El Pentágono recogió ADN de testigos de encuentros cercanos con ovnis

El Programa secreto del Pentágono para el estudio de los ovnis se parece cada día más a un episodio de la serie Expediente X. Desde que el New York Times desveló la existencia del Programa se ha ido producido un goteo progresivo de informaciones y filtraciones que ponen de manifiesto el interés de los EE.UU por la implicación extraterrestre de este fenómeno.

Primero reconocieron y desclasificaron tres filmaciones obtenidas desde el FLIR de un caza F-18, que salió en persecución de un VAA (Vehículo Aéreo Anómalo según la nueva denominación de las Fuerzas Aéreas)  a finales de 2004. Después, el Senador Harry Raid dio a conocer un informe en el que detallaba que estos Vehículos Aéreos Anómalos no pertenecen a ninguna nación de la Tierra, poseen una sofisticada tecnología que les permite acelerar y efectuar maniobras imposibles para los más avanzados aviones y son indetectables a los sensores electrónicos cuando "ellos quieren". Lo que acredita una inteligencia detrás de sus vuelos en el espacio aéreo.

Hace apenas unas semanas también supimos que el Departamento de Defensa financió la investigación de 38 informes entre los que destacaban mecanismos antigravedad, camuflaje de invisibilidad, unidades de deformación del tiempo, armas láser de alta energía agujeros de gusano, otras dimensiones y una gran cantidad de temas que, a menudo, forman parte de la ciencia ficción para repeler –presuntamente- amenazas de "armas aeroespaciales avanzadas extranjeras desde el presente hasta los próximos 40 años".

Ahora, uno de los trabajadores del proyecto, el Dr Hal Puthoff, ha llegado más lejos al afirmar que uno de los 38 informes mencionados del Proyecto se encargó de conocer los efectos del contacto ovni en los tejidos biológicos.

El doctor Puthoff confirma que el interés del gobierno estadounidense no es sólo por los ovnis sino por los encuentros cercanos y las abducciones

El caso es que Puthoff dijo consultar más de mil páginas de documentos realizados por el equipo de investigación de la Fuerza Aérea Brasileña, entre 1977 y 1978, 500 fotografías, 15 horas de películas con muchas lesiones médicas procedentes de encuentros cercanos con ovnis o que fueron abducidas.

Puthoff observó algunos casos en Brasil lo que confirma que el Pentágono no solo miró a los OVNIs, sino también a los encuentros cercanos y los secuestros extraterrestres. Fuentes cercanas aseguran que parte del trabajo consistió en obtener muestras de sangre y ADN de testigos de encuentros cercanos, incluidos -al menos uno- en Europa, concretamente del Incidente Rendlesham en el Reino Unido, según ha declarado Nick Pope, responsable de la oficina de investigación ovni del gobierno británico a la revista Metro.