Dónde quedaron los platillos volantes
¿Dónde quedaron los platillos volantes? ¿Por qué los modernos ovnis son esféricos? ¿Cuáles son los nuevos desafíos de la ufología?
Parece que hay una nueva generación de ovnis. En la actualidad, raramente se producen avistamientos de “platillos volantes” que eran, de largo, la arquitectura más extendida de los avistamientos registrados en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Los modernos avistamientos, además de ser más fugaces, están protagonizados por esferas de pequeño tamaño, tal como puso en evidencia Sean Kirkpatrick, director de la AARO (Oficina de Resolución de Todos los Dominios), en abril de 2023, ante el Subcomité de Servicios Armados del Senado sobre Amenazas y Capacidades Emergentes.
Apoyado por una reveladora presentación, Kirkpatrick explicó que, de los 650 casos revisados por su oficina, el 52 por ciento involucraba objetos redondos o esféricos de un tamaño que oscila de uno a cuatro metros de diámetro y que se presentan en color “blanco, plateado o metálico traslúcido”.
Los avistamientos actuales son protagonizados por testigos altamente cualificados
También se ha producido un salto cualitativo en los testigos. Si bien, en los inicios del fenómeno ovni, la mayoría de los informes estaban protagonizados por pastores, agricultores, conductores y, de vez en cuando, pilotos de vuelos comerciales, los avistamientos del siglo XXI son experimentados por pilotos militares y personal altamente cualificado. Y, no sólo eso, la inmensa mayoría de los avistamientos han podido ser constatados por diversos medios tecnológicos; electroópticos, radar, cámaras de visión nocturna, infrarrojos, etc… lo que ha generado gran cantidad de material gráfico susceptible de ser analizado en su conjunto para validar las observaciones de los testigos.
Es ahí donde se distingue especialmente el cambio estructural del fenómeno. Durante los años 50 y 60, hubo muchas fotos de platillos volantes, aunque con cámaras rudimentarias, que dieron como resultado fotografías borrosas y de baja calidad. No obstante, se distinguía perfectamente la forma predominante de "platillo", como las fotografías tomadas en una granja próxima a McMinnville, en el estado de Oregón, en 1950, que publicamos a continuación.
Este otro clásico platillo volante fue fotografiado en Nueva Jersey, el 31 de julio de 1952. Fue desclasificado por la CIA (Agencia Central de Inteligencia)
Y esta otra fotografía, de Fritz van Anidan, que fue obtenida el 21 de marzo de 1968 cerca de Kanab, en el estado de Utah, a plena luz del día.
Son sólo tres ejemplos de platillos volantes, de la época dorada. Hay miles de fotografías, millones de avistamientos en todo el mundo.
En aquellos años, la presencia de objetos voladores desconocidos marcaba -según los escépticos- la ansiedad extrema de la sociedad por la Guerra Fría y la sociología trató las narrativas sobre ovnis desde la perspectiva de lo que sucedía en la sociedad en general. Los ovnis eran un producto pop. Poco a poco el fenómeno fue perdiendo fuerza hasta que el Pentágono reconoció, primero la existencia de un programa secreto de investigación y, posteriormente -en 2020-, la realidad misma del fenómeno a través de tres vídeos. Hasta le cambiaron el nombre: Ahora son UAP (Fenómenos Aéreos no Identificados)
Ahora, que vivimos en tiempos convulsos, con vaivenes emocionales por los desafíos a los que se enfrenta el mundo, con desinformación en las redes sociales y una abrumadora sobrecarga de trabajo y obligaciones: ¿Dirán que los ovni son un producto de la ciencia ficción para transportarnos a nuevos mundos?
No sería extraño, al tiempo.
Tras décadas de ser ignorados por el mundo académico y los estamentos oficiales, a mediados de 2022, la Oficina del Secretario de Defensa de Estados Unidos creó la AARO, acrónimo de All-domain Anomaly Resolution Office que, como decíamos al principio, no sólo ha constatado la existencia real de estos objetos surcando nuestros cielos, sino que les ha puesto números.
Ahora sabemos que su velocidad varía de cero a Mach 2; que la mayoría vuela en torno a los 10.000 y 30.000 pies de altitud, aunque esto podría ser un sesgo porque los aviones, cuya tripulación informa de muchos avistamientos, vuelan en ese rango de altitud y que muestran capacidades tecnológicas inalcanzables por los más modernos aviones. De hecho, las nuevas formas, esferas y tipo pastilla tik tak, no muestran superficies de control. Tenemos vídeos.
En apenas tres meses, se ha duplicado el número de avistamientos ovni registrados por la AARO. Siguen sin reconocer presencia extraterrestre 🛸#ovnis #uaptwitter #ovnitwitter 👇https://t.co/FSKWz2mg0C pic.twitter.com/6Nmfjmnowg
— AÑO/CERO (@revistaANOCERO) April 20, 2023
Kirkpatrick mostró en su comparecencia un vídeo obtenido desde un dron espía MQ-9 en Oriente Medio que muestra una pequeña esfera plateada que se desliza sobre el paisaje mientras es seguido por la cámara del dron.
Un año antes, el 17 de mayo de 2022, el subdirector de inteligencia naval Scott Bray presentó durante una audiencia pública sobre los UAP el vídeo obtenido por un piloto de la Armada estadounidense donde se distingue perfectamente una esfera idéntica.
¿Qué podemos deducir? ¿Estamos frente a tecnologías secretas que están siendo probadas por el Pentágono, Rusia o China? No parece probable que las características de vuelo hayan sido emuladas por ninguna de estas potencias, sino las hubieran utilizado para tener una ventaja táctica o de disuasión.
Entonces: ¿Es que la Tierra está siendo asediada por una ola de naves extraterrestres esféricas como conjeturó el propio Kirkpatrick en un trabajo conjunto con el astrónomo Avi Loeb? Si son extraterrestres, ¿Por qué cambiaron su forma en los albores del segundo milenio? ¿Acaso nos visitan más de una civilización?
“Los avistamientos de ovnis pueden desafiar toda nuestra visión del mundo, pero los hechos son demasiado convincentes para ignorarlos y no van a desaparecer” asegura el profesor de filosofía Michael Glawson. “Por lo tanto, -añade- es hora de eliminar el estigma pegajoso [que los rodea] y participar en una discusión seria sobre la evidencia y sus implicaciones.”
Los militares no deben explicar qué son los ovnis, esta labor recae en la ciencia y para ello necesita datos
El razonamiento de Glawson es aplastante. Celebro que los intelectuales se sumen al debate como ya hicieron científicos como Stephen Hawking, Michio Kaku o Abi Loev, siendo punta de lanza de muchos otros. Los militares -que hasta ahora han tenido el ferreo control de la información- no investigan qué hay detrás de los ovnis, sino exclusivamente si son un peligro para las naciones. Los responsables de explicar qué es el fenómeno recae en la ciencia y, para trabajar, necesita datos. Es el momento pues, de ponerlos a disposición del mundo sin miedo a las consecuencias.
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