Misterios
24/09/2015 (11:49 CET) Actualizado: 24/09/2015 (11:49 CET)

El tren del oro nazi

24/09/2015 (11:49 CET) Actualizado: 24/09/2015 (11:49 CET)
El tren del oro nazi
El tren del oro nazi

El protagonista de esta historia se llama Tadeusz Slowikowski, en la actualidad tiene 85 años y lleva 65 buscando un tren repleto de oro –y de algún tesoro más– desaparecido 70 años atrás, y que para muchos historiadores no era más que el reflejo de una leyenda urbana muy bien tejida.

Slowikowski nació en Walbrzych, Polonia, donde la presencia de militares nazis era constante y la historia del tren misterioso se daba por cierta. De hecho él se acabó por convertir en un auténtico experto en este asunto, al punto de que no albergaba dudas de que la existencia del convoy fuera del todo real. Tan real como el túnel en el que supuestamente quedó sepultado, escondido para que una vez pasara la guerra los nazis regresaran a por él.

Entre otros tesoros, se supone que en su interior también se encontraba el fantástico Salón de Ámbar del zar Pedro el Grande, que Hitler se llevó de San Petesburgo en 1941.

La cuestión es que después de años de búsqueda Slowikowski asegura que ha dado con el túnel. La información principal partía de un operario alemán al que salvó de las manos de unos delincuentes, y que le habló de la presencia de la galería oculta bajo tierra. Efectivamente llegó a un lugar en el que había unas vías que se introducían en la oscuridad de un túnel, y una vez dentro, la galería había sido bloqueada.

Al parecer el alemán, sabiendo que allí se ocultaba algo importante decidió callar durante años por miedo a sufrir algún tipo de represalia. De hecho sabía que frente al túnel hubo tiempo atrás una casa desde cuyas ventanas, según Slowikowski "podías ver todo llegando y saliendo por la línea de vías. El 5 de mayo de 1945 la familia que vivía allí fue ejecutada y la casa demolida. Fue tres días antes de que los soviéticos tomaran el pueblo".

Y terminó asegurando que "quien los mató no quería que hablaran de lo que vieron". Pues bien, con todos estos argumentos propios de una peli de misterio, en 2003 Slowikowski logró todos los permisos para buscar en la zona. Y una vez más, el interés de que no saliera a la luz se hizo evidente cuando, tal y como afirmaba el anciano recientemente "tan pronto como empezamos, tres hombres de civil y con armas de fuego se acercaron a nosotros y nos amenazaron, diciéndonos que nos detuviéramos. No supe quiénes eran, pero tuve sospechas. Poco tiempo después, mi perro fue envenenado. Luego rompieron mi puerta de casa y mi teléfono fue intervenido. Eran tácticas clásicas de la policía secreta cuando buscaban intimidar a la gente".

La cuestión es que el tren, de estar, estaría en una de la muchas minas que se reparten por esta zona de la baja Silesia, lo que supone que además estará rodeado de explosivos con el peligro que de ello se deriva. Bueno, pues aún así, esto no ha servido para alertar a la población, y por la zona se pasean cada día cientos de curiosos y buscadores de tesoros, al punto de que las autoridades se han visto obligadas a colocar un puesto de control con cámaras de vigilancia, porque el peligro de explosión es real. Además se espera la llegada del ejército para acordonar la zona y proceder a una búsqueda más exhaustiva entre los kilómetros 61 y 65 de la vía que une Breslavia y Walbrzych, que es donde se supone que estaría oculto el tren nazi, concretamente en uno de los túneles que se construyeron para protegerse de los bombardeos aliados.

El objetivo de los militares es buscar con modernas técnicas de georádar, y además de evitar accidentes como el que estuvo a punto de producirse días atrás, cuando un civil estuvo a punto de ser arrollado por un tren.

En fin, que si se encuentra, ya veremos en qué lugar queda el pobre Slowikowski después de seis décadas y media dedicado a este asunto.

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