Civilizaciones perdidas
18/03/2015 (11:17 CET) Actualizado: 18/03/2015 (11:17 CET)

LAS GUERRAS DEL ANTICRISTO

¿Qué nos depara el futuro, según sus profecías? Es la pregunta cuya respuesta todos han buscado responder con avidez. Pero, como hemos visto, Nostradamus las oscureció intencionadamente de forma tal que, sólo cuando el cumplimiento de las mismas estaba en marcha, los iniciados conocedores del propósito perseguido por su obra, fuesen conscientes de lo que podían anunciar. ¿Asistimos ya en nuestros días al desarrollo de ese extenso conflicto final que enfrentará al islam y sus aliados con las potencias occidentales, que conduciría al fin de nuestra era y a las que él aludió como las guerras del anticristo? Por Enrique de Vicente

18/03/2015 (11:17 CET) Actualizado: 18/03/2015 (11:17 CET)
Nostradamus profecía guerra profeta centuria
Nostradamus profecía guerra profeta centuria

Tanto en sus Centurias como en sus otros tres textos proféticos, Nostradamus alude, velada y reiteradamente, a un tercer anticristo que supuestamente conduciría al mundo a 27 años de guerras, un período de calamidades que se cerraría con una confrontación final.
Como ya hemos visto, anunció certeramente la llegada de otros dos anticristos, a quienes podemos identificar como Napoleón y Hitler. ¿Qué tienen en común estos dos personajes, capaz de hacerles merecedores de tal denominación?
Cegado por un sueño de dominación imperial y aunque la historia no haya recalcado tanto su sangrienta herencia, como hizo con Hitler, Napoleón sumió a toda Europa en una guerra global. Y, como aquél, fracasó finalmente en su intento de doblegar a la gélida Rusia, dejando tras de sí decenas de millones de muertos y heridos. Detrás de uno y otro, siempre moviendo los hilos desde las bambalinas, diversas fuerzas oscuras ideológicas y financieras para las que poco importaba la vida humana, sino el ansia de conseguir el dominio total a través de un designio imperialista, arrodillando al Papado frente a su ansia de poder temporal y obligándole a renunciar a cualquier defensa abierta de la vida y de la fe que supuestamente enarbolaba. ¿No es esto exactamente lo opuesto al mensaje de amor y de libertad predicado por Cristo?     
¿Quién o qué sería pues ese personaje o entidad colectiva, al que alude bajo el acrónimo de Mabus?  Sin duda, una fuerza anti-crística, capaz de conducir al mundo a un conflicto aún más terrible, donde la consecución de sus propósitos estuviese por encima de las vidas y medios malgastados.
Y, a la hora de intentar averiguar su identidad, sería necio pensar sólo en un Islam continuamente confrontado con la Cristiandad y tan desconectado como ésta de su esencia espiritual original. Porque los dos anticristos anteriores no encabezaron potencias ajenas a Occidente, sino precisamente las dos naciones que luego se unirían para fundar la Unión Europea y actualmente la capitanean: Francia y Alemania.
Más bien cabría tener en mente a los mercaderes del templo, aliados con los falsos sacerdotes, los únicos con los que Jesucristo se enfrentó y que auspiciaron su muerte. Esos a los cuales hoy podemos ver encarnados en un oscuro y multiforme poder corporativo y financiero que promueve guerras, crisis o carestías en busca de la consecución de sus planes. Y que, valiéndose de una alianza anti-natura entre Europa, EE UU, Israel y las ricas monarquías de la península arábiga, han utilizado a los servicios de inteligencia de todas estas potencias y a los suyos propios para promover una larga serie de movimientos islamistas radicales, atentados, guerras estratégicas derivadas de los mismos y revoluciones locales astutamente manipuladas, sumiendo al mundo árabe en un caos que hoy amenaza con extenderse a Occidente e impone una solución final. Al tiempo que han puesto contra las cuerdas a una Rusia humillada, pero hoy dirigida por un nuevo zar dictatorial y dispuesto –como sus aliados naturales en medio mundo– a no doblegarse ante el imperialismo occidental. Y que un inédito imperio chino –ya convertido en la primera potencia económica mundial, tan influenciada como los otros dos bloques por fuerzas financieras en conflicto de intereses– aguarda agazapado al desarrollo de unos acontecimientos y del paso del tiempo, que no harán sino acrecentar su superioridad.  
Este es el panorama actual, a la luz del cual deberemos juzgar la viabilidad de que en los próximos tiempos puedan irse cumpliendo algunos de los acontecimientos anunciados por Nostradamus. Expondremos éstos citando siempre el número de la centuria y de la cuarteta a la que corresponden o bien si proceden de una Epístola o de sus Presagios.

¿Quién podría ser ese líder contemporáneo?
El visionario francés dedica varias de sus Cuartetas a ese tercer anticristo, al cual designa como Mabus:
«Mabus más pronto morirá entonces, vendrá Una horrible derrota (matanza) de gentes y animales: Después la venganza se verá enseguida, Cien, principal (jefes poderosos), hambre, cuando pase el Cometa» (II, 62).
Sus intérpretes difieren en la interpretación de la primera cuarteta. Mientras según algunos aniquilará inmediatamente tres países, Hogue y otros deducen que matanzas horribles seguirán a su pronta muerte.
Como publicábamos en 2008, durante la misma carrera presidencial que enfrentó como candidatos a Obama con McCain, muchos en EE UU apuntaban ya entonces la posibilidad de que si triunfaba el primero se convirtiese en ese «anticristo» si continuaba la sucesión de conflictos emprendida por sus predecesores, padre e hijo, y que han tenido como epicentro a los islamistas y a Oriente Medio, siendo así MABUS el acrónimo de ObaMA y BUSh… (Continúa en AÑO/CERO 297).
 

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