Civilizaciones perdidas
18/03/2015 (11:10 CET) Actualizado: 18/03/2015 (11:10 CET)

NOSTRADAMUS, CRONISTA DEL FUTURO

No hay profeta más oscuro, indescifrable, imprevisible y al mismo tiempo certero en sus anuncios, toda vez que éstos se cumplieron tanto en vida como después de su muerte. A ello debe este viajero del tiempo su fama universal, que no ha sido sepultada por las muchas interpretaciones erróneas que han hecho de sus predicciones numerosos autores modernos, incapaces de descifrar sus escritos, deliberadamente encriptados. Pero esta muestra de las que ya se realizaron, demuestra la notable precisión de sus presagios. Por Enrique de Vicente

18/03/2015 (11:10 CET) Actualizado: 18/03/2015 (11:10 CET)
Nostradamus, profecias, cuartetas, profético, vidente, III Guerra Mundial, oriente medio
Nostradamus, profecias, cuartetas, profético, vidente, III Guerra Mundial, oriente medio

Estando sentado de noche, en secreto estudio. Solo reposado en la silla de bronce; Llama exigua saliendo de la soledad, Hace prosperar lo que no debe creerse en vano» (I, 1)… Así describe Nostradamus, en la primera cuarteta de la primera de sus XII Centurias, el estado en el cual se sumía para recibir sus revelaciones.
Con ese estilo literario que le caracteriza, añade en la segunda: «La vara en mano puesta en medio de las ramas Por la onda bañada la orla y el pie: Un miedo y una voz vibran por las mangas: Esplendor divino. El divino se sienta a mi lado» (I, 2).
Se coloca pues en un estado de trance y de apertura a lo divino (de donde viene el original latino de la palabra adivinación, divinatio), y usa enigmáticos métodos de conexión, similares a los de las sacerdotisas del antiquísimo oráculo de Delfos, los sacerdotes de Apolo o las sibilas romanas. Si bien lo hace con un estilo propio, heredado de su bisabuelo materno, que se encargó de su primera educación. Éste, Jean de Rémy, era hijo de judíos conversos, descendiente de la tribu de Isacar, algunos de cuyos miembros eran –según la Biblia– «entendidos en los tiempos, que sabían lo que Israel debía hacer y cuyo dicho seguían todos sus hermanos». Cabalista muy experto, matemático, astrólogo y médico del rey René d'Anjou, protector del esoterismo medieval y promotor de todas las tradiciones provenzales relativas al Santo Grial y a María Magdalena, éste muy probablemente le transmitió un entrenamiento y saberes secretos de origen remoto, que sólo pasaban de una generación a otra por vía de transmisión verbal tras haber encontrado a un receptor con capacidades psíquicas adecuadas.
Junto a sus Presagios, Sextillas y la Epístola a Enrique, Rey de Francia Segundo, sus famosas Centurias constituyen su obra profética, que le convierte en un excepcional cronista del futuro, como podremos comprobar en esta breve selección de sus muchas predicciones que parecen haberse cumplido ya, algunas de ellas con asombrosa precisión. Siempre que tengamos en cuenta que, como él mismo advierte en sus escritos, éstos han sido voluntariamente codificados, de forma tal que su significado escape a los necios mientras sólo los sabios fueran capaces de comprobar la precisión de lo anunciado y de ver en sus encriptados escritos el esbozo de un supuesto plan divino para esta Era. Al tiempo que escapaba así de las persecuciones de los poderes celosos de su saber y de las masas ignorantes que veían en sus aciertos una prueba de pacto diabólico, algo que estuvo a punto de costarle la vida al propio Nostradamus, si no hubiese contado con la expresa protección monárquica.
Para ello usó una extensa gama de sistemas de codificación cabalística y alquímica que fueron también utilizados en su época por una amplia serie de iniciados, desde hermetistas y ocultistas como el abad Trithemius, hasta literatos que transmiten en sus obras un mensaje oculto como Rabelais. Éste era conocido como «el lenguaje verde» o «la lengua de los pájaros» y de detallar el mismo nos ocuparemos ampliamente en otra ocasión.
Bástenos ahora saber que resulta absurdo intentar comprenderle sin conocer el rico y complejo contexto cultural y ocultista en el que transcurrió su vida y obra.
Michel de Nostre Dame latinizó el apellido que escogió al convertirse al cristianismo su abuelo paterno, Pierre, también famoso astrólogo, médico y experto en lenguas antiguas, colocándose así bajo la advocación de esa misteriosa Nuestra Señora, que fue venerada en el Medievo por todos los iniciados en la antigua sabiduría.
Nació en 1503, en Saint Rémy, en la Provenza francesa, cuna de una profusa y variada tradición heterodoxa. Tras recibir una rica educación familiar, a los 15 años marcha a Aviñón para estudiar humanidades y luego medicina en Montpellier, donde a los 30 años recibirá su título de doctor. Pero interrumpió reiteradamente sus estudios para recorrer todo el sur de Francia como astrólogo y médico ambulante, atendiendo a los afectados por la peste bubónica y otras plagas e intercambiando conocimientos con boticarios locales, alquimistas, estrelleros y cabalistas, estudiando las plantas y aprendiendo a elaborar toda clase de preparados espagíricos.
Tras morir en 1538 su esposa e hijos como consecuencia de la peste y ser luego requerido por los inquisidores, abandonó su casa en la ciudad de Agen y aparentemente emprendió un largo viaje por media Europa, sobre el que sabemos muy poco. Al regresar a Provenza, se casó con una viuda en Salon, convirtiendo el sótano de su vivienda en un laboratorio alquímico y la primera planta en un observatorio astrológico. Allí se sumía en sus trances y realizaba las observaciones precisas para sus Almanaques, en los cuales publicaba las predicciones astrológicas para cada año, alcanzando fama como astrólogo en toda Europa.
Tras publicar en1555 sus primeras Centurias, en un libro titulado Propheties, la reina Catalina de Médicis, asidua de magos y astrólogos, le invitó a la corte, presentándole a Enrique II, profetizando que sus tres hijos le sucederían en el trono. Tras morir éste, Catalina le visitó en Salon, acompañada por el nuevo monarca, su joven hijo Carlos IX, quien le nombró médico y consejero del rey. Falleció en 1566.
Veamos algunos de los muchos aciertos notables que podemos encontrar en sus cuartetas… (Continúa en AÑO/CERO 297) 

 

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