Historia oculta
26/11/2021 (11:19 CET) Actualizado: 26/11/2021 (11:19 CET)

Mercurio: la droga ritual de los pueblos prehistóricos de la península Ibérica

Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Sevilla podría demostrar que los antiguos habitantes de la península ibérica habrían empleado el mercurio como droga con fines rituales.

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

26/11/2021 (11:19 CET) Actualizado: 26/11/2021 (11:19 CET)
Mercurio: la droga ritual de los pueblos prehistóricos de la península Ibérica
Mercurio: la droga ritual de los pueblos prehistóricos de la península Ibérica

Que los distintos pueblos de la Antigüedad empleaban distintas sustancias psicotrópicas con diversos fines es algo bien conocido por los especialistas. Se sabe, por ejemplo, que el opio era una droga ampliamente utilizada –y con la que se comerciaba– en todo el Mediterráneo y Oriente Medio desde varios milenios antes de nuestra era. De hecho, los arqueólogos han encontrado evidencia del uso de opio en distintos puntos del levante mediterráneo, Egipto en incluso Mesopotamia. Y si nos fijamos en el caso de la marihuana, su uso parece haber sido aún más antiguo, con evidencias arqueológicas en China, Siria, el Mediterráneo y buena parte de Europa.

La combustión del mercurio habría inducido estados alterados de conciencia en el contexto de prácticas rituales

Ahora, un equipo multidisciplinar de la Universidad de Sevilla compuesto por arqueólogos, biólogos, químicos y antropólogos, acaba de publicar un estudio en la revista Journal of Osteoarchaeology que podría demostrar que los antiguos habitantes de la península ibérica habrían empleado mercurio –y más concretamente los vapores producto de su combustión– para alcanzar estados alterados de conciencia en el contexto de prácticas rituales sagradas. Según los investigadores, que analizaron muestras de 370 individuos encontrados en tumbas de 23 yacimientos repartidos entre España y Portugal, este uso psicotrópico del mercurio podría explicar los hallazgos de envenenamiento por esta sustancia tóxica que se han encontrado en distintos enclaves íberos descubiertos en los últimos años.

En el estudio, titulado El uso y el abuso de cinabrio a finales del Neolítico y la Edad de Cobre en Iberia, los científicos señalan que, aunque los datos revelan que el cinabrio (o sulfuro de mercurio) se utilizaba ya en el Neolítico, fue entre el 2.900 y el 2.600 antes de nuestra era (a comienzos de la Edad de Cobre) cuando alcanzó su máximo apogeo en la península ibérica. Así, el análisis de los restos humanos estudiados arrojó como resultado unos niveles de mercurio en hueso de unas 400 partes por millón, cuando lo recomendado por la OMS es que la presencia de esta sustancia en el cabello humano no debe superar 1 o 2 partes por millón.

El cinabrio era un mineral estrechamente vinculado con el más allá

En tiempos prehistóricos, el cinabrio era un mineral muy apreciado, y se empleaba ampliamente para fabricar pinturas, tintes y pigmentos resistentes con los que se decoraban o cubrían distintos objetos sagrados, e incluso cadáveres de personas. La confirmación de que el polvo de cinabrio tenía un carácter sagrado se ha conseguido gracias al hallazgo en yacimientos de España y Portugal de tumbas prehistóricas de piedra cubiertas con esta sustancia, además de por el descubrimiento de figurillas de carácter sagrado también pintadas con este singular "rojo cinabrio". Según los autores del estudio, este mineral pulverizado también se utilizaba en los enterramientos como método para favorecer la descomposición de los cadáveres, en un proceso que podría considerarse una "putrefacción sagrada". Todas estas evidencias sugieren que el cinabrio era un mineral estrechamente vinculado con el más allá, razón por la que tenía una consideración sagrada.

Este uso tan habitual y prolongado del cinabrio sin duda llevó a los antiguos pobladores de la Península a descubrir sus propiedades alucinógenas y psicotrópicas, capaces de producir en los consumidores estados alterados de conciencia que, en aquellos tiempos, sin duda se consideraban una forma de contacto con lo sobrenatural y el más allá. De hecho, estudios anteriores ya habían demostrado un uso similar hace 2.000 años en lugares como la India, donde este mineral, llamado Makaradhwaja, se consideraba una droga de la longevidad. En México, los arqueólogos también han descubierto restos de mercurio en enclaves sagrados, como por ejemplo en el túnel bajo la pirámide de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán.

En opinión de los investigadores de la Universidad de Sevilla, todos estos elementos, junto con los altos niveles de mercurio detectados en los restos humanos estudiados en los distintos yacimientos peninsulares, hacen sospechar que los antiguos pobladores de España y Portugal podrían haber inhalado los vapores de cinabrio en un contexto de carácter sagrado y ritual, quizá vinculado con el culto a los muertos o el más allá. Una práctica que, por desgracia, habría tenido graves consecuencias para la salud de estos individuos, pues es bien sabido que la intoxicación por mercurio tiene efectos perniciosos muy serios, e incluso puede causar la muerte en niveles elevados, como los descubiertos en los restos humanos analizados por los investigadores.

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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