Lugares mágicos
22/09/2009 (11:45 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
MADRID SOBRENATURAL
Juan Ignacio Cuesta En las grandes ciudades y en su entorno próximo hay enclaves sagrados o mágicos a los que también acuden las gentes en busca de una intervención sobrenatural. Suelen hacerlo para orar por sus difuntos o por la salud de los vivos; para mejorar su suerte o encontrar a personas desaparecidas Incluso, a menudo, sólo los visitan para disfrutar de un lugar de poder o vivir en primera persona alguna celebración ancestral. Madrid puede presumir de ejercer una gran atracción sobre estos peregrinos de lo insólito, a quienes no defraudará la sorprendente oferta de la capital y sus alrededores. Libros Recomendados : EL MADRID FANTÁSTICO LA MEMORIA RECOBRADA ¡ Visita nuestra Tienda !
A unos cinco kilómetros de Colmenar Viejo (hacia San Agustín de Guadalix), a la izquierda de la carretera, hay un pequeño altozano donde unos pocos pinos proporcionan una agradable sombra, muy oportuna para evadirse del ajetreo cotidiano ante el impresionante panorama del laberinto pétreo que es la Pedriza del Manzanares, uno de los paisajes más sugerentes y mágicos del mundo. A su lado está la ermita de la Virgen de los Remedios, patrona aquella villa.
Se trata de un edificio de piedra y ladrillo de poca altura, de aspecto agradable y orientado al ocaso. Es el recinto sagrado de los lugareños, en el que encuentran consuelo, sosiego y atienden a sus creencias religiosas más arraigadas. En su fiesta principal, último fin de semana de agosto, se realiza una procesión que lleva la venerada imagen de la Madre de Jesús hasta la capilla de Santa Ana, desde donde se trasladará a la basílica de la Asunción. El martes vuelve a su santuario. Simultáneamente, como en tantos otros lugares, se celebran fiestas con origen en antiguos ritos paganos, las maias romanas dedicadas a Flora. Aquí han conservado el nombre, puesto que se denomina la Fiesta de la Maya. La protagonista principal es una niña engalanada con flores en el pelo, para la que sus compañeras piden un óbolo similar al que se ofrendaba a deidades del mundo clásico, como Mercurio.
Se trata de un edificio de piedra y ladrillo de poca altura, de aspecto agradable y orientado al ocaso. Es el recinto sagrado de los lugareños, en el que encuentran consuelo, sosiego y atienden a sus creencias religiosas más arraigadas. En su fiesta principal, último fin de semana de agosto, se realiza una procesión que lleva la venerada imagen de la Madre de Jesús hasta la capilla de Santa Ana, desde donde se trasladará a la basílica de la Asunción. El martes vuelve a su santuario. Simultáneamente, como en tantos otros lugares, se celebran fiestas con origen en antiguos ritos paganos, las maias romanas dedicadas a Flora. Aquí han conservado el nombre, puesto que se denomina la Fiesta de la Maya. La protagonista principal es una niña engalanada con flores en el pelo, para la que sus compañeras piden un óbolo similar al que se ofrendaba a deidades del mundo clásico, como Mercurio.
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