La amenaza del espacio

Las recientes filtraciones de documentos del Pentágono revelaron planes y detalles inesperados de la guerra entre Rusia y Ucrania, así como del papel de los aliados occidentales en el conflicto. En el mismo contexto de agujeros de seguridad del ejército de EE UU, el diario The Washington Post ha tenido acceso a varios informes clasificados que recogen las preocupaciones del Gobierno estadounidense acerca de las actividades espaciales de las principales potencias adversarias extranjeras. La información, destapada de un servidor de Discord (servicio de mensajeríainstantáneo) por Jack Teixeira, un miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts de 21 años, reflejaba las intenciones de China y Rusia en el espacio.

Los documentos filtrados reflejan las intenciones de China y Rusia en el espacio

Teixeira filtró, presuntamente, los documentos secretos a Discord

En este sentido, EE UU viene siguiendo de cerca las capacidades desarrolladas por Pekín que pudieran poner en riesgo los activos en órbita de la OTAN. Los documentos muestran que existe la posibilidad de que China utilice satélites militares con capacidad para interferir los sistemas de comunicaciones enemigos, en particular cuando se desencadenara un conflicto con Taiwán. Además, el país asiático ha iniciado la construcción de su propia estación espacial orbital, lo que ha suscitado inquietud entre los altos funcionarios del Pentágono. Ya en abril de 2021, se lanzó el primer módulo Tianhe-1. La construcción de una base lunar sería otro desvelo importante para la Casa Blanca, porque China ha expresado su interés en explotar los recursos mineros de la Luna. Este afán podría derivar en una disputa territorial de insospechadas consecuencias. 

CARRERA ESPACIAL RUSA

Los informes filtrados también hablan de Rusia, aunque, según lo reflejado en los mismos, las ambiciones espaciales de Moscú estarían disminuyendo por efecto de las sanciones económicas internacionales. Uno de los documentos secretos expone literalmente: «Las asociaciones occidentales cortadas y las cadenas de suministro interrumpidas también muy probablemente han obstaculizado la capacidad del programa espacial ruso para generar financiación, que ha estado en declive desde al menos 2020». 

Moscú ha aumentado su presencia submarina en el Atlántico hasta niveles nunca vistos en décadas

También dicho informe comenta que en 2020 «una empresa comercial estadounidense fue certificada para transportar astronautas a la Estación Espacial Internacional; EE UU habría pagado entre 75 y 85 millones de dólares por asiento en naves espaciales rusas. (…) Clientes extranjeros han cancelado lanzamientos previstos en cohetes rusos y otras actividades relacionadas con el espacio, eliminando una fuente de ingresos clave». Este tipo de servicios prestados por la cosmonáutica rusa suponía una lucrativa fuente extranjera de ingresos para el presupuesto espacial de Moscú. Según el documento, en el año 2020 ascendió a 4.500 millones de dólares de los 17.000 totales que asignó la Administración. La ruptura de relaciones comerciales y prestación de dichos servicios orbitales habría dañado sensiblemente la carrera espacial de Rusia.

No obstante, Moscú ha aumentado su presencia submarina en el Atlántico hasta niveles nunca vistos en las décadas recientes. Precisamente, el general Christopher G. Cavoli, comandante del Comando Europeo de EE UU, testificó ante el Comité de Servicios Armados del Senado sobre la postura militar actual de EE UU y los desafíos de seguridad nacional en Europa. Cavoli destacó el incremento de operativos rusos submarinos en el Atlántico, actividad que se ha intensificado en los últimos años. El general también señaló que el conflicto de Ucrania no disminuyó dicho despliegue. Más bien todo lo contrario. Celeste Wallander, secretaria adjunta de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional, se sumó a dicha valoración y destacó la importancia de no subestimar las capacidades militares de Rusia, tanto en el mar como en otros dominios.