Misterios
04/12/2014 (11:33 CET) Actualizado: 15/03/2015 (20:06 CET)

"Decidí meter ENIGMAS porque es una revista legendaria"

04/12/2014 (11:33 CET) Actualizado: 15/03/2015 (20:06 CET)
"Decidí meter ENIGMAS porque es una revista legendaria"
"Decidí meter ENIGMAS porque es una revista legendaria"

Álex de la Iglesia es uno de los referentes indiscutibles del cine español desde que, hace ya la friolera de más de dos décadas, causó expectación, controversia y emoción a partes iguales con su primer largometraje, Acción Mutante, aunque ya se había hecho notar, y mucho, con el corto Mirindas Asesinas, que le granjeó una legión de seguidores. Después vinieron El Día de la Bestia, Perdita Durango, La Comunidad, Balada Triste de Trompeta, Las Brujas de Zugarramurdi, y otras… Algunas, con un presupuesto millonario e internacional, como Los Crímenes de Oxford.

Ahora, Álex de la Iglesia, genio excéntrico donde los haya, con una cultura enciclopédica –aunque con alma "friqui" y discurso underground– y una pasión por lo que hace difícil de hallar entre las estrellas con solera, publica la novela Recuérdame que te odie (Planeta), un inquietante recorrido por un Madrid apocalíptico en el que no faltan un homenaje al mundo del cómic –que tanto ha marcado su trayectoria–, sus toques macabros, su fina –o gruesa– ironía y buen hacer literario, alejado, sin embargo, del habitual formato del guión, al que suelen dar forma a cuatro manos el propio Álex y su inseparable Jorge Guerricaechevarría.

Esta es una novela, no es cine –él mismo se encarga de puntualizarlo en el céntrico Círculo de Bellas Artes madrileño–, aunque no su primera incursión en la narrativa, pues en 1997, tras el estrés de rodar en Hollywood Perdita Durango, De la Iglesia publicaba la novela humorística Payasos en la Lavadora.

Hoy, casi dos décadas después y con una carrera plagada de éxitos –y algún altibajo que otro en taquilla–, tras dirigir la Academia de Cine y granjearse más enemigos que amigos entre aquellos que piensan que el cine español es plantel de revolucionarios y anti-sistemas, y que la cultura es más peligrosa que un revólver, Álex nos ofrece una hilarante sátira sobre el mundo editorial, la pasión por los cómics, la locura y el ingenio, la miseria y la grandeza que todos llevamos dentro.

Y lo hace con alma de pequeño filósofo –no en vano se licenció en Filosofía antes de adentrarse en el mundo del cine– aunque con un lenguaje cercano que te atrapa desde la primera página.

Sabíamos que a Álex de la Iglesia le atraía el misterio –no olviden que algunos poseemos ciertos dones clarividentes, y nada se nos escapa–, pero queríamos que fuera él quien nos hablara de ello de primera mano: de su novela, claro, del universo de lo oculto y de ENIGMAS. Con él les dejamos…

Es un momento en el que numerosas personalidades del mundo del séptimo arte han optado por aventurarse en el campo de la literatura, ¿qué te llevó en tu caso a escribir Recuérdame que te odie?

"Yo no soy escritor, soy cineasta, pero me gusta mucho escribir. Y hay un momento determinado en la vida –al menos ese ha sido mi caso– en el que te pones a escribir sin más, compulsivamente, de una manera automática y sin estar pensando cuál será el destino final de ese texto. Yo creo que ese es el momento en el que te conviertes en escritor, cuando no puedes evitarlo; cuando contar historias es algo que no depende di ti sino de una necesidad interior o una pulsión que te lleva a ello. Es algo que ya me sucedió al escribir Payasos en la Lavadora. Además, poco a poco he ido perdiendo la capacidad de dormir. Duermo de cuatro a cinco horas y tenía dos opciones: o volverme loco en los largos procesos de insomnio o dedicarme a escribir. Y opté por la segunda de las opciones.

 

"Fernando Jiménez del Oso fue una persona absolutamente fundamental en mi vida, era el rostro del misterio. Le recuerdo posando junto a un Moai, en Nazca… Era un tío increíble"

 

¿Cuál es la semilla de esta novela?

Es el mismo proceso de preguntarte quién eres. La búsqueda de la identidad es algo que me apasiona, y que forma parte de las tramas de las películas y de las novelas que me han marcado. Una forma de entenderte mejor a ti mismo. Algo así como una psicoterapia. Una investigación criminal de tus propios errores a través de un personaje que no soy exactamente yo pero que es una selección de mis peores momentos y de aquellos que considero mejores, que son probablemente las equivocaciones. Esa búsqueda de uno mismo lleva al protagonista de la novela a introducirse en un mundo –en este caso su cabeza– sórdido, situado en un Madrid apocalíptico… En esa búsqueda el personaje viaja a diferentes partes de su cabeza; y esto lleva a que surjan numerosas preguntas, como por ejemplo si existe un Yo. Así puedes explorar tus propios límites.

 

¿Qué busca el personaje en ese Madrid "apocalíptico"?

Ilustra esa paranoia de búsqueda de sí mismo en lugares, lugares y cosas que delimitan nuestro mundo y que sirven para definirnos a nosotros mismos, y el significado de lo que nos rodea. Y en esa búsqueda de límites se mueve el personaje; se mueve por Madrid porque parece que esta ciudad le define. En la capital encuentra una serie de enigmas. Todo es un enigma: tu madre, por qué te gusta Mortadelo y Filemón más que el botones Sacarino; por qué prefieres más a Espinoza que a Fichte. Pues porque a Fichte no hay quien le entienda. El protagonista es editor y descubre que no ha leído lo suficiente como para definirse, y busca a Bruno Kosowski, su álter ego, y en esa búsqueda se encuentra a sí mismo. En el libro también hay juegos de rol, otra manera de encontrarte a ti mismo: tú tienes un personaje con una serie de características que te permiten tomar una serie de decisiones y por tanto van definiéndote también.

 

Al comienzo de Balada Triste de Trompeta puede verse, en medio de imágenes representativas de los sesenta y setenta, la figura de nuestro querido Fernando Jiménez del Oso… No es la primera alusión que haces al fundador de nuestra revista. ¿Por qué?

Rodé con él; llegué a rodar con él. Fernando Jiménez del Oso fue una persona absolutamente fundamental en mi vida, era el rostro del misterio. Le recuerdo posando junto a un Moai, en Nazca… Era un tío increíble. Me apasionaba su figura y por eso le sacaba en la cinta.

Quedé con él durante el rodaje de Muertos de Risa, al final de la película. Recuerdo que fue algo terrorífico porque Fernando vino al rodaje, estuvo allí todo el día y no me dio tiempo a rodar la secuencia y a incluirle.

 

"Las revistas y los libros de misterio y ciencia ficción estaban siempre presentes en nuestra vida cotidiana. El misterio en sí mismo es lo más apasionante de la vida"

 

Has hecho alusión a un Madrid apocalíptico… Un Madrid que, quizá, evoca al que retratabas en El día de la Bestia

Sí, claro, y también de La Comunidad… Para mí Madrid es un set, una especie de decorado en el que han habitado todos mis personajes. Quizá porque lo veo un poco caótico y por otro lado parece que para los personajes simboliza una especie de majestuosidad aparente. La Gran Vía no deja de ser en realidad también un decorado. Madrid no era más que un pueblo en el siglo XIX. Y entonces deciden construir un decorado de gran ciudad, con una majestuosidad que no existía realmente.

 

¿La urbe simboliza para ti entonces un reflejo del mal?

Bueno, no exactamente; Madrid es un intento de embellecer una ciudad que no es tal, por lo que genera una visión ficticia de lo que es el verdadero Madrid, en ese sentido sí. Como te digo, una especie de set en el que dar forma a mis películas –Madrid sirve de escenario también para su último largometraje,  pero también una ciudad en la que se mueve el protagonista de Recuérdame que te odie, como escenario, a la vez que realiza un viaje al interior de su cabeza.

 

El misterio está presente en muchas de tus películas: el Vudú en Perdita Durango, el satanismo y las sectas en El Día de la Bestia; la brujería y el folclore de los pueblos del norte en Las Brujas de Zugarramurdi… ¿Cuál es la razón de esa elección? ¿Se basa en que crees que sirve para que un argumento sea mucho más profundo y atractivo o parte de un interés personal tuyo?

No, parte de un interés personal mío; me encanta de toda la vida. Desde pequeños, tanto Jorge –Guerricaechevarría– como yo estábamos metidísimos en estos temas. Hablábamos de Nueva Dimensión… Las revistas y los libros de misterio y ciencia ficción estaban siempre presentes en nuestra vida cotidiana. El misterio en sí mismo es lo más apasionante de la vida.

 

Precisamente presentaste la novela diciendo que "todo es un enigma"…

El misterio en sí mismo es lo más divertido y lo más apasionante de la vida. Todos necesitamos creer que lo inexplicable es explicable. Todos queremos que las cosas tengan un sentido y que haya una razón por debajo de todo. Queremos que alguien tenga las respuestas. Yo creo que los fantasmas, los OVNIs, son un síntoma de que necesitamos que haya algo sobrenatural entre nosotros. Todos los días nos encontramos con lo paranormal y lo oculto, todos los días. Primero, que nos rodean enormes "casualidades".

Si observas las cosas con detenimiento te das cuenta de que todo es muy extraño. Todo lo que en el mundo de lo paranormal es extraño, en la vida real se da también como extraño, sólo que lo asumimos como normal, e intentamos explicarlo desde la lógica, pero está ahí. Si observas las cosas con detenimiento te das cuenta que toda a tu alrededor es muy extraño.

 

Imagínate entonces Álex que, en lugar de escribir una novela, tuvieras que dirigir una revista de misterio. ¿Qué primaría en ella?

No lo sé, sería muy complicado pero también apasionante. ¿Qué habría en esa revista? Bueno, como hacéis vosotros, un archivo, grandes casos clásicos y también un trabajo de base, de investigación de cosas que están ocurriendo ahora.

 

Todos sabemos que el cine de terror es una de tus pasiones; muchas de tus películas tienen referencias a este género, aunque estén barnizadas por el humor o incluso por la parodia; al arte de generar miedo, vamos,  pero, ¿a qué tiene miedo Álex de la Iglesia?

A lo cotidiano. Al aburrimiento. A que no pase nada. A que las cosas se repitan constantemente. Al conformarte con las cosas. Algo me tiene que costar –se refiere al trabajo, al cine­– para cogerlo.

 

Para terminar: ¿Por qué decidiste incluir precisamente ENIGMAS en Las Brujas de Zugarramurdi?

Pues precisamente por Fernando Jiménez del Oso, a modo de homenaje. Porque es una revista legendaria… Bueno, pero eso ya lo sabéis vosotros.

 

Gracias.

 

Gracias a vosotros por años de entretenimiento.

 

Óscar Herradón

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Nº 404, mayo de 2024