Enigmas y anomalía
26/05/2020 (12:20 CET) Actualizado: 26/05/2020 (12:20 CET)

Descartan que un meteorito se estrellara en Tunguska

Científicos rusos han creado un modelo matemático para conocer el comportamiento de distintos cuerpos para descifrar qué pasó en Tunguska... Y descartan que un meteorito colisionara ahí.

Josep Guijarro

Periodista y escritor

26/05/2020 (12:20 CET) Actualizado: 26/05/2020 (12:20 CET)
Descartan que un meteorito se estrellara en Tunguska
Descartan que un meteorito se estrellara en Tunguska

Un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society sugiere que la explosión que tuvo lugar cerca del río Podkamennaya Tunguska, en Rusia, la mañana del 30 de junio de 1908 y devastó 2.150 km² de bosque, fue a causa de un gran asteroide de hierro que ingresó en la atmósfera terrestre a una altitud relativamente baja, para luego volver a salir de ella. Es decir que, en realidad, ese cuerpo tan solo sobrevoló el área y fue su onda de choque la que devastó los 80.000 árboles de la taiga siberiana.

La teoría formulada por Daniil Khrennikov, de la Universidad Federal de Siberia, explica la ausencia de restos del meteorito en la región y despeja gran parte de la leyenda en torno al suceso... Y es que la enigmática explosión fue relacionada en su día con el accidente de una nave extraterrestre. Así lo afirmó, por ejemplo, Alexander Kazantsev, en La isla ardiente, una novela publicada en 1940. Su hipótesis caló y, sorprendentemente, en 2004, una expedición científica siberiana afirmó haber encontrado pruebas que confirmarían la teoría de la caída de una nave espacial alienígena.

Exploradores de una fundación estatal siberiana hallaron evidencias de un artefacto técnico extraterrestre

Un comunicado de la administración de la región rusa de Evenkia, señalaba que "los exploradores de la fundación estatal siberiana Fenómeno Espacial Tunguska han encontrado elementos de un artefacto técnico extraterrestre". La nota añadía que los 14 exploradores, estudiantes de la Universidad de Krasnoyarsk, capitaneados por Yuri Labvin, habían encontrado lo que querían. Los testigos presenciales hablaron de una “bola de fuego” que cruzó el cielo, del sureste hacia el noroeste, con sonido que similar al de dejarían disparos y truenos lejanos. "Todos los habitantes de la aldea se reunieron en la calle aterrados. Las mujeres lloraban y todos creían que era el fin del mundo”, contaba el periódico Sibir citando las reacciones de personas situadas a 200 km de la explosión.

A pesar de que todo, nunca se halló en Tunguska ninguna prueba de meteorito alguno y eso que el verano de 1908 fue rico en bólidos. Por eso prosperaron teorías como la de un pequeño grupo de investigadores que apostó por una masa de antimateria, que no dejó huellas tras liberar su energía al contacto con la Tierra.

Khrennikov ha estudiado las condiciones de paso de asteroides con diámetros de 200, 100 y 50 metros, respectivamente. Su conclusión es consistente con el paso de “un asteroide de hierro, que pasó por la atmósfera de la Tierra y continuó hasta una órbita casi solar”.

El nuevo estudio asegura que un meteorito de hierro cruzó la atmósfera a 3000 Km de altitud

Los astrónomos, liderados por Khrennikov, modelaron el paso de asteroides de hierropiedra y hielo para determinar cuál de ellos se ajustaba al evento matemáticamente. La hipótesis del asteroide de hielo fue planteada en la década de 1970 para justificar la ausencia de restos. Fue descartada rápidamente porque el calor generado para obtener la trayectoria habría derretido completamente el cuerpo antes de que alcanzara la distancia que los datos de observación sugieren que cubrió.

El cuerpo rocoso habría dejado un cráter. Los asteroides de hierro son mucho más resistentes a la fragmentación que los rocosos y podría haber sobrevolado a una distancia de unos 3.000 kilómetros. Según los cálculos tendría entre 100 y 200 metros de ancho. «Dentro de esta versión podemos explicar los efectos ópticos asociados con un fuerte polvo de capas altas de la atmósfera sobre Europa, que causaron un resplandor brillante del cielo nocturno», explican en la publicación.

Sobre el autor
Josep Guijarro

Josep Guijarro es reportero de prensa, radio y televisión, además de autor de varios libros entre los que cabe destacar El tesoro oculto de los templarios, Aliens Ancestrales o Coincidencias Imposibles. Es documentalista de la serie Extraterrestres (DMAX) y forma parte de los programas El Colegio Invisible y La Rosa de los Vientos, ambos en Onda Cero.

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