Encuentran la espada de un caballero cruzado en Israel
Esta espada medieval, de casi 1 metro de largo, tiene 900 años y ha sido encontrada en aguas al norte de Israel.

En el fondo del mar Mediterráneo, un buceador aficionado, Shlomi Katzin, ha encontrado frente a la costa del Carmelo (al norte de Israel), la espada de un cruzado de 900 años de antigüedad, como ha explicado la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA). El hallazgo se produjo a doscientos metros de la costa y a cuatro metros de profundidad. Las autoridades no han revelado el lugar en el que la espada ha sido encontrada, por razones de seguridad.
Se trata de un hallazgo hermoso y raro
El hierro de la espada se encuentra en perfecto estado de conservación debido a las conchas que la han recubierto. Como podemos intuir, la espada habría pertenecido a un caballero de las Cruzadas emprendidas contra los musulmanes, en donde los cristianos consiguieron hacerse con una parte importante de Tierra Santa, creando allí reinos cristianos, de los cuales el más conocido es el Reino de Jerusalén.
Una vez la espada fue extraída del agua, Katzin llamó al inspector de la Unidad de Prevención de Robos del Distrito Norte de Israel, Nir Distelfeld, para la correcta protección del objeto. Según especificó Distelfeld, "la espada de hierro se ha conservado en perfectas condiciones y es un hallazgo hermoso y raro". De la misma manera, Kobi Sharvit, director de la Unidad de Arqueología Marina de la Autoridad de Antigüedades de Israel, indicó que "los hallazgos arqueológicos en el lugar muestran que sirvió como un pequeño fondeadero natural temporal para los buques que buscaban refugio".
Habrá que esperar para tener un conocimiento más completo sobre lo ocurrido y sobre el verdadero propietario de la espada
La teoría principal con la que trabajan los investigadores es que un caballero dejara caer la espada al agua por accidente. Es posible que estuviera huyendo en un barco debido a una tormenta o que este se estuviera hundiendo. Sin embargo, todavía no se han encontrado restos de un posible pecio. Habrá que esperar para tener un conocimiento más completo sobre lo ocurrido y sobre el verdadero propietario de la espada.

LA CAÍDA DEL REINO DE JERUSALÉN
La Primera Cruzada, que inicialmente tenía como objetivo ayudar a los bizantinos contra los turcos selyúcidas, acabó convirtiéndose en el comienzo de una serie de enfrentamientos por la conquista de los Lugares Santos. A partir del año 1099, Jerusalén fue tomada por Godofredo de Bouillon, quien se convirtió así en el primer rey del recién creado Reino de Jerusalén. Posteriormente, en el año 1187, Saladino tomó lo que fue considerado el Primer Reino de Jerusalén; el Segundo Reino de Jerusalén comenzó en 1191, cuando una serie de cruzados reconquistaron el territorio.
Sin embargo, en 1291, la situación era ya muy complicada. Los cristianos habían perdido muchos territorios. Si bien se habían llevado a cabo numerosas neogicaciones con los musulmanes para poder conseguir beneficios del comercio en el Mediterráneo por ambas partes, los cristianos eran conscientes de que el final estaba cerca.
Además de la tensa situación en Oriente, los propios cristianos se encontraban parcialmente divididos. Entre el papado, los aragoneses, los franceses y las distintas repúblicas italianas (genoveses, venecianos y pisanos) existían marcadas diferencias que hacían que cada uno tuviera sus propios intereses en estos territorios. Por consiguiente, la situación era cada vez más insostenible. Debido al comercio tan importante que se desarrollaba en los puertos de la península itálica, los cruzados italianos eran los que más interés tenían en que Acre siguiera siendo un territorio cristiano. Sin embargo, cuando acudieron como defensores de la ciudad, fueron acompañados de episodios marcadamente violentos, acompañados de visitas a tabernas y a lugares de mala muerte.
Ateniendo a esta situación, los mamelucos, que ya habían conquistado Trípoli, asediaron la ciudad. Llegaron numerosos caballeros enviados por distintos monarcas europeos, pero no pudieron hacer nada; era ya demasiado tarde.
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