Ciencia
11/06/2020 (16:50 CET) Actualizado: 16/07/2020 (08:54 CET)

Neuralink: conectarnos a Internet con solo pensarlo

La empresa especializada en conseguir interfaces para implantar en el cerebro, Neuralink, plantea conseguir una «simbiosis total con la inteligencia artificial» en palabras de su prolífico creador, Elon Musk.

11/06/2020 (16:50 CET) Actualizado: 16/07/2020 (08:54 CET)
Elon Musk en la presentación de «Neuralink».

La compleja tecnología se asemeja a una máquina de coser. Se trata de un conjunto de «hilos» que contienen decenas de electrodos flexibles insertables de forma individual en el cerebro con una precisión milimétrica. De esta manera, se logra afectar a regiones específicas sin causar daño vascular, según el artículo de presentación de Neurolink publicado por la empresa.

Los electrodos tienen el potencial de favorecer la recuperación de trastornos en el lenguaje o en el movimiento de prótesis «con solo pensarlo». Sin embargo, la propiedad inmediata causa algo más de asombro: la conexión mental con «la nube». La interfaz permite una conexión inalámbrica tanto con todos los dispositivos electrónicos que tengamos en casa como con otros cerebros. Nos convertiría en cyborgs.

Pensábamos que en el futuro los robots nos reemplazarían, pero, todo apunta a que nos convertiremos nosotros en robots

La tecnología estándar para estudiar el «pico de electricidad» que permite funcionar a los neurotransmisores (las señales químicas mediante las cuales las neuronas se comunican entre sí) son los microelectrodos. Por desgracia, aún están en proceso de estudiar cómo «coser» esas grabaciones a gran escala de un modo seguro, y especialmente, de forma compatible con el cerebro humano y que tenga larga duración. Aseguran que se requeriría una pequeña operación quirúrgica para implantar esos hilos al cerebro. A nivel gráfico lo presentaron como un aparato detrás de la oreja.

Este aparato se conectaría mediante USB o Bluetooth a nuestro dispositivo móvil mediante una aplicación. Por ahora, solo se han efectuado pruebas en ratones, pero tienen planteado empezar los ensayos clínicos con personas en el segundo semestre de 2020. Para quienes les toque «practicar» con estos hilos en su cerebro, queremos intentar tranquilizarlos: son casi 10 veces más finos que un cabello humano.

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