Conspiraciones
01/08/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

¿Quién mató al banquero de Dios?

En 1982, Roberto Calvi apareció ahorcado en un puente del río Támesis, pero en realidad había sido asesinado. Podía desvelar secretos vaticanos…

01/08/2007 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
¿Quién mató al banquero de Dios?
¿Quién mató al banquero de Dios?
Un cuarto de siglo después de que el cuerpo del banquero italiano Roberto Calvi apareciera sin vida flotando sobre las aguas del Támesis en Londres, la Justicia italiana ha determinado que no existen pruebas para condenar a los cinco acusados de ser ejecutores del plan que tendría por objeto silenciar al llamado "banquero de Dios".

Calvi murió el 18 de junio de 1982. Pese a las pruebas que así lo señalaban, las autoridades tardaron seis años en determinar que el banquero había sido asesinado. Según la fiscalía italiana, los cinco imputados –personajes de medio pelo vinculados a la mafia– crearon un plan para que dos individuos aún desconocidos condujeran a Calvi a un muelle del Támesis. Según el informe de los forenses, el banquero fue estrangulado con una cuerda y posteriormente le colgaron de un puente para simular un suicidio.

El caso está lejos de cerrarse. De hecho, la sorprendente sentencia ha devuelto a un primer plano de la actualidad las incógnitas de este episodio siniestro. Además del recurso que presentarán los fiscales, hay que sumar un proceso hasta ahora "dormido" contra Licio Gelli, el líder de la logia pseudomasónica P-2, a quien se considera el inspirador del asesinato. Y es que en las fechas en las que se sucedieron los hechos, banqueros, masones y mafiosos "tomaron" el Vaticano para evadir impuestos, financiar operaciones políticas, desviar divisas al extranjero…
Y Calvi –implicado hasta la médula– sabía más que nadie sobre todo lo que estaba sucediendo. Apenas dos semanas antes de morir había escrito una carta al papa Juan Pablo II en la que prometía guardar silencio, si bien le informaba de que poseía documentos muy comprometedores. Dichos documentos fueron adquiridos después del "suicidio" por un cura amigo del Papa. A día de hoy, el contenido de esas informaciones sigue sin conocerse.

La historia de este complejo asunto comienza cuando en 1929 el dictador Benito Mussolini concede al Vaticano una indemnización de cien millones de pesetas de la época en compensación por la pérdida de los estados pontificios. Unos años después, el papa Pio XII crea el Instituto para las Obras de Religión –IOR–, con la finalidad de gestionar ese dinero. Además, se le exime al Vaticano de pagar impuestos. Pero en 1969, el gobierno italiano deroga la ley y obliga a la Iglesia a contribuir a la Hacienda pública. Cuando dos años después Calvi se convierte en presidente del Banco Ambrosiano, establece una serie de acuerdos con la Santa Sede para crear paraísos fiscales en el extranjero y evadir impuestos y divisas merced a la red finaciera creada por las dos instituciones. Además, se empleó dicha red para beneficiar los intereses de la mafia y de la logia P-2, cuyo objetivo era desestabilizar el Estado e imponer un gobierno totalitario.

En 1978, el papa Juan Pablo I decide poner en orden las finanzas vaticanas debido a lo inmoral e ilegal de esa red bancaria. Poco después, muere en extrañas circunstancias. No acabó ahí la historia. Pasados tres años, la fiscalia detiene a Calvi. Ya en libertad, con pasaporte falso, huye de Italia. Mientras, el nuevo papa, Juan Pablo II, tiene que afrontar los problemas derivados del agujero creado por el Banco Ambrosiano. Calvi sale del país con todos sus secretos encima. Poco después, alguien "lo suicidó". A día de hoy, la sentencia no ha hecho sino reabrir los agujeros negros de esta conspiración.

Bruno Cardeñosa
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