Heaven’s Gate: Extraterrestres y vida eterna
Esta es la historia de la secta que, en su encuentro extraterrestre, dejó para siempre este mundo.
A las 3:15 de la tarde del 26 de marzo de 1997, el departamento del Sheriff de San Diego, California, recibió una llamada:
- Necesito reportar un aviso anónimo, ¿con quién debo hablar?
- ¿Con respecto a qué? – respondió el 911
- Se trata de un suicidio en masa…
Todo comenzó en marzo de 1972. Aquel día, en un hospital, Marshall Herff, un cantante de ópera divorciado con la habilidad de citar el evangelio de principio a fin, conoció a Bonnie Nettles, una enfermera y madre de tres hijos que gustaba contactar a los muertos en sesiones espiritistas. Cuando Nettles aceptó hacerle una carta astral a Marshall, ambos sintieron una conexión. Los extraterrestres habían predicho su encuentro, diría Bonnie más tarde.
Envuelto en el esoterismo religioso que se enmarcaba con la teosofía de Blavatsky y las profecías bíblicas del Apocalipsis; ambos se convencieron de recibir visiones extraterrestres. La más relevante, que Jesús reencarnaría en Texas y sus seguidores serían asesinados y resucitados ante la vista mundial para ser transportados a una vida eterna en una nave espacial. Dos años les tomó cimentar las bases de sus creencias y conseguir a su primera seguidora.
Cuando la policía entró a la mansión de Rancho Santa Fe aquel 1997, el hallazgo fue inquietante. Cuarto tras cuarto aparecieron los cadáveres de 39 personas, todos acostados en camas, catres o mesas, cubiertos con una tela morada que solo dejaba ver sus pantalones negros y sus tenis Nike. Cuando quitaron las telas, descubrieron que todos tenían pelo corto con una fisonomía que no permitía revelar su sexo a simple vista. Entonces llegó el forense con algo aún más raro: no habían muerto al mismo tiempo sino en grupos.
Quienes conocieron a la extraña pareja, aseguraban que su carisma hechizaba. Mientras ella recibía revelaciones interestelares, él las comunicaba en grupos y conferencias sin decir su procedencia. La que ocurrió en septiembre de 1975 les dio más adeptos. Adeptos que desaparecían del resto de la sociedad. Mientras sus familiares los reportaban desaparecidos, el grupo que entonces tenía 20 personas ya había vendido todas sus posesiones y vivía en las calles buscando su nuevo nivel evolutivo.
Ya no eran Bonnie y Marshall, sino Bo y Peep, sobrenombres tomados de una vieja balada inglesa infantil sobre un pastor que perdió a sus ovejas. California era entonces una incubadora de religiones y como toda religión, hay una doctrina que seguir. El grupo vivía de la caridad sin mendigar, se reunían en un campamento por la noche, creían en la curación meditativa y tenían terminantemente prohibido el uso de drogas y la actividad sexual.
Eso lo descubrió el forense al tener los cuerpos en la plancha. De las 39 víctimas, 18 eran hombres; y varios habían sido castrados. La medida drástica era para frenar los impulsos sexuales, pero sin un procedimiento médico correcto para hacerlo, una de las cirugías falló complicando la salud de un miembro. Fue cuando Marshall se dio cuenta que habían llegado demasiado lejos y necesitaban una señal. La señal fue el programa de radio “Cost to Cost” en donde un ufólogo aseguraba que un objeto volador no identificado acompañaba al cometa Hale-Bopp, recién descubierto en 1995 y que sería visto en la tierra aquel 1997.
Los adeptos de Heaven's Gate creían que el cuerpo era un vehículo, el espíritu reencarnaría como extraterrestre
En 1980, renombrados como Do y Ti, tenían miedo de revelar su mayor secreto al grupo porque quizá no les creerían; pero finalmente lo hicieron. Una nave espacial los conduciría a un alto nivel evolutivo como extraterrestres. El grupo creyó plenamente la revelación, pero un duro golpe se suscitó cuando Ti fue diagnosticada con cáncer en 1983. Sin cura alguna, Bonnie falleció el 19 de junio de 1985. Esto cambió la filosofía divina: el cuerpo era un vehículo, el espíritu era el que reencarnaba. Cremada en Texas y lanzadas sus cenizas a un lago, el grupo siguió su camino.
Entrar al sitio web de Heavens Gate, aun activo, es entrar en las mentes del grupo aquel marzo de 1997. Mientras Marshall Applewhite grababa un video hablando del viaje interestelar que estaban por hacer, los miembros se preparaban para morir y reencarnar como extraterrestres en el OVNI de Hale-Bopp. Mezclado con vodka y puré de manzana el barbitúrico fenorbital (que adormece el cuerpo), sumado a una bolsa de plástico en la cabeza para provocar la asfixia, un grupo vigilaba y limpiaba al grupo suicida anterior hasta completar el círculo.
Finalmente, las autoridades sacaron el último cuerpo de la mansión. La prensa atacaba con sus cámaras en cielo y tierra el suceso. En ese instante nadie sabía que había pasado. Solo al revelar su identidad se descubriría poco a poco la extraña historia de la secta interestelar. Trampas de la fe mezcladas con habitantes de las estrellas. Ahí iba Marshall Herff Applewhite, con su manto morado y sus tenis Nike (“just do it” era su lema personal).
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