad diagnosticada por la psiquiatría, denominada triscaidecafobia.

Es conocido que algunos hoteles y compañías aéreas evitan este número. En algunos casos sustituyéndolo por la letra M –la treceava del alfabeto– o por el 12+1. Hasta se dice –y esto es más preocupante– que los científicos de la NASA, la agencia espacial norteamericana, temen al citado número desde la tragedia del Apolo XIII. Y es que también es casualidad que de las 22 misiones, sólo la número 13 fracasara. Puestos a buscar, el cohete se lanzó a las trece horas y trece minutos desde el complejo 39 –tres veces trece– del Centro Espacial Kennedy. La nave sufrió una explosión en pleno vuelo que obligó a cancelar la misión. ¿Casualidad? ¿Simple superstición? Para el astrólogo Vicente Cassanya, no hay superstición que valga, ya que el trece sería un número positivo desde hace milenios: «Se cuenta que en los rituales mágicos y trascendentes celebrados en Egipto, en definitiva los ritos de iniciación que se celebraban en los templos, había gente que daba seis pasos adelante y seis pasos hacia atrás. Esto representaba los seis signos del Zodiaco que son de día, y los seis que son de noche. El paso número 13 había que darlo hacia atrás ya que se consideraba que era el que conducía a la nueva vida; sin duda una vida que debía de ser mejor».

Aún así, y aunque parezca mentira, los científicos también se han dejado seducir por la maldición del número. Por ejemplo, el célebre físico Niels Bohr tenía colgada una herradura de caballo en la puerta de su despacho. Él siempre ha declarado que no creía en estas cosas, “pero he oído que funciona incluso con aquellos que no creen”.

Este número también parece perseguir insistentemente al mismísimo Papa. Jorge Bergoglio fue designado sumo pontífice en 2013, concretamente el 13 de marzo (tercer mes del año). La fumata blanca se conoció a las 7 horas y 6 minutos hora de Italia (cuya suma 7+6 es igual a 13). Las coincidencias no acaban en esta anécdota. A los 21 años decidió ser sacerdote. Fue ordenado jesuita el día 13 de diciembre de 1969. Y fue elegido Papa 13 días después de la renuncia de Benedicto XVI...

Curiosamente, el 13 no es un número especialmente fascinante desde el punto de vista de la ciencia. Aunque se presta a algunos juegos matemáticos, su magia aritmética está muy lejos de la que pueden proporcionar otros números. Y, sin embargo, cuánto da que hablar…