La Inteligencia Artificial puede fotografiar lo que estamos pensando

A mediados de la década de los sesenta del siglo pasado, un botones en paro llamado Ted Serios comenzó a compartir su habilidad para proyectar sus pensamientos en una película fotográfica Polaroid. 

Sus «poderes» llamaron la atención de una psiquiatra de Denver, la doctora Jule Eisenbud quien sometió a Serios, durante dos largos años, a exhaustivas pruebas que determinaran la realidad de sus habilidades psíquicas y llegó a conclusión de no eran fraudulentas.

Ted Serios podía pensar en algo y enviar la imagen a una cámara Polaroid

La Universidad de Maryland tiene en línea una gran colección de fotografías psíquicas de Serios

En su libro, The World of Ted Serios: "Thoughtographic" Studies of an Extraordinary Mind  (1967) explica que este botones de Chicago podía pensar en «algo» y enviar la imagen a una cámara Polaroid. Serios llamaba a estas proyecciones psíquicas «dibujos de pensamiento».

Su técnica incluía un pequeño tubo enrollado al que denominaba «gismo», que colocaba en su frente, para ayudar a «enfocar» sus pensamientos hacia la cámara. Antes de cada demostración ingería una buena cantidad de cerveza y/o licor que le ayudaba a entrar en un Estado Alterado de Conciencia, un eufemismo para referirnos a la embriaguez.

«Cuando estaba a punto de disparar –escribe Eisenburg-, parecía entrar rápidamente en un estado de intensa concentración, con los ojos abiertos, los labios apretados y una tensión bastante notable en su sistema muscular. Sus extremidades tendían a temblar un poco, como si tuviera una ligera parálisis, y el pie de su pierna cruzada a veces comenzaba a moverse hacia arriba y hacia abajo un poco convulsivamente. Su rostro se tornaba empapado y lleno de manchas, las venas de su frente sobresalían, sus ojos visiblemente inyectados en sangre.»

Ahora la Inteligencia Artificial ha obtenido imágenes a partir del pensamiento

En parapsicología, la obtención plasmación de pensamientos dio lugar al término Thoughtography (fotografía del pensamiento) y Serios, como máximo exponente, produjo llamativas fotografías como estas. Hay en línea una colección digital con todas las imágenes producidas durante dos sesiones experimentales que se llevaron a cabo en el Hospital de Psiquiatría de Colorado, en Denver, entre el 4 de octubre de 1964 y el 2 de enero de 1965.

Otra de las imágenes de Serios

Pues bien, ahora, un sistema de Inteligencia Artificial ha sido capaz de reproducir las imágenes que estaban en el pensamiento de cuatro personas, con una precisión del ochenta por ciento, aprendiendo a interpretar sus señales cerebrales.

La inteligencia artificial aprendió de las resonancias magnéticas de los voluntarios mientras miraban diez mil imágenes

Investigadores de la Universidad de Osaka, en Japón, mostraron diez mil imágenes de paisajes, objetos y personas, a cuatro voluntarios, mientras sus cerebros eran escaneados a través de resonancia magnética funcional (fMRI). Las señales eléctricas de sus cerebros sirvieron de aprendizaje a un sistema de Inteligencia Artificial (IA) conocido como Stable Diffusion que modificaron para que los promt se generaran automáticamente imágenes, no a partir de descripciones, sino de los escaneos cerebrales, según relatan en un trabajo en prepublicación científica en BioRxiv.  El objetivo era que, posteriormente, generara imágenes de lo que una persona está pensando. Y el resultado es muy similar a las fotografías del pensamiento de Serios.

Experimento de lectura de pensamiento en la Universidad de Osaka

Una vez que la IA estuvo bien entrenada, fue capaz de interpretar la actividad cerebral y generar reconstrucciones de las imágenes bastante precisas de lo que habían estado viendo los voluntarios. Su aspecto, sin embargo, recuerda el tipo de desenfoque y movimiento que presentaban las psicofotografías de Serios. Curioso ¿verdad?

¿Era capaz Serios de plasmar las señales cerebrales en una película sensible?

La IA, al igual que el psíquico estadounidense era capaz de interpretar mejor unas imágenes que otras, igual que la IA «lee» mejor la actividad cerebral de unas personas que de otras, aunque en ambos casos, los experimentos mostraron claras similitudes entre los objetos, colores y composiciones de cada imagen con las interpretaciones realizadas por la IA.