Misterios
03/08/2017 (15:26 CET) Actualizado: 03/08/2017 (15:26 CET)

La cámara secreta de Teotihuacán

El complejo arqueológico de Teotihuacán guarda en su interior muchos secretos que poco a poco se están revelando. Descubierto por los españoles ya vacío, lo consideraron como una ciudadela militar. Nada más lejos de la realidad. El reciente hallazgo de un túnel y varias cámaras hace especular si en esta ciudadela se halla la puerta al inframundo.Josep Guijarro / Patricia Hervías

03/08/2017 (15:26 CET) Actualizado: 03/08/2017 (15:26 CET)
La cámara secreta de Teotihuacán
La cámara secreta de Teotihuacán

La fría mañana mexicana quiso recibirnos con algunas gotas de lluvia. Llegamos a primerísima hora al complejo de Teotihuacán, la ciudad donde nacieron los dioses. Hace ya más de un siglo, en 1910, se iniciaron aquí los primeros trabajos arqueológicos y, hasta la fecha, no se ha logrado dar respuesta a los numerosos interrogantes que se ciernen en torno a esta ciudadela. El último gran desafío saltó a los medios de comunicación haciendo mucho ruido. Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia –INAH-Conaculta– localizaron, a doce metros de profundidad, la entrada de un misterioso túnel que parece conducir a las mismísimas entrañas del templo de la Serpiente Emplumada. Debajo del mismo, según todos los indicios, se extiende una serie de inquietantes galerías, una suerte de puerta al inframundo. El templo de Quetzalcóatl se ubica al Norte del complejo arqueológico y es uno de los edificios más bellos del México prehispánico. La alfarda está decorada con grandes cabezas de serpientes con el cuerpo cubierto de plumas, así como con motivos florales. Se trata de las representaciones de Quetzalcóatl y Tlaloc –el dios de la lluvia, simbolizado por una flor de once pétalos–, respectivamente. No hay ningún turista a la vista. La mítica Calzada de los Muertos se extiende frente a nosotros inusualmente vacía en sus cuatro kilómetros de longitud. Además, la fina lluvia matinal dota al entorno de un aire espectral. Elba Ortega, la arqueóloga forense que nos acompaña, se detiene frente a la entrada de un templo, junto a la pirámide de la Luna, y de repente comienza a dar palmas. Un extraño eco viene devuelto: "Quetzalcóalt os da la bienvenida", nos dice. Al parecer, los sacerdotes teotihuacanos creían que este sonido imitaba al del pájaro mitológico. Y decimos teotihuacanos porque los historiadores han llegado a la conclusión de que los creadores de esta ciudadela sagrada no fueron ni los olmecas ni los toltecas y ni mucho menos los mexicas, que sólo la reutilizaron a su llegada a estos pagos en 1325. Teotihuacán es, con toda probabilidad, obra de un pueblo del que no se tiene noticia. Y, a falta de un nombre que les defina mejor, se les denominó teotihuacanos, una etnia que, en opinión del lingüista Lyle Campbell, es totonaca, aunque también hay diversidad de opiniones al respecto.

EL DIOS EMPLUMADO
En cualquier caso, Teotihuacán fue una de las ciudades mesoamericanas más pobladas en la etapa clásica –200 d.C-900 d.C–. Se calcula que albergaba cerca de 200.000 habitantes en una superficie total de 21 km2. El nombre por el que hoy conocemos a esta metrópoli prehispánica fue dado mucho después del auge y caída de este gran centro ceremonial que formaba parte de un imperio que, aseguran, llegó hasta Belice y la misma Guatemala.

Al pasar el tiempo, la ciudadela fue creando una compleja estructura diferenciada en estratos sociales específicos donde los sacerdotes tenían un importante papel. Pero, ¿qué sacerdotes? ¿Quién construyó la ciudadela, erigió sus impresionantes pirámides y levantó sus templos? ¿Con qué propósito? Y, ¿por qué fue destruida y abandonada en el 750 d.C.? El misterio puede estar cerca de resolverse gracias al hallazgo de un conducto subterráneo que fue cerrado hace aproximadamente 1.800 años por los propios teotihuacanos. Se halla bajo el templo de Quetzalcóatl, curiosamente, uno de los santuarios menos visitados del conjunto. La mayoría de los turistas acude en masa a las pirámides y deja de lado otras construcciones. Tras subir una primera plataforma, y desde una barandilla, el templo

del dios de los dioses se nos antoja cuasi misterioso, rodeado de un halo sobrenatural. Aunque recibe el nombre de templo de la Serpiente Emplumada, por las representaciones que figuran a ambos lados de la escalinata, según recientes investigaciones podría tratarse, en realidad, de una edificación dedicada al cómputo del tiempo, un calendario que estaría relacionado con la fertilidad o los ciclos agrarios. Más de 300 figuras conforman su decoración y, a pesar del problema que causa el deterioro de éstas por causas meteorológicas, aún se puede tener una idea de su policromía. A pocos metros de la entrada a este "templo", un equipo dirigido por el arqueólogo Sergio Gómez Chávez descubrió en 2003 un túnel de cinco metros de diámetro que cae en vertical otros 14, desde la superficie. La entrada conduce a un largo corredor de más de cien metros de longitud que termina en una serie de cámaras subterráneas excavadas en la roca. Nadie sabe qué puede haber detrás. ¿Acaso las tumbas de los reyes Teotihuacanos? El arqueólogo guarda prudencia al hablarnos de ello: "nos falta excavar alrededor de dos metros más para llegar al piso del túnel, contar con las primeras imágenes del interior nos permitirá planear mejor la forma de entrar. Aun así, tendremos que retirar una gran cantidad de tierra y un pesado bloque de piedra que obstaculiza el acceso". Con todo, gracias a la colaboración del doctor Víctor Manuel Velas

co, sabemos que las expectativas son muy altas. Este científico del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México –UNAM– utilizó un georradar, una técnica de exploración no invasiva, para determinar que el túnel disponía de una longitud cercana a los cien metros –algo que ahora ya se ha confirmado–, y que alberga grandes cámaras en su interior. El equipo formado por 30 especialistas ha empleado, también, otras tecnologías como el escáner láser, un sofisticado dispositivo de gran resolución, facilitado por la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos –CNMH– del INAH, que ha conseguido un perfil tridimensional de los hallazgos. Las imágenes que reproducimos en este reportaje hablan por sí solas.

PRÓXIMAS REVELACIONES
Coincidiendo con el centenario de las excavaciones en Teotihuacán, los arqueólogos abrieron una pequeña oquedad en la parte superior del acceso y, utilizando el escáner, se tomaron las primeras imágenes del interior del pasaje hasta una longitud de 37 metros, de los 100 que –como dijimos unas líneas más arriba– tiene el corredor subterráneo. "Todo el proceso podría llevarnos meses de trabajo, pues debemos continuar la exploración con la misma sistematización que hemos llevado desde el inicio y así evitar perder información importante que nos permita saber qué actividades realizaban ahí los teotihuacanos hace miles de años y por qué razón decidieron cerrarlo", explica Sergio Gómez. Y continúa diciendo que el láser "topó con algo, quizá con piedras de algún derrumbe o porque el corredor tiene algún desnivel, pero confiamos vencerlo y localizar los restos de personajes importantes de la ciudad". No hay duda de que se trataría de un descubrimiento –en términos arqueológicos– tan importante como el hallazgo de la tumba de Tutankamón. "Varios indicios apuntan a que el acceso al corredor subterráneo fue cerrado entre 200 y 250 d.C., probablemente después de depositar algo en su interior", declara el arqueólogo. ¿Qué sentido tenía, pues, esta estructura subterránea?, preguntamos intrigados. "El túnel –declara Gómez– debió de estar vinculado a conceptos relacionados con el inframundo, de ahí que no se descarta que en este lugar se hubieran realizado rituales de iniciación e investidura divina de gobernantes teotihuacanos, toda vez que el poder se adquiría en estos espacios sagrados". Y no es el único, pues durante nuestra incursión en el conjunto arqueológico, Elba nos habló de la existencia de una cavidad parecida bajo la pirámide de Sol que estaría revestida de espejos de obsidiana. ¿Tal vez para llevar a cabo rituales de iniciación?

LA PIRÁMIDE DEL SOL 
Construida encima de una cueva natural, la Pirámide del Sol se eleva 65 m por encima del suelo. Posee una base espectacular de 220 por 225 m de lado y sigue encerrando varios misterios ¿Tumba? ¿Centro ceremonial? ¿Réplica de los cerros próximos? ¿Un monumento astronómico? ¿Tal vez un calendario…? Muchas preguntas y notable ausencia de respuestas sólidas. A pesar del desafío de su graderío, la ascensión no es tan dura como pueda suponerse. Y, aunque las empinadas escaleras no ayudan, ciertamente merece la pena acometer los

365 escalones hasta la cima. Desde la cúspide, la sensación de poder es indescriptible, disfrutando de una panorámica privilegiada del valle. Elba nos explica que la construcción se erige sobre un sistema de cuevas de origen volcánico considerado sagrado desde mucho antes. Fue descubierto en 1971 y los especialistas coinciden en que pudo servir para llevar a cabo algún tipo de ritual, al menos eso se deduce del hallazgo de ofertas votivas en su interior. Algunos especialistas consideran que podría estar relacionado con Chicomostoc, lugar de origen de las tribus nahuas que llegaron al centro de México. "Hay elementos como los cuatro nichos que se encuentran al fondo de la cueva, que coinciden con la flor de cuatro pétalos, símbolo de Teotihuacán, que se asemeja a la representación de las cavidades profundamente arraigadas en la historia tolteca-chichimeca", declaró el arqueólogo Rubén Cabrera Castro en un  congreso sobre Teotihuacán. El túnel subterráneo estaría relacionado con el concepto de inframundo y los cuatro puntos cardinales. "Podemos decir que todo en Teotihuacán repite el quincunce –símbolo que indica las direcciones del universo–, una idea más de los grupos de Teotihuacán, que se remonta a los olmecas". La Pirámide del Sol fue un espacio de poder, como el descubrimiento de las esculturas fragmentadas de los jaguares y las serpientes adyacentes. En las proximidades de la pirámide se encuentra un templo cerrado a los turistas. Tras ofrecer unos pesos al vigilante, éste nos permitió entrar. La estancia estaba revestida, tanto en el piso como en las paredes, con láminas de obsidiana, un mineral volcánico rico en silicatos alumínicos que fue empleado para ¡hacer espejos! Sólo podemos especular con el efecto que esta habitación podía generar al ser iluminada por el Sol, haciéndose visible como un faro a kilómetros de distancia. ¿Querría indicar algo? Nuestra cicerone nos explica que muchos trozos de espejo de obsidiana fueron hallados en la mencionada cueva oculta bajo la pirámide del Sol porque, con toda seguridad, poseía una gran importancia simbólica que estaría conectada también con el mito de Quetzalcóatl. Una leyenda asegura que fue sacrificado en este lugar para que el astro rey se moviera por el cielo.

MARCADORES TELÚRICOS 
Y es que la idea de que el Sol moría si no lo alimentaban, no era una fantasía para las tribus mesoamericanas. Creían que esta circunstancia había tenido lugar cuatro veces y que, en cada una de ellas, la especie humana había sido barrida por un cataclismo. Es la denominada leyenda de los Soles que comparten, también, otras culturas precolombinas como la azteca o la maya. El final del Quinto Sol –la era actual– estaba prevista para 2012, momento en el que se esperaba el retorno de la serpiente emplumada. En este sentido, el director del proyecto Tlalocán, Sergio Gómez, nos confirma la importancia de los recientes hallazgos: "es una oportunidad inigualable de acercarnos al pensamiento cosmogónico y religioso de los antiguos teotihuacanos. Creemos que los trabajos que realizamos en el Templo de la Serpiente Emplumada van a modificar muchísimo la percepción y el conocimiento que tenemos sobre el desarrollo urbano de Teotihuacán y sobre los conocimientos cosmogónicos de esta antigua sociedad", asegura circunspecto. Y continúa diciendo que "se van a desechar algunas ideas que habían persistido durante mucho tiempo sobre el desarrollo de la ciudad. Sabíamos que el desarrollo había sido de Norte a Sur, pero ahora sabemos que al principio de nuestra era, la urbe ya ocupaba el área de la Ciudadela; esto cambia mucho la perspectiva que teníamos y que nadie había cuestionado hasta ahora".

CÁMARA ROBOTIZADA 
Ya de regreso a nuestro país supimos que el equipo de Gómez pretendía utilizar una cámara robotizada para penetrar por el túnel "con la idea de evitar riesgos para el personal, observar las condiciones del lugar y esclarecer la aparente existencia de vestigios en el subsuelo" –según declaró a la prensa el coordinador nacional de Arqueología del INAH, Salvador Guilliem, durante la inauguración de la Feria del Libro de Antropología e Historia. "La Ciudadela –comentó– fue un importante santuario para más de cien mil personas; concebida para representar el eje del Universo y a la vez servir como escenario para que los grupos de poder se legitimaran mediante complejos rituales; la estructura social y política aseguraba su permanencia, el control y dominación de una población cercana a doscientas mil personas. La Ciudadela y el Templo de la Serpiente Emplumada son vistos por nosotros como metáforas de la creación original, del origen del Universo y del tiempo mítico". Por esas y otras razones es tan importante el citado hallazgo. Se sabe que al morir los gobernantes eran sepultados en los lugares más sagrados y, en consecuencia, el templo de la Serpiente Emplumada podría contenerlos. Gómez aclara: "Es por ello que día a día nuestras expectativas se van incrementando. Hay muchas probabilidades de que en el interior se halle una importante tumba u ofrenda, pero no es algo que nos obsesione". Hasta el momento, las excavaciones han permitido recuperar miles de pequeños ornamentos hechos con conchas, jade, pizarra y obsidiana, esta última muy presente en la región. Estos abalorios fueron arrojados por los teotihuacanos primigenios como ofrenda al momento de clausurar la entrada. También se han hallado varias secciones de un friso que ornamentaba algún edificio que era anterior al de la Serpiente Emplumada y que fue desmantelado. Todo apunta a que el túnel, que llevaba oculto 1.800 años, puede revelar algunos de los mayores secretos de esta civilización.

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