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11/05/2023 (08:00 CET) Actualizado: 11/05/2023 (08:00 CET)

Stonehenge: ¿Puerta al otro mundo?

Stonehenge habría formado parte de un paisaje ceremonial prehistórico construido en memoria de difuntos

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

11/05/2023 (08:00 CET) Actualizado: 11/05/2023 (08:00 CET)
El conjunto de Stonenhenge
El conjunto de Stonenhenge

Da igual el tiempo que transcurra o lo mucho que se haya publicado ya sobre la cuestión: cada año se realizan nuevos hallazgos, se publican nuevos estudios y surgen nuevas hipótesis sobre Stonehenge. Lo anterior, sin duda, es un claro síntoma de que el célebre círculo megalítico, cuya estructura se comenzó a levantar hace unos 5.000 años en el actual condado de Wiltshire, cerca de Salisbury (Reino Unido), es la construcción antigua más célebre y fascinante del planeta.

El año pasado, en 2022, el arqueólogo británico Timothy Darvill –experto en Stonehenge de la Universidad de Bournemouth– publicó un trabajo en la prestigiosa revista Antiquity proponiendo la hipótesis de que el monumento megalítico fue construido con la intención de funcionar como un gigantesco calendario solar. El estudio alcanzó gran difusión y notoriedad entre especialistas de todo el mundo, aunque no todos los investigadores compartieron las conclusiones de Darvill. Ahora, el pasado mes de marzo, la misma revista que publicó el estudio del arqueólogo británico ha dedicado varias páginas a recoger un nuevo trabajo en el que sus autores, el matemático Giulio Magli –del Instituto Politécnico de Milán– y el astrofísico Juan Antonio Belmonte –investigador del Instituto Astrofísico de Canarias–, refutan la hipótesis calendárica.

Dos investigadores refutan la hipótesis calendárica de Stonehenge 

Juan Antonio Belmonte es investigador del Instituto Astrofísico de Canarias
Juan Antonio Belmonte es investigador del Instituto Astrofísico de Canarias

En su detallado estudio, Magli y Belmonte –dos de los mayores expertos en el campo de la llamada arqueoastronomía–, critican sin ambages las conclusiones de Darvill, al señalar que su estudio «está basado en una serie de interpretaciones forzadas, numerología y analogías sin fundamento con otras culturas», explican. «Desde un punto de vista simbólico, Stonehenge está relacionado, por supuesto, con fenómenos celestes», dijo Magli en declaraciones a la publicación Live Science, señalando sus célebres alineaciones con los solsticios de pleno invierno y pleno verano. Pero «esto está lejos de decir que se utilizara como un calendario gigante», añadió.

Darvill había sugerido que el anillo de piedras sarsen –treinta en origen, aunque hoy solo se conservan 17– habrían podido servir para señalar un mes de 30 días, mientras que los cinco trilitos –las piedras interiores más grandes–, se habrían usado para representar los cinco días sobrantes en cada año, tras contar doce meses. Además, el investigador de la Universidad de Bournemouth proponía en su trabajo que el diseño supuestamente calendárico de Stonehenge podría haberse visto influido por calendarios solares empleados en aquellas fechas en Oriente Próximo, quizá después de que un viajero lejano de aquellas tierras hubiese llegado hasta las islas británicas.

El matemático Giulio Magli
El matemático Giulio Magli

Para Magli y Belmonte, estas propuestas no son más que hipótesis sin fundamento, pues creen que ni el círculo de piedras era lo suficientemente preciso como para crear un calendario solar funcional, ni existen indicios que señalen a alusión alguna a los doce meses del año; y, por supuesto, tampoco existen pruebas que respalden la idea de que hubo algún tipo de contacto entre las culturas del Próximo Oriente y los antiguos pobladores de Gran Bretaña.

Magli y Belmonte no son los únicos en pensar así: Michael Parker Pearson, especialista en Stonehenge y miembro del University College de Londres, confirma también que, en su opinión, no hay pruebas de conexiones culturales entre los cultos solares de Oriente Próximo y los creadores del círculo megalítico de Stonehenge. «Este tipo de ideas sobre vínculos a larga distancia existen desde hace más de un siglo, pero ya no se toman en serio», explicó en declaraciones a Live Science.

Stonehenge habría formado parte de un paisaje ceremonial prehistórico construido en memoria de difuntos

En su estudio, Magli y Belmonte no se limitan a refutar la hipótesis de Darvill –quien, por cierto, sigue defendiendo su propuesta a pesar de las críticas de los dos arqueoastrónomos–, sino que sugieren un uso más sugerente para Stonehenge, en la línea con las interpretaciones más recientes de los arqueólogos y de las evidencias encontradas durante las excavaciones de los últimos años. Según los dos expertos, Stonehenge habría formado parte de un paisaje ceremonial prehistórico construido en memoria de difuntos. Gracias a las excavaciones más recientes, los investigadores han podido descubrir que buena parte del enorme complejo megalítico de Stonehenge se utilizó para enterrar a numerosas personas por espacio de varios siglos. En opinión de Magli, esto permitiría explicar el significado de las espectaculares alineaciones astronómicas del enclave, y en especial su conexión con el solsticio de invierno, pues este hito solar anual estaba relacionado en algunas culturas prehistóricas con el mundo de los muertos.

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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