¿Fue este el 'ovni' estrellado en San Antonio?
El lugar del estrellamiento ovni de San Antonio está a solo 35 Km de Trinity, el lugar donde se llevó a cabo la primera explosión nuclear de la historia
El célebre científico Albert Einstein, trasladó al presidente Franklin D. Roosevelt, la posibilidad de que los nazis emplearan la energía liberada en la fisión nuclear para la producción de bombas de gran calibre. De este modo se ponía la primera piedra al Proyecto Manhattan en el que participaron científicos como Enrico Fermi, Leo Szilard o Robert Oppenheimer, considerado “el padre de la bomba atómica”.
La primera detonación controlada se llevó a cabo el 16 de julio de 1945, en una zona remota del desierto Alamogordo, conocida más tarde como White Sands, entre las poblaciones de Carrizozo y San Antonio (estado de Nuevo México). Fue denominada prueba Trinity. Las imágenes aún resultan sobrecogedoras.
Exactamente un mes más tarde de la detonación, el 16 de agosto de 1945, a 35 Km de la zona de pruebas atómicas, tenía lugar un incidente sorprendente.
Remigio ‘Reme’ Baca y José Padilla, dos niños de nueve y siete años respectivamente, estaban en el rancho familiar a lomos de su caballo, buscando a una vaca recién nacida. Tras asegurarse de que el ternerito estaba bien y se amamantaba, se sentaron a almorzar y, fue entonces, cuando vieron una luz brillante, sintieron un crujido que sacudió el suelo y advirtieron la presencia de humo detrás de un cerro. Los niños cabalgaron hasta el lugar y, en la distancia, mirando con prismáticos, descubrieron la presencia de un objeto con "forma de aguacate", de color metálico opaco, parcialmente incrustado en el suelo, y la presencia de unos extraños seres –que les parecieron niños como ellos- retorciéndose entre los restos del particular accidente.
“Se movían rápido, como si pudieran moverse de una posición a otra en un instante. Eran sombríos e inexpresivos, pero definitivamente seres vivos. … Parecían nosotros: niños, no peligrosos” –declararían años más tarde.
Al regresar a casa, José le contó a su padre lo que él y Reme habían visto y, dos días más tarde, un policía estatal amigo del padre de Padilla fue al lugar del siniestro y el “aguacate” seguía allí, pero sin las entidades.
La presunta nave alienígena no sería rescatada por los militares hasta el 28 de agosto de 1945, casi dos años antes del incidente Roswell. Antes de la partida del convoy, José y Reme observaban los movimientos desde la lejanía con unos prismáticos. Y, siempre según el testimonio de estos chavales, aprovecharon un momento que no había vigilancia para acercarse y penetrar en la nave. Había un trozo que sobresalía de la pared y los niños se lo quedaron.
Este objeto, objeto de controversia, fue entregado recientemente al periodista Yohanan Díaz Vargas para que fuera custodiado en México
Decidieron enterrarlo debajo de la casa de Reme, en San Antonio, y callaron su aventura hasta que, en algún momento de 2003, Reme contactó con un periodista llamado Ben Moffett, del Socorro-Magdalena Mountain Mail, que había sido compañero suyo en la escuela primaria y le contaron su historia.
El incidente pasó sin pena ni gloria hasta 2014, cuando el investigador Jaime Maussan visitó San Antonio y entrevistó a José Padilla para un reportaje especial de Canal Historia titulado Los Álamos. En él se puede ver al controvertido investigador mexicano sosteniendo el artefacto y comentando: "Esto es muy importante. Tomaste esto de un OVNI. Creo que es muy valioso"
Los análisis del objeto dicen que es una aleación terrestre
Un año más tarde, Paola Harris solicitó ayuda a Jan C. Harzan de la Mutual UFO Network, quien envió dos muestras del material rescatado por los niños al laboratorio Frontier Analysis para su examen. Este es el informe original (en inglés).
Como puedes leer, la composición del objeto extraído del interior de la presunta nave es una aleación de aluminio con cobre y silicio común en cárteres de motor, tanques de gasolina y aceite o piezas de motor. Y, en contra de lo que afirmó en su día el investigador Jaime Maussan, en un reportaje emitido en Canal Historia, sus valores isotópicos son comparables con los terrestres.
El informe también indica que las piezas de metal estaban cubiertas de desechos ambientales.
"¿Qué tipo de nave espacial interplanetaria contendría un dispositivo hecho de una aleación industrial humana común, [...] fabricado con dimensiones métricas precisas (30 cm de largo por 9 cm de alto) y diámetros métricos para todos los agujeros?" -se pregnta el propio Vallée en Trinity, el secreto mejor guardado.
El artefacto en realidad es una palanca de un molino Windmill del rancho McDonald, en el sector norte de White Sands
Basándose en una cita del libro de Harris y Vallée (págs 139-140), en la que la pieza les recuerda a los dispositivos que activan paletas móviles, como el mecanismo de los pozos de agua y la sección del mástil de los molinos de viento, Douglas Dean Johnson, identifica el objeto -en una entrada de su blog- con una parte de un Aerogenerador Windmill. El parecido es, desde luego, muy sugerente.
Si José Padilla hubiera dicho que encontró el artefacto en el suelo cerca de la nave estrellada, no habría problema, se trataría de un viejo trozo de chatarra hallado en las proximidades del accidente pero los testigos juran que el artefacto estaba bien sujeto a la pared interior de la nave y tuvieron que emplear una palanca para sacarlo. ¿Mienten?
Según he podido averiguar consultando la Biblioteca del Congreso, la sección norte de White Sands Missile Range estaba dominada por una torre Marconi que generaba su propia energía gracias a un pequeño molino de viento, por lo que quizás el soporte provino de allí. Puedes ver tú mismo los diagramas de la casa de campo restaurada de George McDonald, y su molino, donde se ensambló el núcleo de plutonio de la bomba atómica del test Trinity.
¿Son fiables los testigos?
Las experiencias que tenemos cuando somos niños pueden moldear nuestra identidad y, en este caso, es pertinente preguntarse si los recuerdos de dos niños son fieles a la realidad transcurridos casi 60 años del suceso. Elizabeth Loftus, una destacada psicóloga que ha dedicado una importante parte de su vida al estudio y comprensión de la memoria, y asegura que ésta puede verse distorsionada cuando intentamos recordar eventos traumáticos, llegando a integrar falsos recuerdos que la persona puede llegar a creer reales.
No sé si Reme y José recuerdan de forma traumática su experiencia ufológica pero sí sé que el test nuclear Trinity, del que fueron testigos, fue terrible para ellos. Cuando estalló la bomba, José y su madre se levantaron temprano en la mañana y sintieron la ola de calor y el ruido del suelo. Y, para colmo, la madre de José se quedó ciega de un ojo tras vislumbrar la brillante luz de la explosión nuclear a través de una rendija de la puerta. Es más, en una de las entrevistas que mantuvo con Paola Harris en 2010, José le contó que el sonido del accidente era “similar al sonido de cuando explotó la bomba”. En el libro que publicó con Jacques Vallée, el testigo reconoce, además, que “no sabíamos que era un accidente en ese momento. Oímos este sonido y el suelo tembló, y así vinieron los recuerdos de la explosión de la bomba atómica. ¿Están probando de nuevo o qué?”
Hasta la forma del objeto estrellado, con forma de aguacate, remite en su forma y volumen con el recipiente de contención utilizado para la explosión de Trinity, y con las bombas "Little Boy" y "Fat Man" que devastarían las ciudades de Hiroshima y Nagasaki sólo una semana después del test.
No es extraño, por tanto, que algunos investigadores, como David Halperin, autor de Intimate Alien: The Hidden Story of the UFO, hayan sugerido que el relato de Baca y Padilla se gestó en su interior en base a estos recuerdos y la influencia del incidente Roswell que, desde finales de los años noventa estaba en un punto álgido. Recordemos que, a partir de 1993, el caso Roswell tomó nuevos bríos después de la solicitud del congresista de Alburquerque, Steven H. Schiff, a la Oficina de Contabilidad General, el brazo investigador del Congreso, para que presionara al Pentágono en la desclasificación de documentos relacionados con el incidente Roswell.
En octubre de 2000, el jefe de personal de Clinton, John Podesta, participó en una rueda de prensa para intentar conseguir documentos sobre el asunto y, dos años más tarde, en 2002, el canal Sci-Fi financió una excavación en el rancho de Brazel con la esperanza de encontrar cualquier resto oculto que los militares no recogieran. Es decir, Roswell estaba en el candelero cuando los testigos del incidente de San Antonio decidieron contar su historia. ¿Casualidad? Lo dudo.
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