Arqueología
30/03/2023 (08:00 CET) Actualizado: 30/03/2023 (08:00 CET)

Hallan un “nuevo” moai en el fondo de un lago en Isla de Pascua

El descubrimiento del nuevo moái fue casual y concurrieron varios factores como un incendio y el cambio climático

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

30/03/2023 (08:00 CET) Actualizado: 30/03/2023 (08:00 CET)
Los célebres Moais de Isla de Pascua
Los célebres Moais de Isla de Pascua

Rapa Nui, más conocida como Isla de Pascua, ha sido durante siglos sinónimo de lugar lleno de misterios e incógnitas por resolver, sobre todo debido a la enigmática presencia de los fascinantes moáis, esas gigantescas cabezas de piedra de mirada impenetrable y significado todavía incierto. Hasta ahora, se han catalogado más de 900 de estas moles de piedra talladas en la toba creada por el volcán Rano Raraku. Y ha sido precisamente allí, en las entrañas del poderoso volcán que hace cientos de miles de años moldeó la fisionomía de la isla, donde se ha producido un sorprendente hallazgo: un “nuevo” moái desconocido hasta la fecha.

El cambio climático ha favorecido el descubrimiento del nuevo moái

El descubrimiento se produjo de forma casual, y curiosamente está relacionado con el cambio climático y la ocurrencia de un incendio el pasado mes de octubre. Desde que tienen memoria, los rapanuis recuerdan que en el fondo del cráter del volcán ha existido siempre un lago de agua dulce formado por las lluvias. Sin embargo, en los últimos años esta balsa de agua ha ido disminuyendo paulatinamente a causa de la sequía derivada del cambio climático, hasta que recientemente se quedó completamente sin agua. Después, en octubre de 2022, se produjo un devastador incendio en la zona que acabó arrasando con la vegetación del lugar –y de paso daño unas 80 de las célebres figuras–, y fue entonces cuando los habitantes de la isla descubrieron la presencia de un moái que hasta entonces había pasado desapercibido.

El moái recién descubierto
El moái recién descubierto

La escultura, al igual que las ya conocidas realizada en toba volcánica, mide apenas 1,60 metros de altura (la altura media de estas figuras es de unos 4,5 m, y el mayor, conocido como Te Tokanga –El Gigante–, alcanza casi los 22) y su hallazgo ha supuesto toda una sorpresa para los habitantes de la isla, pero también para los investigadores. «Creíamos que conocíamos todos los moáis, pero entonces aparece uno nuevo, un nuevo descubrimiento», explicó Terry Hunt, profesor de arqueología de la Universidad de Arizona y experto en la zona del Pacífico, en declaraciones al programa estadounidense Good Morning America, de la cadena ABC News.

Ahora, los estudiosos tienen planeado realizar una datación mediante Carbono 14 analizando los restos orgánicos adheridos a la estatua, y de ese modo poder determinar con cierta precisión en qué fecha fue tallada la escultura, tal y como explicó Salvador Atan Hito, vicepresidente de la comunidad indígena Ma’u Henua. Sin embargo, y en relación a este último punto, el hallazgo de la estatua centenaria ha derivado en una división de opiniones entre los pobladores de la isla. Parte de ellos plantea la necesidad de estudiar la pieza recién descubierta, mientras otros creen que lo mejor es no alterar la escultura y dejarla tal y como está, para permitir que los ancestros descansen en paz. De esa opinión es, por ejemplo, el alcalde de la isla desde 1994, Pedro Edmunds, quien en declaraciones al diario El País señaló que es preferible que las cosas sigan como hasta ahora: «Entiendo que la ciencia es la única forma de comprender más sobre cómo y cuándo la construyeron porque todo eso quedó en un gran misterio, pero en este caso en particular algunos queremos dejar las cosas como están», explicó. En cualquier caso, la decisión final estará en manos de lo que decidan todos los vecinos y el consejo de ancianos rapanui.

Una de las hipótesis más extendidas es que los moáis representan ancestros del pueblo polinesio

Moáis de Isla de Pascua
Moáis de Isla de Pascua

Los expertos han podido determinar que los moáis fueron tallados y colocados en sus distintas ubicaciones en un periodo que se prolongó hasta el 1600 d.C. aproximadamente. Tras años de estudio, los arqueólogos e historiadores han propuesto distintas hipótesis para explicar su significado, aunque este todavía sigue siendo incierto: se ha señalado que podrían ser representaciones de los antepasados del pueblo polinesio que los construyó; otros autores han propuesto que eran marcas que señalaban lugares donde encontrar agua potable; otros estudios parecen haber encontrado alineaciones astronómicas de los moáis en relación con ciertos astros y con los solsticios (en especial el de invierno), e incluso se ha sugerido que estas fascinantes esculturas se colocaron con la finalidad de favorecer la fertilidad de la isla. Una larga lista de hipótesis que no acaba ahí, y que demuestra que, por mucho que pasen los años, Rapa Nui seguirá siendo sinónimo de misterio…

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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