Parapsicología
01/08/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

El fantasma del Palacio de Ayete

Desde hace varios años, el Palacio de Ayete, situado en San Sebastián, viene registrando algunos hechos anómalos que han motivado la creencia, por parte de algunos trabajadores, de que algún tipo de ente habita entre sus paredes señoriales. Pocas han sido las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento en el lugar. ENIGMAS ha realizado una de las primeras…

01/08/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
El fantasma del Palacio de Ayete
El fantasma del Palacio de Ayete
El Palacio de Ayete es uno de los edificios más emblemáticos de la capital guipuzcoana. Situado en un alto, desde sus ventanas se domina gran parte de la ciudad. Un rincón recogido en el que el silencio parece dominar el entorno, donde la paz reina ocultando un pasado no tan sereno. Y sin embargo, esa paz parece romperse en cuanto se atraviesan sus muros, porque es ahí, en sus estancias, donde varias personas aseguran haber sentido la presencia de un ente invisible y presenciado extraños fenómenos que han originado la creencia de que en este edificio "habita" un verdadero fantasma.

El primero en hacer públicas sus experiencias paranormales en el lugar fue el celebérrimo actor mexicano Anthony Quinn. Tras la muerte de Franco, el último inquilino oficial del mismo, el Ayuntamiento decidió destinarlo a residencia de visitantes ilustres. Se pensaba que un lugar con tanta historia atraería a personajes famosos, y que éstos, a su vez, servirían como reclamo turístico para futuros viajeros. Pero las primeras horas que pasó Quinn en Ayete le hicieron desistir de esta idea. Según relató a la mañana siguiente de su llegada, esa había sido "la noche más terrorífica de su vida". El actor narró cómo en aquellas horas había escuchado lo que definió como un "trasiego fantasmal" continuo, golpes y crujidos al otro lado de la puerta de su habitación que le impidieron dormir y le obligaron a lanzarse escaleras abajo a las siete de la mañana con las maletas preparadas para irse a cualquier otra residencia. Desde ese instante comenzó a circular la leyenda de que en el palacio habitaba un fantasma. Lo que se desconoce es a quién puede pertenecer, ya que los "candidatos" son variados.

Orígenes de un misterioso edificio
El palacio fue construido en el año 1878 por los duques de Bailén. Concebido como residencia de verano, nueve años después el Consistorio intentó comprarlo para ofrecérselo a la reina regente María Cristina para el mismo fin. Aunque el intento resultó fallido, la monarca lo utilizó en calidad de cesión durante todas las épocas estivales hasta 1893 de forma ininterrumpida. De hecho, frente a su entrada trasera existe un monolito en el que puede leerse cómo María Cristina visitaba con asiduidad el palacio, y recibió en él a la mismísima reina de Inglaterra, Victoria Alejandra, el 27 de marzo de 1889.

Por este motivo, se especula con que el "fantasma" pueda ser el de María Cristina o el de la madre de Alfonso XII, Isabel II, quien también pasó largas temporadas en dicho lugar. Sin embargo, su inquilino más famoso fue el dictador Francisco Franco. Tras la Guerra Civil, decidió veranear todos los años en San Sebastián atraído por su clima y la posibilidad de navegar por la bahía de la Concha con su yate Azor.

En Ayete celebró importantísimos consejos de ministros. De aquí partió para su célebre encuentro en Hendaya con Adolf Hitler y en sus salones fue donde determinó el viraje hacia la política norteamericana. También en Ayete sufrió dos intentos de atentado de los que resultó ileso, y de su puerta fue traslado con carácter de urgencia en 1973 para ser ingresado en Madrid, donde moriría meses más tarde. Así, la impronta de su persona quedó fuertemente marcada en el edificio. Y esto secundaría la teoría de parapsicólogos como Pedro Amorós o Sinesio Darnell, quienes afirman que la pasada carga emocional de algunos edificios es un factor crucial para la posible producción de posteriores fenómenos poltergeist.
¿Es entonces el fantasma del dictador el que vaga, según aseguran algunos testigos, por sus pasillos…?

Episodios extraños
Quizá para borrar el paso del dictador el consistorio donostiarra decidió recientemente remodelar el palacio para convertirlo en la futura sede del Instituto de Derechos Humanos de la localidad. La primera reestructuración llegó a comienzos de los años 80. El encargado de llevarla a cabo fue el decorador Paco Aranaz Darrás. Durante meses realizó una importantísima labor de rehabilitación y decoración. Se trajeron muebles nuevos, se tiraron los viejos y se pintaron todos sus muros y fachadas. La idea era convertir al edificio en residencia de personajes ilustres. Y es aquí donde se debe enlazar la historia con la visita del actor Anthony Quinn.

Tras aquella noche, las puertas del palacio quedaron una vez más cerradas y nadie volvió a alojarse en sus habitaciones. Sin embargo, el Ayuntamiento no quiso abandonar nuevamente la construcción y contrató a varios pintores para que cada cierto tiempo acudieran al lugar y adecentaran sus salones.

Y son estos trabajadores quienes más han sufrido los extraños sucesos. Óscar y José Alfredo Molina son dos hermanos que trabajan en la empresa Medina Bi, y a ellos les ha correspondido la tarea de cuidar del lugar desde 1990.

Según palabras del propio Óscar, "el edificio tiene algo diferente y todos los que trabajamos en el taller lo hemos notado". Casi desde el comienzo sintieron no estar solos mientras trabajaban. "A veces estás pintando y notas que detrás tuyo hay alguien. Porque hay una presencia, no tengo ninguna duda", ha asegurado este hombre incluso a periodistas procedentes de periódicos como El Diario Vasco.

Esa sensación ha motivado que sea la única persona del equipo que se atreva a trabajar en soledad. "Los demás únicamente aceptan si van acompañados", dice.

Desde luego, los fenómenos que él y el resto de trabajadores aseguran haber presenciado invitan a dicha decisión. Una de las experiencias más sobrecogedoras ocurrió mientras adecentaban el antiguo dormitorio de Franco. En un momento dado escucharon "un golpe intenso y seco procedente de la planta de arriba, como si un armario de hubiera caído", contó Óscar. Asustado, decidió subir con un compañero y al llegar a la estancia de la que parecía provenir el golpe observaron que todo permanecía inalterable. Sin embargo, media hora después el ruido volvió a escucharse, y pudo ser percibido por todos. Este tipo de fenómenos ha venido acompañado del movimiento de muebles, de un intenso frío que se siente sólo en algunas habitaciones, tanto en invierno como en verano, de olores de origen desconocido y de la aparición de moscas muertas sólo en determinadas estancias.

Ante estos episodios se ha preguntado a miembros del Consistorio donostiarra si conocen semejantes testimonios. Una de las personas que se ha pronunciado es el propio alcalde de la ciudad, Odón Elorza, quien asegura que jamás ha escuchado algo parecido, a pesar de haber celebrado, junto a otras personalidades, varias reuniones en los salones del edificio.

Tampoco los responsables del Convencion Bureau percibieron algún hecho anómalo durante el tiempo que se hicieron cargo de la gestión del palacio desde 1991 hasta 2001, a pesar de que se utilizó para organizar pequeñas reuniones y cenas.

Y sin embargo, los hermanos Medina siguen relatando más episodios aparentemente paranormales: "Un día estábamos trabajando en la sala que hoy se usa para reuniones municipales y se fue la luz. Se apagaron las bombillas de las tres lámparas de araña de la habitación, menos una. Cada lámpara tiene de 12 a 17 luces. Consulté con varios electricistas y me dijeron que todas las luces parten de una conexión única. Puede ocurrir que una bombilla quede medio apagada, pero no encendida, como aquélla", relata Óscar.

Y como él, también su hermano ha vivido alguna de estas insólitas experiencias. Un día de invierno, trabajando a las siete de la tarde, escuchó un sonido semejante al de un anillo golpeando el cristal: "Fue como si llamaran a la ventana, pero desde el exterior del palacio. Pensamos que sería nuestro padre que venía a dejarnos material. Salimos al lugar de donde procedía el sonido, pero allí no había nadie". Lo más curioso es que al mirar la fachada, ambos hermanos observaron que la ventana en la que se había escuchado aquel golpe se encontraba a tres metros del suelo y con las contraventanas cerradas para proteger el cristal. No hay explicación alguna para ello.

Iván Rámila
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