Creencias
01/03/2006 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

Ayahuasca, el poder de la soga

La "soga del muerto" es un arma de doble filo. Así pudo atestiguarlo en directo Juan José Revenga, productor de series documentales para TVE2, que ha accedido a lugares prohibidos para el hombre occidental, descubriendo que los efectos de la ayahuasca pueden ser infernales…

01/03/2006 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
Ayahuasca, el poder de la soga
Ayahuasca, el poder de la soga
Aún recuerdo, como si fuese ayer, mi primer viaje a Iquitos, en el centro de la Amazonia peruana. Mi intención en aquel viaje, que se ha repetido a lo largo de los años en innumerables ocasiones, era investigar sobre algo de lo que había oído hablar constantemente respecto a la reina de las plantas sagradas: la ayahuasca.

Lo que aquí escuchaba sobre ella era de lo más variopinto. Decían que era la planta madre y que, una vez ingerida, el consumidor viajaba a lugares lejanos con la mente. Incluso alguno de estos interlocutores se permitía confesar que la había probado y que su ingesta había sido la experiencia más inquietante de su vida.

Estudié estos temas e incluso busqué un razonamiento lógico para explicar los poderes de la ayahuasca. Leí y releí a Wade Davis, antropólogo y especialista etnobotánico norteamericano que viajó por las selvas más perdidas del planeta estudiando las plantas tropicales y, sobre todo, lo que a mí más me interesaba: la interrelación entre la botánica primitiva y las culturas milenarias.

Iquitos, la capital de los chamanes
Todo esto pasaba por mí mente cuando tomé tierra en el aeropuerto de Iquitos. Fuimos recibidos con la habitual y bochornosa mezcla de calor y humedad, lo que quería decir que ya estaba en mitad de la jungla amazónica, en una ciudad a la que sólo se accede por aire y que pasa por ser la capital del chamanismo sudamericano.

La palabra chamán proviene de una expresión siberiana que quiere decir "el que controla la energía". Ésta se utiliza en todo el planeta para definir al "hombre medicina" o al hechicero de cualquier tribu o cultura.

Mis primeros contactos con ellos fueron decepcionantes; estaba claro que lo único que les interesaba era vender una ficticia ceremonia de toma de ayahuasca de cara al turista. Y es que la lección que extraímos de esta aventura es que el noventa por ciento de los chamanes son un atajo de farsantes.

Pero, efectivamente, hay un diez por ciento que no lo son. Y junto a ellos nos zambuimos en el mundo de lo inexplicable. Aquí es donde entró en juego Don Solom, un chamán que encontramos en la citada urbe de Iquitos. Era un hombre espigado, de notable altura y noventa años de edad. Era el mayor conocedor de las plantas sagradas que encontramos por aquellos lares, y un gran experto en el mundo de las "energías". Quizá fueron esas fuerzas las que hicieron que resultase acertado fiarse de la buena impresión que éste daba nada más conocerlo.

Esa noche participé en una ceremonia espectacular. En el patio de su casa, a las afueras de Iquitos, permanecimos junto a dos clientes del maestro Don Solom hasta que comenzó el ritual con los cánticos –o "ícaros"– que, teóricamente, transportan a uno a otros mundos menos amables. Mientras, él encendía uno tras otro, cigarros de tabaco negro selvático cuyo humo se habría de convertir en el puente que une el plano visible con el invisible…

Ceremonia mágica
Al fin llegó el esperado momento de la toma. Don Solom nos ofreció un pequeño vaso con un líquido muy espeso de color naranja, que cuando atravesaba la garganta daba la sensación de que todos los sabores del averno se juntaban. Su sapidez era extremadamente amarga, y a la vez difícilmente descriptible. "Ya tienes la planta dentro y no te abandonará nunca", dijo el chamán tras la ingesta.

La ceremonia continuó en la más completa oscuridad… y de repente, me asaltó una desagradable sensación: algo parecía subirme por la pierna izquierda. "Es la serpiente", me afirmó el chamán. Pero no era un ofidio real, sino una representación de la planta sagrada en el mundo visible que trepaba hacia el corazón. Pese a ello me sentía tranquilo, porque el maestro me daba seguridad, incluso cuando me mareé y percibí que estaba a punto de desmayarme. Y es que en ese momento se acercó y sopló el humo de su mapacho sobre la parte superior de mi cabeza, lo que al instante me provocó un inmediato efecto activador. Cuando el mareo era superior a las pocas fuerzas que me quedaban, Don Solom preguntó si quería salir de allí. Sin dudarlo, le dije que sí. En ese momento me apretó el brazo con su huesuda mano y, de repente, tuve la sensación de elevarme a toda velocidad y observar desde el aire la ceremonia; me veía a mi mismo sentado en el suelo.

La realidad de la ayahuasca
Desde hace siglos, la ayahuasca ha servido a los chamanes de los pueblos primitivos para adivinar el futuro, viajar a lugares lejanos o tomar las decisiones más importantes de su comunidad. Pese a ello, la ceremonia de ingesta conlleva también sus peligros, ya que en ocasiones el chamán puede llevarte al desastre, tal como nos ocurrió este mismo año en una toma que realizamos en mitad de la jungla fronteriza entre Perú y Ecuador para la grabación de la serie de televisión "América Mítica".

Este brujo de origen brasileño mezcló la liana de ayahuasca con el toe o datura, uno de los venenos naturales más fuertes que existen. El resultado fue terrible. La datura la tomaban los chamanes mayas y con la misma decían convertirse en jaguares y poder volar.

Este chamán del que hablamos comenzó la ceremonia con cánticos "oscuros", en lugar de ícaros o canciones invocando a la luz; por el contrario, llamaba a los muertos de los cementerios para que se levantaran de sus tumbas y nos acompañaran en la ceremonia.

Al poco tiempo, tras un enorme malestar y visiones terribles, el mismo maestro empezó a vomitar, síntoma inequívoco de que también él estaba envenenado. Y es que hasta el propio chamán parecía incapaz de mantener el control de la ceremonia al tiempo que las visiones se hacían cada vez más terribles. Es como si estuviéramos a punto de caer al lado oscuro de la muerte…
La pesadilla llegó a su culmen tras regurgitar en más de treinta ocasiones. Entonces, el brujo dio la ceremonia por concluida, pero fue incapaz de ponerse en pie. Es más, miré a mis manos y las vi cubiertas de serpientes, una sensación que tardó varios días en desaparecer. Hasta entonces me fue imposible conciliar el sueño, pues éste estaba salpicado de visiones en las que nuestra realidad se mezclaba con otra muy siniestra. Resultaba complicado saber qué era verdad, y qué ficción.

En nuestra investigación hemos probado y estudiado todas las plantas y medicinas naturales de este mundo mágico que nos rodea. Desde el hongo del peyote hasta el famoso cactus San Pedro, pero con total conocimiento de causa podemos afirmar que la ayahuasca es la reina de las plantas sagradas y que nos conectan con el mundo espiritual y el saber de las culturas milenarias… Pero posiblemente también sea la más peligrosa. Nosotros estuvimos al filo de la navaja, viviendo ese lado oscuro que es capaz de ofrecer.
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